Cosas del calendario

Si no existiera un año bisiesto cada cuatro, hoy estaríamos a 15 de julio de 2017

Recientemente se ha hecho el cálculo en un artículo que nos recuerda que la Tierra no tarda 365 días exactos en dar la vuelta al Sol

Por Ángela Barraza

29/02/2016

Publicado en

Tendencias

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Earth-Asia Pacific Region

Si nos pusiéramos chúcaros y, decidiéramos mundialmente que se acabaron los años bisiestos, considerando, por ejemplo, a los pobres niños que nacen el 29 de febrero (¿celebrarán 4 cumpleaños en uno? ¿o se corren para el 28? ¡Que lata!), sucedería que hoy estaríamos a 17 de julio de 2017.

Esto, obviamente no es un cálculo que hice yo, porque soy pésima para las matemáticas, sino que se trata de un cálculo que hizo Los Angeles Times, en el que nos recuerda que la Tierra no tarda 365 días exactos en dar la vuelta al Sol: en realidad son 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos. Por esa razón, cada cuatro años tenemos que agregar un día más al calendario para que cuadren esas «horas extra».

Tal y como recuerda EL PAÍS, quedaría una cagada más o menos si no agregamos el 29 de febrero, ya que “las estaciones terminarían con un desfase en relación al  calendario, y después de aproximadamente 700 años, en el hemisferio sur la Navidad caería en mitad del invierno. Y al revés en el hemisferio norte.

Hay que decir que le debemos los años bisiestos a don Julio César, que introdujo en Roma el calendario egipcio de 365 días y quien, para ajustarlo, agregó un día extra, cada cuatro años, después del 24 de febrero. Este día era el sexto antes de las calendas de marzo. Y como sucedía dos veces, era «bis sextus», es decir, bisiesto.

Ahora, el calendario que nos rige no es el juliano. Nuestro calendario es el gregoriano, introducido por el Papa Gregorio XIII en el siglo XVI, ya que se volvió fundamental realizar un nuevo ajuste: los años divisibles entre 100 no serían bisiestos, excepto si también lo eran por 400. Es decir, 2100 no será bisiesto.

Sin embargo, para entonces ya había un desajuste de 10 días que fue resuelto, simplemente, ¡eliminándolos! Como explicaba Materia, al jueves 4 de octubre de 1582 le siguió el 15 de octubre de 1582. ¡Cara de palo!

Este cambio radical no fue aplicado en todos los países al mismo tiempo. Un claro ejemplo de lo anterior lo podemos ver con los ingleses quienes tardaron docientos años en hacerlo. Por esa razón, Miguel de Cervantes y William Shakespeare murieron con diez días de diferencia a pesar de que su muerte tiene la misma fecha, el 23 de abril de 1616. Raro.

Lo chistoso es que, a pesar de todos estos esfuerzos por hacer que nuestro calendario sea preciso, aún estamos fallando y estamos al debe con 26 segundos, lo que significa que será necesario agregar otro día extra en 4909. (Pobrecitos los niños que estén nazca ese día. ¿Cuándo van a celebrar sus cumpleaños? Nadie sabe.

*Con información de Verne

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