Lecciones para dejar de ser un niño y convertirse en hombre

Convertirse en hombre. Una transición que ha cuestionado la forma de vivir de las personas desde tiempos inmemorables. Hay tribus africanas que mutilan a los jóvenes para demostrar que son hombres, hay academias tradicionales en muchos lugares que los examinan y hacen un gesto simbólico que los convierte en “adultos”, y hay algunas culturas que transmiten sabiduría ancestral para preparar a los futuros hombres. Tal es el caso de la tribu Sioux en Estados Unidos.

Los nativos estadounidenses tienen una filosofía que poco tiene que ver con la idea que mucha gente tiene acerca de ese país. Ellos basan su pensamiento en convivencia con la naturaleza y hermandad, por lo que las aspiraciones materiales están fuera de sus ambiciones. Claro que con el tiempo también se han mezclado con la cultura popular de su nación, pero sus preceptos prevalecen. Uno de los hombres más importantes de la cultura sioux fue Charles Eastman, cuyo nombre sioux fue Ohíye S’a y él fue quien mencionó las seis lecciones que su tribu enseña para hacer a un verdadero hombre.

Él dice que siempre se crían con la idea de convertirse en hombres, y que en cuanto ese sentimiento penetra en el pensamiento, la idea es la de un cazador. Esa es una de las razones por las que no buscan posesiones y esperan servir a su gente sin esperar mucho a cambio. Se trata de ser, no de tener. Estos son los seis pasos, enseñanzas, virtudes o lecciones que te enseñarán a ser un verdadero hombre según la tribu sioux.

Silencio

Ellos evitaban las trivialidades y hablaban solamente de las cosas importantes. Un hombre debe ser directo y firme en palabra y pensamiento. Divagar e irse por las ramas puede ser señal de debilidad. La gente carismática siempre sabe cuándo hablar y qué decir para hacer las veladas más amenas, pero también sabe escuchar y replicar. El silencio no significa una total falta de comunicación, sino la correcta forma de hablar, calidad antes que cantidad.

Amor

No se trata del amor de pareja, es un amor que se demuestra con el tiempo, el servicio y el honor. El amor más grande en la cultura sioux es el amor de la amistad, el que el hombre tiene con otros cazadores con los que realiza su servicio a la comunidad. Según Charles Eastman es fácil ser leal con la familia, amar a una mujer es cuestión biológica por lo que tampoco es tan difícil, pero tener un amigo con el cual superar todos los obstáculos y adversidades de la vida es la verdadera marca de un hombre.

El vínculo se crea desde la infancia y perdura toda la vida, si no valoras la amistad como algo inquebrantable no eres un verdadero hombre. La sociedad moderna ha elevado el amor romántico a lo más importante, muchas veces a lo único que alguien necesita, suponiendo que las amistades son cosa de transición, pero en la cultura sioux, un amigo te acompañará toda la vida.

Reverencia

No practican la religión cristiana, ellos creen en el gran espíritu y consideran que todos los seres vivos tienen alma y merecen nuestro respeto. A pesar de que también consideran que los secretos de la religión no pueden ser conocidos, un hombre debe ser uno con la naturaleza, solamente tomar de ella lo que necesita para vestir y comer.

Generosidad

Mientras más cosas materiales se adquieren o mientras más es el amor a las posesiones, más débil es la hombría. Los sioux solamente buscan recibir cosas materiales durante las bodas, los nacimientos, las muertes y otros días que consideren realmente especiales. Esastman dice:

“El indio, en su simplicidad, literalmente regala todo lo que tiene a familiares, otras tribus o clanes, pero sobre todo a los pobres y los viejos de los que no espera nada a cambio. Finalmente, el regalo al “gran misterio”, la ofrenda religiosa, puede ser de poco valor en sí, pero para el que lo da debe tener significado y ser un verdadero sacrificio”.

El cazador que realmente se hace saber un hombre invita a los viejos a cenar a su casa y en cambio ellos cuentan historias de sus glorias pasadas, dotando de sabiduría al cazador.

Coraje

El coraje es una de las cosas más importantes según el indio sioux. Él dice que un hombre de la tribu quiere ser alguien valiente con tantas ganas como un joven blanco quiere ser un abogado o presidente de Estados Unidos. El hombre valiente no siente enojo, deseo o agonía y es maestro de su propio temperamento. Tiene todas las virtudes y busca el bien común. Más que el instinto de lanzarse a la guerra o a cualquier ataque, ser valiente significa tener autocontrol absoluto.

Castidad

Tanto hombres como mujeres sioux ven con buenos ojos la castidad. Siguiendo al punto anterior, el autocontrol tiene mucho que ver en esto. El hombre que era capaz de no dirigirle la palabra a una mujer hasta que cumplía las obligaciones de un cazador, era considerado alguien especial y recibía mayores honores. No era considerado un pecado, pero los hombres que más se alejaban de las mujeres eran considerados más aptos para cumplir sus verdaderas obligaciones.

Fuente: Cultura Colectiva–