Los libros han sido quemados, censurados, prohibidos, escondidos y arrojados al mar en el que navegan todo el día los internautas. Incluso algunos entusiastas han llegado a decir que pronto serán reemplazado por las pantallas de 7 pulgadas.
Pero el libro, a pesar de todo, se ha encargado de luchar contra todo disparate y sigue existiendo como el arma más poderosa que ha inventado el hombre.
Y así como los libros han aprendido a vivir en la clandestinidad, no es raro que existan algunas librerías que también viven bajo cierto secreto, en galerías de otra época, en calles poco transitadas, con señores libreros que cultivan un paciencia inexplicable. Seguramente poetas en sus horas inciertas.
Por eso, acá hay algunas librerías que casi viven ocultas y que siguen escribiendo su historia en Santiago:
Galería La Merced, Huérfanos 635.
Librería Proa, Mac -Iver 142.
Pasaje Aillavilú en barrio Mapocho.
Esotéricos en la galería de Huérfanos 786.
Librerías del Persa Bio Bio.
Una que cayó peleando, Ahumada 312.