En todos nosotros habitan dos fuerzas que los orientales denominaron Yin y Yang, lo femenino y lo masculino. Sabemos que el Yang representa lo masculino y se caracteriza por la fuerza física, escalar una montaña, actuar sobre los otros en el mundo exterior, avanzar, penetrar, direccionar, entre otras y el Yin se identifica con la delicadeza, relajación, ternura, receptividad, capacidad de cuidado, apertura o flexibilidad.
Ambas fuerzas mantienen un diálogo interior constante adentro nuestro, veremos qué es lo que ocurre cuando Yin y Yang (nuestra pareja interior) no se llevan bien. Inevitablemente se reflejará adentro y afuera nuestro.
Para que una pareja se integre se ame y se viva en plenitud y equilibrio hacen falta ciertos componentes como son, el amor, la receptividad, la comprensión, la aceptación, el perdón, los límites, el dialogo claro y por supuesto mucha creatividad.
La clave en mantener ese equilibrio entre lo femenino y lo masculino, estará en reconocer dentro nuestro si aquello que pido a mi pareja, antes que nada, soy capaz de dármelo a mí mismo.
Vamos a descubrir qué tipo de pareja interior eres
¿Me permito escuchar internamente lo que necesito y responsabilizarme de ello? O mi pareja interior no escucha ni se responsabiliza de sus necesidades.
¿Puedo aceptar mis propios límites y por ello puedo ponerlos fuera cuando los necesito poner? O dejo que mi pareja interior se salte todos los limites internos creyéndome todo/a poderoso/a.
¿Puedo perdonarme a mi misma/o cuando he cometido un error? O soy implacable y exigente y déspota.
¿Soy claro conmigo mismo ? O me quedo en la nebulosa sin definir ni poner el foco en lo que me hace falta.
¿Me acepto a mi misma/o tal como soy O siempre estoy queriendo ser quien no soy , estoy desconforme con mi peso altura rendimiento laboral , académico o social.
¿Me doy poder a mi misma /o? O le doy poder a los demás.
¿Puedo reconocer que no puedo con todo? O me responsabilizo de absolutamente todo.
Llegados a este punto reflexionemos si tenemos una pareja interior satisfecha y equilibrada o nos tenemos que poner manos a la obra e ir en busca antes que nada, de nosotros mismos