Las comidas ‘saludables’ son distintas para cada persona

Los indicadores que se utilizan habitualmente están basados en estudios realizados con muy poca gente, por lo que no deberían utilizarse, señalan, y consideran que las dietas deben ser personalizadas. Una mujer, por ejemplo, mostró importantes subidas de azúcar después de comer tomates, un alimento supuestamente 'saludable'.

Por Jose Robredo

28/11/2015

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Tendencias

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¿Se ha preguntado por qué no funcionó aquella dieta? Un estudio israelí he hecho un seguimiento de los niveles de azúcar en la sangre de 800 personas durante una semana y sugiere que incluso si todos comemos la misma comida, el cómo se metaboliza difiere de una persona a otra.

Los resultados, publicados en Cell, demuestran el poder de la nutrición personalizada para ayudar a las personas a identificar qué alimentos pueden ayudar u obstaculizar sus objetivos de salud.

Un estándar desarrollado hace décadas, llamado índice glucémico (IG), se utiliza para clasificar los alimentos según cómo afectan a los niveles de azúcar en la sangre, y es un factor utilizado por médicos y nutricionistas para desarrollar dietas saludables. Sin embargo, este sistema se basa en estudios que promediaron cómo respondieron pequeños grupos de personas a diversos alimentos.

El nuevo estudio, dirigido por Eran Segal y Eran Elinav del Instituto de Ciencia Weizmann de Israel, ha comprobado que el IG de un determinado alimento no es un valor fijo, sino que depende de la persona.

Para todos los participantes, se recogieron datos a través de cuestionarios de salud, medidas corporales, análisis de sangre, monitorización de la glucosa, muestras de heces y una aplicación móvil utilizada para informar del estilo de vida y la ingesta de alimentos (se midió un total de 46,898 comidas). Además, los voluntarios recibieron unas cuantas comidas estandarizadas/idénticas en sus desayunos.

Como era de esperar, la edad y el índice de masa corporal (IMC) estaban asociados con los niveles de glucosa en la sangre después de las comidas. Sin embargo, los datos también revelaron que diferentes personas muestran muy diferentes respuestas a la misma comida, pese a que sus respuestas individuales no cambiaban de un día para otro.

«La mayoría de las recomendaciones dietéticas que uno puede imaginar se basan en uno de estos sistemas de clasificación, sin embargo, lo que la gente no destaca, o tal vez no aprecia plenamente, es que existen profundas diferencias entre los individuos: en algunos casos, tienen respuestas opuestas, y esto es realmente un gran agujero en la literatura científica», dice Segal, del Departamento de Ciencias de la Computación y Matemáticas Aplicadas de Weizmann, en la nota de prensa de Cell Press recogida por EurekAlert!

«La medición de una cohorte tan grande sin prejuicios realmente nos ha iluminado sobre lo inexactos que estábamos siendo en torno a uno de los conceptos más básicos de nuestra existencia, que es lo que comemos y cómo integramos la nutrición en nuestra vida diaria», dice Elinav, del Departamento de Inmunología de Weizmann. «En contraste con nuestras prácticas actuales, ajustar las dietas al individuo es lo que puede permitirnos utilizar la nutrición como medio de controlar los niveles de azúcar en sangre y las enfermedades asociadas.»

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