De la retórica al cierre de consulados: cuatro intensos días en las relaciones China-EEUU

Las relaciones bilaterales se han deteriorado aún más en las últimas semanas, luego de que Washington tomará una posición más dura y presionará a sus aliados para que actúen igual

Del 21 al 24 de julio, los Gobiernos de China y de Estados Unidos intensificaron la impredecible guerra «tibia» en la que se han visto envueltos desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en 2017. Desde Washington abundan las sanciones unilaterales, aranceles a importaciones, acusaciones de espionaje, robo de información y supuestas amenazas ala seguridad del país norteamericano. Pero, ahora el conflicto se trasladó al plano diplomático.

Las tensiones entre ambos países se intensificaron bruscamente este miércoles 22 de julio, tras el cierre unilateral por parte de la administración Trump del consulado chino en Houston, Texas. En esta ocasión la excusa fue “proteger la propiedad intelectual estadounidense y la información privada».

Washington sostiene que ese consulado en Texas, que cubre varios estados del sur, es un «centro de espionaje». «El presidente Trump ha dicho suficiente. No vamos a permitir que esto continúe sucediendo», declaró desde Dinamarca el secretario de Estado, Mike Pompeo.

Según el funcionario, la medida refleja la decisión de EE. UU. de ser menos tolerante con el comportamiento chino. “Estamos estableciendo expectativas claras sobre cómo se comportará el Partido Comunista Chino, y cuando no lo hagan, tomaremos medidas que protejan al pueblo estadounidense, nuestra seguridad nacional y también nuestra economía y empleo».

La sede del Consulado de la República Popular China en Houston, Texas.Foto: AP / David J. Phillip

Ataques continuados

Ese mismo día, la portavoz del Departamento de Estado, Morgan Ortagus, señaló: «Estados Unidos no tolerará las violaciones de la soberanía e intimidación de nuestra gente por parte de la República Popular China, así como tampoco hemos tolerado sus prácticas comerciales injustas, el robo de empleos estadounidenses y otro comportamiento atroz».

El ataque lo continuó el senador republicano por Florida Marco Rubio, titular del Comité de Inteligencia. «Es una especie de nodo central de una operación de espionaje masivo: espionaje comercial, espionaje de defensa (…) En muchos casos utilizan a empresarios para tratar de influir en miembros del Congreso y otros líderes políticos a nivel estadal y local».

Sin embargo, un día antes -el martes 21 de julio- el Gobierno estadounidense acusó a dos ciudadanos chinos de intentar robar una supuesta investigación para crear una vacuna contra la enfermedad de la COVID-19. Algo bastante improbable, ya que el desarrollo de esa vacuna va mucho más adelantado en la nación asiática que en la americana.

Al respecto, el director del la Oficina Federal de Investigaciones (el FBI), Christopher Wray, aseveró que China es la «mayor amenaza a largo plazo para la información y la propiedad intelectual de nuestra nación y para nuestra vitalidad económica». Esa acusación fue el abreboca para lo que venía.

El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin Foto: APA

Cómo respondió China

En miércoles 22 de julio, Pekín describió el cierre de su Consulado como una escalada «sin precedentes» y «escandalosa», y amenazó con represalias. «China condena enérgicamente un movimiento tan escandaloso e injustificado que saboteará las relaciones entre China y Estados Unidos», expresó el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin.

Asimismo, denunció que la medida «viola gravemente el derecho internacional y las normas básicas que rigen las relaciones internacionales, infringe seriamente el acuerdo consular bilateral entre China y Estados Unidos y socava deliberadamente las relaciones sino-estadounidenses».

«Instamos a Estados unidos a que se retracte inmediatamente de su decisión errónea, porque de lo contrario China tomará acciones recíprocas, legítimas y necesarias», precisó Wenbin, en una especie de advertencia o amenaza.

El portavoz también acusó a las autoridades estadounidenses de atacar a sus diplomáticos, incluida la apertura de sus “valijas” (maletines, morrales) sin permiso «varias veces» y la confiscación de artículos de uso oficial.

