(Fotos) ¿Te acuerdas de las escalofriantes gemelas de «El Resplandor»? Así están hoy a 37 años de la película

El Resplandor es una de las películas más representativas de la filmografía de Stanley Kubrick, además de ser una de las cintas fundamentales para entender el terror psicológico actual. Ha pasado a la historia por su calidad y por sus personajes, los cuales se han convertido símbolos del cine más oscuro.

Hoy les hablaremos de un par de personajillos que salían en la cinta original y que, a día de hoy, todavía nos dan terror cada vez que las recordamos: se trata de las gemelas de vestido azul e inocente mirada que habitaban en el hotel. ¿Qué habrá sido de ellas?

Ellas interpretaron a las terroríficas gemelas en el Resplandor, de Stanley Kubrick. Pero han pasado los años y Lisa y Louise Burns han crecido (un poco).

Las hermanas Grady hicieron que a todos nos recorriera un escalofrío por la espina dorsal con su aparentemente inocente pero escalofriante presencia.

Nacidas en Londres hace 49 años, ya no queda ni rastro de esas niñas que nos quitaron el sueño durante semanas después de ver la película allá por el lejano 1980.

Solo tenían 10 años cuando salieron en la que es una de las películas más icónicas de la filmografía de Jack Nicholson.

Después de salir en la adaptación de la novela de Stephen King, las gemelas se alejaron de las cámaras.

Lisa estudió literatura y ahora trabaja como abogada. Louise es una microbióloga publicada.

Las gemelas declararon en 2015 que su participación en la película, lejos de beneficiarlas en su carrera cinematográfica, las hundió.

Afirmaron haber sido rechazadas de varias escuelas de actuación por haber participado en una película de terror.

En la película, Lisa y Louise interpretaban a las hijas de la propietaria de un macabro hotel que son asesinadas brutalmente por Jack.

Realmente son todo un icono del cine de terror y pasarán a la historia como las gemelas más tenebrosas de la gran pantalla.

Pero son también una prueba más de la relatividad de la fama y de cómo dar un pelotazo no es sinónimo, necesariamente, de un éxito asegurado.