Estas son las pocas poses que ellos odian, pero nunca te lo dirán

Definitivamente es difícil generalizar en temas complejos como el amor y el sexo

Por Pato Lakes

23/08/2017

Publicado en

Sexualidad / Tendencias

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Definitivamente es difícil generalizar en temas complejos como el amor y el sexo. Sin embargo, Chris Armstrong, coach sentimental y fundador de ‘Maze of Love’, ha revelado a ‘Bustle’ las poses sexuales de las que ellos se quejan en secreto. Por eso, a continuación, compartimos información difundida por ‘El Confidencial’.

La amazona. Ella está encima de él a horcajadas, con una pierna a cada lado, como si empezase a «cabalgar». Esta postura facilita la penetración. También se puede practicar del revés. «Cuando ella está controlando su orgasmo, controla el movimiento y el ritmo de las penetraciones para maximizar el placer. Esto es bastante incómodo para los hombres a los que no les gustan los imprevistos», asegura el experto, que se refiere a que ellas van a su aire y no son regulares en las penetraciones. «¿Por qué sigue retorciéndose?, piensan algunos, perdiendo el interés en el coito», añade.

 La cucharita. Todo parece indicar que no les gusta esta postura porque es un poco incómoda y no tienen suficiente control. «Si la matemática básica (y varios estudios y encuestas) nos dicen que el perrito es la postura favorita de ellos, es evidente que esta no les guste. Un chico me dijo una vez que la cucharita es «demasiado tierna», mientras que otro hombre me dijo que la odiaba porque no tenía tanto control como le gustaría», cuenta Armstrong.

El perrito tumbado. Ella está arrodillada de espaldas, con los hombros apoyados en la cama, mientras él la penetra desde atrás. «Para algunos hombres esta postura es un cruce entre el misionero clásico (que muchos odian) y el perrito (que muchos aman). A pesar de que poseen el control y pueden evitar el contacto visual, tienen que doblarse y permanecer así un buen rato, lo que puede llegar a ser bastante complicado, sobre todo si son poco flexibles», cuenta el coach, quien también añade que la imposibilidad de jugar con los pechos de la pareja (ya que están presionados contra el suelo o la cama), es un punto negativo.

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