Todos en un momento de pasión a la distancia, hemos pensado o enviado alguna que otra fotografía de nuestro lado más sensual, o hemos pedido que nos la envíen. Cuando pasa el momento de excitación y se nos enfría la cabeza y pensamos en lo que ya hemos hecho, nos damos cuenta que nos hemos expuesto gratuitamente a lo que se conoce como “pornografía de venganza”… esto significa que inocentemente hemos puesto en las manos de otro algo que puede ser utilizado en nuestra contra en un momento de ira.
Aunque haya quienes digan lo contrario la culpa NUNCA es de la víctima. No tiene nada de malo compartir voluntariamente imágenes de tu cuerpo, así traigas un disfraz o estés completamente desnud@.
Pero si no quieres ‘emparanoiarte’ una vez enviado el contenido, ten en cuenta estos factores:
Evita que salga tu cara
O cualquier otro elemento que pueda identificarte, como tatuajes, cicatrices o esos tres lunares (como dice la canción). Si algo sale mal y esa persona en quien confiaste resulta ser vengativa, tus fotografías íntimas pueden terminar siendo vistas por más personas e incluso en las redes sociales. Si tu cara no sale, siempre podrás negar que seas tú.
NO uses Whatsapp
Tampoco Facebook ni Instagram, ni las envíes vía correo electrónico. Mejor cámbiate a Snapchat o al chat secreto de Telegram.
Con Snapchat, la ventaja es que el destinatario no puede guardar las fotos en su teléfono y, si hace una captura de pantalla, la app te envía una notificación.
Con Telegram, además de que no puede guardar las imágenes y recibes las mismas notificaciones, puedes activar la autodestrucción automática: el chat, incluidas fotos y vídeos, es eliminado cuando pasa el tiempo que tú decidas.
Solo con gente de muuucha confianza
Asegúrate de que la persona con la que vas a sextear no tenga fama de haber causado problemas a otras parejas. Si confías y te sientes cómod@, hacer sexting puede favorecer mucho tu vida sexual.