Sentirse incomprendido después de los 40 no es una crisis

¡Y si te digo que la vida es mejor después de los cincuenta!

A medida que nos hacemos mayores, nuestros cerebros se vuelven más resistentes al estrés, experimentamos menos remordimiento, somos más positivos y emocionalmente menos volátiles

Por Isailen Piñango

22/06/2018

Publicado en

Salud / Tendencias

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Esta historia comienza con el testimonio de vida de Jonathan Rauch, quien cayo en una crisis de insatisfacción después de los 40 años. «El malestar empeoró a medida que mi vida mejoraba objetivamente. ¡Era todo espléndido!», le dijo a la agencia BBC.

Pero ¿a qué se debía ese malestar? Resulta que no atravesaba una crisis, sino una transición a la mediana edad. Es entonces cuando Rauch investiga sobre el tema y escribe el libro «La curva de la felicidad: por qué la vida mejora después de los 50», que acaba de ser publicado en Estados Unidos y Reino Unido.

Jonathan Rauch, autor de»La curva de la felicidad: por qué la vida  mejora  después de los  Cincuenta «. Foto: BBC

Según Rauch se sentía «insatisfecho e inquieto, atrapado en el cuerpo de alguien que lo quiere tirar todo por la borda».  Además describe lo vivido como un «cambio de valores lento y gradual, perfectamente natural pero bastante desagradable, que tiende a pasar en los 40″.

¿Y después de los 50 qué?

«La sorpresa más grande fue que, de una manera uniforme y en muchos aspectos distintos, la ciencia ha encontrado que después de los 50 años envejecer tiende a hacernos más felices, hasta el final de la vida”, sentencia.

Para Rauch, la transición «no es como lo imaginamos: normalmente vemos el envejecimiento como un proceso miserable en el que vamos perdiendo capacidades y volviéndonos cada vez más tristes”.

Después de los 50, envejecer tiende a hacernos más felices. Foto: Web

Sin embargo, afirma que «es al revés: a medida que nos hacemos mayores nuestros cerebros se vuelven más resistentes al estrés, experimentamos menos remordimientos, somos más positivos, somos emocionalmente menos volátiles, aprovechamos más el momento, conectamos mejor con la gente e incluso tenemos cierta protección frente al daño emocional causado por la pérdida de salud”.

 

«Es algo increíble y sorprendente», enfatiza el escritor que, para el libro, entrevistó a economistas, psicólogos y neurocientíficos.

Por último, defiende que, en efecto, varias investigaciones han hallado evidencias de que la felicidad a lo largo de la vida adulta tiene forma de U: la satisfacción con la vida va decayendo paulatinamente durante las décadas de los 20 y 30, toca fondo en los 40, pero solo para aumentar hasta los 80.

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