Descubren que terremoto de 2016 en Chiloé fue una réplica del que tuvo lugar en Valdivia en 1960

Es sabido que en Chile ocurren muchos sismos por día, de los cuales la mayoría no son perceptibles

Por Paula Toro

14/12/2017

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Es sabido que en Chile ocurren muchos sismos por día, de los cuales la mayoría no son perceptibles. Como somos un país sísmico, ya hay bastante costumbre al momento de sentir sismos más fuertes, e incluso cuando se ha tratado de violentos movimientos, ya se sabe -más o menos- qué hacer.

No obstante, lo que muchos no saben es que una réplica de un fuerte terremoto puede tardar muchos años en hacerse sentir. Es más, pueden ser hasta 6 décadas.

A esta conclusión llegó el doctor Dietrich Lange junto a su equipo de investigación oceanográfica alemana Geomar y un grupo de especialistas de la Universidad de Chile, quienes descubrieron que el terremoto de 7,6 grados (magnitud de momento o Mw) que afectó a Chiloé la navidad del 2016, fue en realidad una réplica del terremoto mundial más potente del que se tienen registros: el de Valdivia de 1960 que tuvo una magnitud de 9,6 grados (Mw).

Esto quiere decir que la energía residual estuvo acumulada durante 56 años.

Los resultados de esta investigación fueron publicados en el Geophysical Journal International y se llegó a la conclusión tras analizar que el sismo en Chiloé se produjo exactamente en la misma franja del terremoto de Valdivia, el cual dejó al menos 1.600 muertos.

GEBCO World Map 2014

«Pese a la inmensa fuerza del terremoto de 1960, esto indica que aún así quedó tensión acumulada en la zona», comentó el doctor Lange.

Cabe señalar que Chile sufre muchos sismos debido a que toda la línea costera está ubicada donde la placa de Nazca colisiona con la placa Sudamericana, y se sumerge progresivamente bajo ella. Esto ocurre normalmente a un ritmo de 6.6 centímetros al año, no obstante, en el terremoto de Chiloé, la subducción se aceleró a entre 3.6 metros y 4.5 metros de una vez.

En tanto, en el terremoto de 1960, la placa se desplazó 30 metros en sólo unos minutos.

«La escala a la que ocurren los desplazamientos nos entrega información sobre la energía acumulada entre ambas placas. En el caso del terremoto de Chiloé, la presión debe haberse acumulado por 56 años. Esto es más antiguo que el último gran sismo en la zona», comentó Lange.

Estos hallazgos podrían tener una incidencia en las normas de construcción antisísmicas que se aplican en Chile, pues, según comenta Lange, ya no sólo se debe pensar en los terremotos como eventos que ocurren de un ciclo a otro, sino que todos los eventos siguen teniendo potencial de manifestarse durante ciclos posteriores.

«La energía puede resultar mayor de lo que se considera en los actuales cálculos, algo que debiera incidir en las recomendaciones para una construcción bajo normas de resistencia sísmica», concluyó el doctor.

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