Oda Santiago Restaurant: La nueva experiencia gastronómica que te invita a recorrer Chile de norte a sur

Sin moverse de Lastarria, un viaje sensorial de 4.270 kilómetros con las mejores recetas de la cocina nacional

Oda Santiago Restaurant: La nueva experiencia gastronómica que te invita a recorrer Chile de norte a sur

Autor: El Ciudadano

Por Álvaro Bustos Barrera

Menos de un mes de funcionamiento, pero con una propuesta clara e inteligente desde elegir cada preparación hasta una decoración cuidada y con un hilo conductor, cumple Oda Santiago Restaurant, ubicado en el turístico y concurrido barrio Lastarria, mismo lugar donde anteriormente funcionó el extinto bar Victorino, colindante literalmente a la vetusta Parroquia de la Veracruz, declarado monumento histórico en 1983 y que, recuerdo bien, fue vandalizada durante el estallido social.

Una iniciativa que se define como cocina honesta ciento por ciento chilena, con una carta que se puede desplegar como un lienzo y que abarca gran parte de la gastronomía nacional en un viaje sensorial que recorre 4.270 kilómetros, desde la sal del Desierto de Atacama hasta los hielos milenarios del sur en Magallanes.      

En este nuevo lugar, cada instante es un verdadero poema y cada preparación un verso, un paisaje, una travesía que vale la pena descubrir, según algunos positivos comentarios que me llegaron hace un par de días. Por lo mismo, me dirigí raudo a calle José Victorino Lastarria #138 para conocer el renovado espacio, las elaboraciones en su carta y verificar el servicio de quienes atienden.      

Antes de ingresar, miré la entrada desde la vereda opuesta y recordé las veces que visité el bar Victorino, su generosa barra y las conversaciones con el bartender, un señor que pintaba más canas que yo y que contaba historias como el mejor de los escritores. Otros tiempos, me dije en voz baja y me dispuse a cruzar la calle para vivir esta nueva experiencia gastronómica para “Sabores Ciudadanos”.    

“Buen día”, me dijo una joven señorita de labios rojos y frondoso cabello rizado. Respondí al saludo de inmediato a la vez que fisgoneaba la antigua casona y echaba una mirada donde sentarme. Antes de posar mi humanidad en la silla, un garzón me dejó sobre la mesa una pequeña carta y una botella con agua, que agradecí con la felicidad de un animal sediento.  

Según lo observado, en Oda Santiago Restaurant se busca captar la atención del público local con preparaciones y sabores característicos de la cultura gastronómica nacional: Piqueos de Choripanes Sureños, Croquetas de Pastel Choclo, Crudo de Vacuno, Pil Pil de Pollo, Choritos al Vapor, entre otros. Como entrantes destacan el Tartar de Salmón con quinoa crocante, Tiradito de pesca con emulsión de cedrón, Chupe de Jaiba o el Ceviche; mientras en los fondos recomendamos: Lengua de Res, Pollo al Coñac, Arroz Caldoso de mariscos, Entraña a la parrilla, Lomo Vetado con puré de berenjenas y espárragos salteados o Malaya de Cerdo con vegetales a la parrilla.  

Mi experiencia comenzó por la zona norte del país, con unos Ostiones de Tongoy en salsa verde y cebolla escabechada montados en una cama de hielo frappé. Frescura, texturas y sabor marino que acompañamos con un cóctel refrescante llamado Guanaqueros. 

Otro entrante que está en la carta y que recomendamos, son las Croquetas de Jaiba, pequeñas, pero sabrosas bolitas fritas rellenas con la carne del cangrejo y salsa alioli. Crocancia y simpleza que abre el apetito para seguir descubriendo la propuesta que ofrece este nuevo local.   

Pasando por la zona centro, continué con un verdadero emblema de la gastronomía chilena, como es el Pastel de Choclo. Una preparación bien ejecutada, con una pastelera suave y cremosa, carne picada, trozos de pollo y aceituna sin carozo en un plato de greda que conserva el calor y los sabores. ¿Para maridar? Una copa de cepa país que nos recomendaron. 

Luego me trasladé a la zona sur, con unos Langostinos magallánicos en caldo de porotos y gremolata de pistacho. Un plato de fondo que sorprende con una sopa enjundiosa, explosivo sabor que aportan las gambas y el crunch de los pistachos. Recomendable sin lugar a dudas. 

Para endulzar la experiencia me ofrecieron uno de los imperdibles de la carta, las Peras al vino tinto. Un postre clásico y sencillo de la cocina nacional, pero que bien logrado puede resultar un éxtasis al paladar. Dulce en su justa medida y acompañado de una porción de crema que aporta sedosidad a la receta.          

Mientras terminaba esta degustación, uno de los socios del restaurante, Christian Bulla me comentó que en el salón principal destacan cinco tipos de madera nacional: roble, raulí, lenga, pino y alerce. La idea fue mostrar, exponer y resaltar el ladrillo original de la Iglesia de la Veracruz, manteniendo este tipo de materiales y rescatarlos. Además, se aprovecharon unas vigas que estaban en el segundo piso para hacer la barra, restaurando así un lugar que, sin duda, tiene un valor histórico difícil de ignorar. 

La apertura de Oda Santiago es de esos rincones que se agradecen honestamente en la oferta gastronómica nacional, no solo por su propuesta de reafirmar recetas de la cocina chilena elevándolas de manera inteligente y un peldaño más arriba de lo común, sino que también por su aporte con un espacio patrimonial que fue refaccionado para brindar una experiencia completa y única donde de seguro, querrás volver.

Evaluación: Muy bueno.


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