La trágicas vidas de las esposas de algunos de los líderes más malos de la historia

Acompañaron a grandes villanos de la vida real durante años. Hombres que marcaron guerras de armas y psicológicas que aún dejan su huella. Estas son sus historias.

Amal al-Sadah era la esposa más joven de Osama Bin Laden. Se casaron el año 2000, y cuando ella tenía 18 años. Se decía que su relación era parte de un arreglo político entre Bin Laden y una tribu importante de Yemen, lo que traería un alza de reclutas para al-Qaeda. También se cree que estuvo junto a él para el ataque de las Torres Gemelas.

Sajida Talfah fue el nombre de la esposa y prima directa del terrible Saddam Hussein. Sus padres arreglaron su matrimonio, y hasta la ejecución de él se mantuvieron juntos. Él tuvo tres más esposas, a lo que Sajida no estaba de acuerdo. A pesar de ello, la mujer fue la esposa «oficial» con quien tuvo cinco hijos.

Ella es la supuesta responsable de la crianza déspota al  hijo mayor de Hussein, Uday, quien es reconocido por sus terribles torturas.

La esposa del temido y recordado Aldolf Hitler era Eva Anna Paula Braun, con quien se casó cuando ella tenía apenas 19 años. Pero también fue una de las víctimas de su esposo, quien era conocido por su fama de mujeriego. Intentó quitarse la vida dos veces sin éxito, una de estas veces poco antes de su matrimonio.

Braun era fotógrafa y gran parte del material que aún queda registrado del dictador, es de su autoría. Finalemente, ambos murieron juntos suicidándose en un búnker.

Nadezhda Serguéievna Allilúyeva es el nombre de la segunda mujer con quien contrajo matrimonio el líder soviético Iósif Stalin. Ella lo admiraba y seguía su ideología, pero también sufría por los silenciosos celos que guardaba contra las aventuras de su esposo, quien buscaba siempre mujeres más jóvenes que ella.

Su muerte ha sido siempre un misterio, tras ser encontrada muerta con una pistola. Algunos apelan a inestabilidad emocional, problemas mentales o que incluso su propio esposo lo habría hecho.