5 cosas estúpidas que hacemos ante un Adiós que tienen explicación

Decir adiós no es fácil cuando queremos a alguien y vamos a estar tiempo sin verles

Por Ángela Barraza

05/10/2015

Publicado en

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Decir adiós no es fácil cuando queremos a alguien y vamos a estar tiempo sin verles. Tanto si se van ellos, como si nos vamos nosotros. Amigos, familia, pareja… Lo más raro de todo es que, siendo tan difícil el momento, nos empeñamos en complicarlo y hacerlo mucho peor. Pero todo tiene una explicación:

1. Nos distanciamos

Todos usamos una especie de cuenta atrás mental respecto a las cosas que consideramos importantes. Para preparar las despedidas dolorosas a veces intentamos ahorrarnos el máximo dolor del momento del adiós. ¿Cómo? Creando un poco de distancia justo antes para que parezca que cuando el adiós llega ya estamos a cierta distancia. ¿Inteligente? ¿Estúpido? Humano.

2. Nos enfadamos

Enfadarse no es agradable, pero si lo comparamos con tener miedo empieza a parecer más atractivo, ¿verdad? Si no quisiéramos tanto a quienes decimos adiós todo sería más fácil, pero la realidad es la que es. Y también sabemos que si nos enfadamos con ellos nos van a seguir queriendo. Y de repente, en el momento de decir adiós se nos pasa el enfado. Sólo era un mecanismo para soportar mejor el miedo y el dolor.

3. Estamos necesitados de todo

¿Pero de qué, concretamente? De todo, de que no te vayas, de que cuelgues el teléfono y me prestes atención, de que no hagas otros planes por si acaso te llamo de inmediato, de que salgas de la habitación pero te quedes a la vez. Lo necesitamos todo.

4. Evitamos el adiós

Mientras algunas personas van a tratar de decir adiós a todos, hay quien huye de ese momento y sólo llama a sus más allegados. Luego, una vez de camino, envía un mensaje a todos los demás. O ni siquiera dice nada. Como si de esta manera aún pudieran volver cualquier día y no hubiera habido un adiós.

5. Lloramos

Nuestras lágrimas están ligadas a nuestras emociones, y nuestras emociones están sin control, así que lloramos. Se acaba un capítulo de nuestra vida. Suena muy fuerte. Pero cuando acaba un capítulo comienza otro que, sábelo, en el mejor de los casos también te hará llorar de dolor. Qué triste marcharse sin tener que llorar por lo que has amado. Aunque también sea triste dejar cosas atrás. En fin, que lloramos. Y eso, otra vez, es porque somos humanos.

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