Respecto a los señalamientos de presuntas «actividades de infiltración e interferencia» por parte de diplomáticos chinos, Pekín negó esas acusaciones y respondió de forma simple e irónica: “Si comparamos a los dos países, es demasiado evidente cuál está involucrado en interferencia, infiltración y confrontación», en clara alusión al país norteamericano.

El jueves 22 de julio, la misión diplomática china en Washington denunció que «debido a la estigmatización deliberada e imprudente y a la incitación al odio de la parte estadounidense, la embajada china ha recibido amenazas para la seguridad de las misiones y el personal diplomáticos chinos en más de una ocasión».

El Gobierno de Estados Unidos alimenta el odio y la xenofobia contra los ciudadanos chinos en el mundo. Foto: Agencias

Relaciones rotas y tensas

Las relaciones bilaterales entre ambas naciones se han deteriorado aún más en las últimas semanas, luego de que Washington tomará una posición más radical contra China y presionará a sus aliados para que actúen igual.

Previo al cierre del Consulado, las autoridades estadounidenses han obstaculizado deliberadamente las labores del personal diplomático y consular chino; además de intimidar e interrogar a jóvenes chinos que estudian en el país norteamericano, confiscando sus dispositivos electrónicos personales y hasta deteniéndolos sin justificación.

En ese sentido, Pekín asegura que «las misiones diplomáticas chinas siempre han mantenido el compromiso de promover el entendimiento mutuo y la amistad entre ambos pueblos”. Asimismo, defiende que han estado siempre adheridas al principio de no injerencia en los asuntos internos de otros países.

El miércoles 22 de julio, medios estatales chinos sugirieron la posibilidad de cerrar consulados estadounidenses, publicando una encuesta en Twitter y pidiendo a los usuarios que eligieran entre las misiones en Hong Kong, Chengdu, Guangzhou u otras.

Contrarrespuesta de Trump

En medio de la retórica, el presidente Donald Trump declaró en conferencia de prensa, ofrecida el jueves 23 de julio en la Casa Blanca, que será “siempre posible” ordenar el cierre de más consulados de China.

Entonces, y sin pruebas para mostrar, aseguró que en el consulado chino en Houston se observó un incendio después de que el Departamento de Estado otorgara un plazo de 72 horas para su cierre. “Supongo que estaban quemando documentos y papeles”, dijo Trump.

Precisamente, la creciente tensión que domina estas relaciones bilaterales tiene como principal responsable a Trump y su impulsividad y complejo de superioridad. Él es promotor y defensor de la guerra comercial y tecnológica, las disputas en torno del manejo de la pandemia y la polémica mediática por la nueva ley china de seguridad impuesta en Hong Kong.

Las autoridades sanitarias chinas han compartido toda la información que manejan sobre el virus con la comunidad internacional. Foto: Agencias

Y llegó la acción recíproca

El viernes 24 de julio, Pekín ordenó a Estados Unidos el cierre inmediato de su consulado en la ciudad de Chengdu, provincia de Sichuan, al suroeste del país asiático. La agencia estatal Xinhua informó que el Gobierno de Xi Jinping decidió «retirar su consentimiento para el establecimiento y operación del consulado general del país norteamericano en Chengdu».

«La medida adoptada por China es una respuesta legítima y necesaria ante el acto injustificado de Estados Unidos. La decisión se ajusta al derecho internacional, las normas básicas de las relaciones internacionales y las prácticas diplomáticas consuetudinarias», reza parte del comunicado oficial.

En medio del conflicto, el Gobierno chino nuevamente instó a Washington “a retractarse de inmediato de su decisión equivocada y a crear las condiciones necesarias para volver a encaminar la relación bilateral».

