Diez mentiras que el cine y la televisión nos contaron sobre los dinosaurios

Los dinosaurios vuelven a estar de moda (si alguna vez dejaron de estarlo), y no hablamos precisamente de los documentales

Por Ángela Barraza

22/06/2015

Publicado en

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dinosaurio

Los dinosaurios vuelven a estar de moda (si alguna vez dejaron de estarlo), y no hablamos precisamente de los documentales. El estreno mundial de Jurassic World, viente años después de la famosa película con la que Steven Spielberg puso en nuestras vidas al velociraptor y compañía, está batiendo récords en taquilla y poniendo una vez más a estos gigantes de la naturaleza en la cresta de la ola.

Aunque los dinosaurios en el cine no son algo que inventara el padre de E.T. precisamente, desde entonces hemos ido aprendiendo muchos cosas sobre estos bichos que siguen presentes hoy día y que, sin embargo, poco tienen que ver con la realidad. Hemos recopilado una decena de estos mitos para erradicarlos de una vez por todas.

No sabemos los sonidos que hacen

Nadie sabe si los dinosaurios hacen ruidos monstruosos o no, pero el cine se ha empeñado en meternos esa idea en la cabeza. Hasta el propio diseñador de sonido de Parque Jurásico reconoce que él se inspiró en tortugas apareándose para crear los chillidos correspondientes. Obviamente, es imposible saberlo porque no tenemos testimonios de esa época.

No todos los dinosaurios son grandes

Películas y dibujos te habrán enseñado que el tamaño (de los dinosaurios) importa y que los más pequeños tienen que agacharse para arrancarte la cabeza, pero no necesariamente era así. Los científicos afirman que dinosaurios como el anchiornis (parecido a un urogallo) o elscansoriopteryx (como una musaraña con cola larga) eran más bien cortos de huesos, así que probablemente su presencia no impondría tanto.

Brazos del T. Rex

Aunque no lo parezca, los T.Rex tenían unos brazos muy útiles

El temible T.Rex, de cuyos brazos tanto nos hemos reído no debería ser objeto de mofa: sus brazos no serían kilométricos, pero a sus gigantescos dueños les permitía sostener un peso destacable: según los científicos, hasta 400 libras, más de 180 kilos. Prohibido reírte de los bracitos de estos tiernos animales.

Apatosaurus

El tyrannosaurus y el apatosaurus no vivieron juntos

Seguimos hablando del gigante T.Rex  y de otro de los dinosaurios emblemáticos, el apatosaurus (el de cuello largo, como si fuera el Dino de la familia Picapiedra). El cine no ha creado la sensación de que estos dos célebres dinosaurios compartieron tiempo y espacio, pero en realidad nunca convivieron: el apatosaurus vivió en la parte occidental de lo que hoy es América del Norte hace 150 millones de años, 80 millones antes de que el tyrannosaurus llegara.

Cerebros de los dinosaurios

Los dinosaurios tenían dos cerebros

Probablemente recuerdes de Pacific Rim que bichos tan simpáticos como el dinosaurio violeta Barney tenían dos cerebros. Esta sospecha se debe a la existencia de una extraña cavidad que tenían en un punto de la columna vertebral, a la que se le ha venido atribuyendo como función la de alojar un segundo cerebro que explicaría cómo podían ser tan grandes y ejecutar movimientos de esa manera con un cerebro tan pequeño. Sin embargo, si vuelves a oír eso, niégalo agitando el dedo índice con vehemencia. ¿Por qué? Porque los científicos afirmaron luego que esa segunda cavidad podía ser más bien un almacén natural de glucógeno, como el que tienen ahora los pájaros, pero en ningún caso otro cerebro.

Los mamíferos fueron pasto de los dinosaurios

Aunque parezca que los dinosaurios se cargaron a todo bicho viviente a su alrededor, sería injusto olvidar que hubo mamíferos que también le dieron lo suyo a algunos dinosaurios. Eso sí, estos eran más bien pequeñitos, pero no por eso le vamos a quitar mérito. Si es que tiene algún mérito…

Dinosaurios de colores

Festival del color

Por alguna extraña razón, los colores que más han primado entre los dinosaurios han sido el gris, el verde, el marrón o el inexplicable violeta de los anteriormente citados Dino y Barney. Sin embargo, todo apunta a que los dinosaurios eran bastante cromáticos: al menos, algunos plumíferos tenían un buen abanico de colores, como si de un pavo real se tratase.

Los velocirraptores no eran para tanto

Un equipo de científicos analizó un esqueleto de velociraptor, los veloces dinosaurios que corrían tras su presa en Parque Jurásico, y parece que eran más tranquilos de lo que parecen en las películas y se alimentaban de carroña: en el interior de su intestino encontraron un hueso de pterosaurio, un gigante alado de dos metros de envergadura. Teniendo en cuenta que los velociraptores medían alrededor de medio metro (en la película también fueron aumentados de tamaño), sería poco probable que se hubiesen enfrentado a ellos, así que tiene toda la pinta de que ese hueso llegó a su interior tras hincarle el diente a algún cadáver.

Es imposible obtener el ADN de un dinosaurio

Una escena mítica de Parque Jurásico, una película antológica, y su razón de ser tirada a la basura. Unos científicos australianos descubrieron que el ADN no sobrevive más de 6,8 millones de años por lo que parece poco probable obtener material genético de unos dinosaurios que desaparecieron hace 65 millones de años. Así que no sueñes con nada si te encuentras una suerte de mosquito encerrado en ámbar en medio del campo.

Ave

No, los dinosaurios no se extinguieron

Terminamos con otra razón para escupir sobre la escena del ámbar. Los dinosaurios no se extinguieron, sino que evolucionaron. Al menos, algunos. Científicos chilenos llegaron a la conclusión de que las aves son una forma evolucionada de los dinosaurios voladores, así que trata con un poco de respeto a los pájaros cuando los veas. Si no, la ira de Alfred Hitchcock caerá sobre ti.

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Con información de MTV, Tor, Fayer Wayer, Smithsonian y El Mundo. Imágenes de Shutterstock y Tumblr

Fuente

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