Puede que estés convirtiéndote en tu peor enemiga.
No estás desesperada ni nada, pero digamos que la etapa neutral de la soltería ya pasó para ti, y quieres comenzar a salir. Has tenido varias oportunidades de conocer personas que te gustan y otras no tanto, peroparece que ninguna oportunidad te interesa demasiado, o la estás estropeando sin que te des cuenta. A veces, por más que queremos algo, no nos damos cuenta cómo el miedo irracional o los nervios nos están llevando en la dirección contraria, y cuando quieres coquetear, terminas espantando a la persona con malos comentarios.
Si tienes dudas de por qué las citas no te han estado funcionando, puede que esta sea una posibilidad.Quizás estés saboteándote, como si fueras tu propia enemiga.
1. No te gustan las citas
Cualquier instancia que se asemeje a una cita, te produce rechazo. No te gusta la presión, ni lo cursi que puede ser, y te sientes incómoda aunque sea con alguien que ya conoces. Por lo que cada vez que alguien te invita a salir, aunque sea solo a compartir un café y reír un rato, lo rechazas. No siempre de la manera más sutil. Tus amigas no saben qué hacer contigo, porque mientras dices que quieres comenzar a conocer gente, te contradices tú misma al no mostrar ningún interés, o llegar a cada cita con la peor cara de “me obligaron a hacer esto”. Por favor.
2. Tus ideales te impiden disfrutar la realidad
No es que lo hagas a propósito, pero ya llevas un tiempo soltera que te hace un poco más exigente que lo normal. Y no es que tengas un prototipo per sé, pero sí una idea de lo que quieres en un hombre. Y apenas hay un solo detalle que no se asemeja, lo descartas por completo, sin pensar en que todas las otras cualidades pueden ser geniales (sin mencionar que pueden ser tal y como tú te imaginas). A primera vistate desilusionas y tu mente bloquea al hombre que acabas de conocer.
3. No eres selectiva, sino que malcriada
¡Calma, no queremos insultarte! Pasa que, tomando lo anterior, más allá de que quieras tales o cuales características en un chico que te interese amorosamente, ¡siempre encontrarás un pero! Algo habrá que te detenga. Dices que te gustan así de tal manera, pero luego cambias de parecer a todo lo contrario, solo para decir que no más. Eres tú la que se está poniendo demasiado complicada, quizás.
4. Guías la conversación a puras quejas
Cuando comienzas a ver una luz al final del túnel y tu cita cree que las cosas van bien, incluso tú te sientes cómoda, comienzan las quejas. Y tornas la conversación en un sinfín de alegatos que terminan por marear al chico con el que has salido, y llega a su casa sin querer volverte a ver. Se pone denso, y nadie quiere eso de buenas a primera, menos de la nada. Así que si te quedaste de brazos cruzados porque no te dio un beso cuando se despidieron, es mejor que hagas memoria de todo lo que dijiste y podría haberlo hecho sentir mal.
5. Eres una acosadora por redes sociales
Esto es algo muy común hoy en día, tanto que se ha normalizado, pero no quiere decir que esté bien. Cuando al fin conoces a un buen chico que te gusta, comienzas a seguirlo por todas las redes sociales posibles, revisas sus fotos desde el año 1, le pones “Me Gusta” a todas sus publicaciones y sigues cada paso que da. Esto incluso después de años de noviazgo puede ser “un poco demasiado”. Y terminarás asustando al chico en cuestión. Debes detenerte y tener calma, o esconder un poco tu lado psicópata.
Vía UPSOCL