Se ausentaron nueve semanas para un tratamiento por cáncer, y cuando volvieron sus vecinos habían estado haciendo esto en su casa

Emily y su familia tuvieron que salir de casa durante nueve semanas para atenderle un grave problema de salud. Pero al volver, los esperaba una sorpresa que solo fue posible gracias a la bondad de la gente.

Con apenas tres años de edad, la vida de Emily Cassidy se enfrentó a un gran reto de vida. Contó con todo el apoyo de sus seres queridos. Pero al volver de su tratamiento, la familia no esperaba que sus vecinos la recibirían de esta manera.
Los médicos le encontraron a Emily un tumor canceroso detrás de un ojo. Para realizarle la cirugía, su familia tuvo que dejar su natal Birmingham —en el Reino Unido—, y trasladarse con ella a otro país, donde permanecieron nueve semanas.

Debido a los gastos generados por la cirugía y el viaje, desde hace tiempo la familia no había dado mantenimiento a su casa, por lo que lucía muy deteriorada. Sin embargo, al volver, lo que encontraron fue esto.

La vieja sala de la casa había sido cambiada por completo. Ahora, había un nuevo sillón, una televisión más amplia, una alfombra muy llamativa e incluso una lámpara distinta.

Al entrar a la cocina, notaron que también había sido transformada de extremo a extremo. Tanto la estufa como el refrigerador e incluso el piso eran nuevos. Al ver las tazas sobre la mesa, notaron quién había sido el responsable de todo esto.

La idea fue posible gracias a la organización Help Harry Help Others, que reclutó a los vecinos de la familia para hacer las renovaciones. La fundación fue creada por Georgie Moseley, cuyo hijo murió de cáncer en 2012.

Harry murió tenía 11 años de edad. Pero para entonces, su familia había logrado recaudar más de 650 mil dólares, los cuales ahora se han destinado tanto para la investigación del cáncer como para causas benéficas, como la renovación de esta casa.

Las habitaciones, el baño, e incluso el jardín, también fueron renovados. “Es increíble, no puedo creer que sea la mía. Cuando entré, me sentí como mi corazón fuera a estallar”, comentó Lucy, la madre de Emily, al diario Metro.

“Esto va a hacer una gran diferencia en nuestras vidas. Es ahora un lugar al que Emily puede volver a casa y relajarse después de su quimioterapia. Ahora podremos recibir visitas sin sentir vergüenza”, agregó la madre de Emily.

Una historia con un final feliz

EMD