Putin cementa una nueva y poderosa alianza con Irán y Turquía para confrontar a Trump y Occidente

Los líderes de Rusia, Turquía e Irán se reunieron ayer en Ankara para sostener conversaciones mientras consolidaban su improbable alianza con Siria en un desafío a la influencia estadounidense y occidental en la región.

El presidente Putin, el presidente Erdogan y el presidente Rouhani prometieron trabajar juntos para crear un «alto el fuego duradero», construir un hospital para civiles heridos en Ghouta oriental y permitir que los refugiados regresen a casa.

Pero los lazos cada vez más profundos entre el trío serán una preocupación para los Estados Unidos, ya que su capacidad para influir en el futuro del país se desvanece y el presidente Trump considera abiertamente retirar las tropas y dejar de apoyar a los kurdos.

Desde la guerra fría, Rusia e Irán han sido aliados en su oposición a los Estados Unidos y ambos son fuertes partidarios militares y políticos de Siria.

Ahora Turquía se ha unido a sus esfuerzos para proteger a Assad porque quiere aplastar a las fuerzas kurdas respaldadas por Estados Unidos que se concentran en su frontera.

Turquía y Rusia también se han reunido después de que el presidente Erdogan anunciara que su país compraría armas rusas.

El acuerdo de $2.5 mil millones para los sofisticados misiles antiaéreos S-400, firmado a fines del año pasado, se produjo a pesar de la membresía de Turquía en la OTAN.

Los países ahora están cooperando en los esfuerzos de paz sirios, así como en proyectos en la industria de defensa y sectores energéticos, incluyendo un acuerdo de $20 mil millones para construir la primera estación de energía nuclear de Turquía, que comenzó a construirse ayer.

Rusia es el principal proveedor de armas de Irán y el año pasado las dos naciones firmaron un acuerdo de cooperación energética de $30 mil millones de los billetes verdes.

A través de estos tratos, Rusia ahora se encuentra en la posición de tener influencia tanto en Turquía como en Irán.

Esos dos países ejercen una gran influencia más allá de sus fronteras.

Turquía controla gran parte del flujo de refugiados del Medio Oriente hacia Europa.

Firmó un acuerdo con la UE en marzo de 2016 para reducir el número de migrantes al aceptar volver a contratar a aquellos cuya solicitud de asilo ha fallado o que no solicitan asilo. Si invirtiera este trato, las consecuencias políticas en Europa serían enormes.

Irán ha sido acusado de suministrar armas a los talibanes por parte del gobierno de Afganistán.