Según la Organización Mundial de la Salud

El gusto por los videojuegos ¿es una enfermedad mental?

Según la OMS, hay tres síntomas clave que pueden ayudar a determinar cuándo se está ante un caso de adicción a los videojuegos

Por Anais Lucena

18/06/2018

Publicado en

Salud

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videojuegos

Dicen que todo en exceso hace daño, entonces es necesario aprender a identificar cuándo la realización de una actividad o el gusto por una cosa se convierte en obsesión, como por ejemplo los videojuegos.

Recientemente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció que esta adicción está considerada como una enfermedad mental, al incluir al «trastorno por videojuegos» en su decimoprimera revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD, por sus siglas en inglés).

Este trastorno se define como un patrón de comportamiento que tiene una naturaleza e intensidad tal, que produce una marcada aflicción y una disfunción significativa en las relaciones personales y familiares, y en las actividades educativas y sociales de la persona que lo padece.

Según la ICD, está vinculado a la insuficiencia de actividad física, una dieta poco saludable, falta de sueño, comportamiento agresivo, y depresión, entre otras cosas.

Tres conductas a las que hay que estar atentos

  1. Pérdida del control sobre el juego: La persona no es capaz de controlar su conducta, es decir, no puede limitar la cantidad de horas que pasa desempeñando esta actividad ni con qué frecuencia lo hace.
  2. Priorizar el juego por sobre cualquier otra actividad: El juego se impone sobre el resto de los intereses y actividades diarias, que quedan relegadas a un segundo plano.
  3. Continuación o aumento del juego: Aunque el jugador se vea afectado de forma negativa por este comportamiento, continúa jugando o incluso aumenta la frecuencia y la cantidad de tiempo en que lo hace.
  4.  Irritabilidad y la ansiedad: Cuando la persona no se encuentra online, presenta una actitud agresiva y de desesperación.

Según la OMS, para establecer un diagnóstico, estos comportamientos deben manifestarse de forma persistente, debe ser lo suficientemente severo como para afectar la vida personal y social del individuo y manifestarse durante al menos 12 meses.

Sin embargo, es importante mencionar que este trastorno afecta a una proporción muy pequeña de la población que toma parte en estas actividades.

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