Donald Trump y su complejo de creerse dueño y amo del mundo. Foto: Reuters

Trump y su «ley del viejo oeste»

El viernes 24 de julio, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Ullyot, declaró: “Instamos al PCC (Partido Comunista Chino) a cesar a estas acciones malintencionadas, en lugar de iniciar represalias ojo por ojo”. Sin embargo, las acciones de la administración Trump hacen caso omiso a sus mismas declaraciones.

Tan solo una hora después de la medida tomada por Pekín, en redes sociales numerosos usuarios denunciaron que un grupo de hombres, supuestamente funcionarios estadounidenses, forzó la puerta trasera del consulado chino en Houston. La agencia Reuters reseñó que el personal diplomático apenas había abandonado la sede, cumpliendo la orden de Washington.

De acuerdo con Houston Chronicle, los presuntos funcionarios federales accedieron a las instalaciones utilizando herramientas eléctricas para abrir la puerta trasera después de tres intentos fallidos en otros ingresos. Además. se negaron a responder quiénes eran cuando fueron abordados por los periodistas presentes en el lugar. Al final, se retiraron, no sin antes cerrar las puertas del consulado con un candado.

Ese mismo viernes 24 de julio, Reuters también informó que un alto funcionario del Departamento de Justicia confirmó que la estudiante asiática que se refugió en el Consulado de China de San Francisco está bajo custodia estadounidense, y será presentada corte este viernes.

A la investigadora Juan Tang, junto a otros tres ciudadanos chinos arrestados esta misma semana, se la acusa de «fraude de visas», por supuestamente mentir sobre su condición de miembro de las fuerzas militares de la República Popular de China, alegando al entrar al país que realizaría investigaciones en la Universidad de California.

Adicionalmente, el FBI investiga a otros titulares de visas, en al menos 25 ciudades, sospechosos de tener conexiones con el Ejército chino. Cada acusado de fraude de visa enfrenta hasta diez años de prisión y una multa de hasta 250.000 dólares.

Varios países, entre ellos China, desarrollan vacunas contra el coronavirus. Foto: Reuters

Más mentiras

El portavoz Wang Wenbin también condenó este miércoles que continúen las falsas afirmaciones de algunos políticos estadounidenses de que el nuevo coronavirus se originó en el Laboratorio Nacional de Bioseguridad del Instituto de Virología de Wuhan.

«El laboratorio cuenta con instalaciones de bioseguridad de alto nivel y un estricto sistema de gestión. Todos los investigadores deben someterse a una capacitación teórica y operativa sistemática, y obtener la calificación y aprobación antes de ingresar al laboratorio», explicó Wang.

El diplomático lamenta que “unos cuantos políticos en Estados Unidos difundieron rumores e incluso afirmaron tener ‘una gran cantidad de evidencia’ para apoyar su llamada ‘verdad’, lo que demuestra que no tienen moral en absoluto”, recoge una nota de Xinhua.

«Hablando de la verdad, esperamos que el Gobierno estadounidense diga la verdad sobre temas como el laboratorio biológico de Fort Detrick y ofrezca una explicación al pueblo estadounidense y a la comunidad internacional», refutó.

Por último, resaltó que Pekín siempre ha compartido información con la comunidad internacional de manera abierta, transparente y responsable, promoviendo a su vez una cooperación global en la lucha contra la COVID-19 y ofreciendo asistencia y apoyo a otros países.

Uno de esos países es Rusia, potencia militar equiparable a Estados Unidos. El gobierno de Vladimir Putin ha reiterado en innumerables ocasiones su apoyo irrestricto a Pekín y su rechazo a la campaña antichina que promueve Washington sobre la base del miedo.

Al respecto, este viernes 24 de julio, María Zajarova, portavoz de su Cancillería, precisó: “Las palabras de Mike Pompeo, sobre la posibilidad de arrastrar a Moscú a la campaña de EE. UU. contra China, es otro intento ingenuo de complicar la asociación ruso-china (…) Esa posición solo refuerza nuestra intención de fortalecer aún más los lazos con China, país al que consideramos un factor crucial para la estabilización del mundo”.

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