Sin ahondar en lo evidente, como: protege obsesivamente su celular o te ofrece excusas para suspender salidas… Hay ciertos rasgos de la personalidad que nos pueden referir si un individuo es más propenso a involucrarse con otras personas estando en una relación.
Y no los identificamos nosotros. De acuerdo con los expertos en relaciones interpersonales, Olga Levancuka y Gary Amers, existen seis características de las personas infieles, muy sutiles, que querrás tomar en cuenta. Te las contamos a continuación.
Estas son las características de las personas infieles. ¿Las reconoces?
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Se fascinan a sí mismos
Las personas con el “gen de la infidelidad” son narcisistas por excelencia. Les cuesta concentrarse en asuntos en los que no estén inmiscuidos directamente, ya que siempre piensan en sí mismos. Digamos que son poco empáticos, pues la empatía implicaría centrarse en los problemas y necesidades de otro y… sencillamente, no les resulta muy interesante.
Precisamente por este rasgo de su personalidad, tienden a buscar otros romances para sentirse admirados, adorados y con el ego a rebosar, sin considerar que la aventura herirá los sentimientos de su pareja.
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Son muy coquetos
No hay nada que reprocharle a la coquetería, pues es parte del juego de la seducción. La ponemos en práctica por instinto o con toda la intención, para enviarle una señal de aprobación a aquella persona que nos ha cautivado.
¿Pero cuándo el flirteo pasa a ser un signo de alerta? Una de las características de las personas infieles es la coquetería excesiva. Flirtean con todo lo que se mueve, incluso estando cerca de su pareja.
Los expertos responden a ello que, “esta necesidad de validación y de sentirse deseado puede eventualmente conducirlo a engañarte.”
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Son codiciosos
A las personas infieles les invade constantemente el pensamiento de que siempre pueden encontrar algo mejor, aunque tengan al lado a alguien que genuinamente cubre con sus expectativas.
Este rasgo es un poco difícil de captar, a menos que seas muy observador para notar que las redes sociales o las aplicaciones para citas les funciona bastante bien a la hora de explorar otras opciones.
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Son inseguros
Con todos los puntos que hemos tocado hasta ahora, tal vez has podido deducir que detrás de los infieles, con toda esta necesidad voraz de sentirse admirados, deseados y solicitados, se ocultan grandes capas de inseguridades.
A esto agregamos que, en muchas ocasiones, las infidelidades se llevan a cabo por un miedo irracional a la soledad. Los infieles siembran en su subconsciente una idea equivocada que lleva a convencerse de que, si su pareja llegase a faltar, deben asegurar un plan B para que otra persona ocupe su lugar de manera inmediata. Así alimentan sus carencias.
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Son mentirosos
“No todos los mentirosos son infieles, pero los infieles son siempre mentirosos,” es lo que afirman los expertos…y cuánta verdad hay en ello.
También es cierto que las mentiras dictan demasiado sobre la moral de las personas. Cuando alguien acostumbra a mentir, engañar a otros se convierte en un juego de niños.
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Acusan por cosas que definitivamente ellos harían
Un ejemplo sencillo de esto -y bastante común-, es cuando alguien apuesto camina muy próximo a una pareja y uno de ellos reclama: “lo estabas mirando, ¿verdad?,” aunque no esté del todo seguro de que lo haya hecho en realidad.
“Dime lo que juzgas y te diré quién eres,” esta frase lo resume bastante bien.
Vía: Supercurioso