Según el testimonio de casi 2.500 personas

Habitantes de favelas «pacificadas» en Río dicen que nada cambió en sus vidas

La mayoría de los habitantes de las favelas beneficiadas por la llamada política de «pacificación» del gobierno del estado brasileño de Río de Janeiro considera que poco cambió en sus vidas desde que las barriadas fueron ocupadas por la Policía, según un amplio sondeo divulgado hoy

Por Felipe Menares

22/08/2017

Publicado en

Latinoamérica / Policial / Vivienda

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La mayoría de los habitantes de las favelas beneficiadas por la llamada política de «pacificación» del gobierno del estado brasileño de Río de Janeiro considera que poco cambió en sus vidas desde que las barriadas fueron ocupadas por la Policía, según un amplio sondeo divulgado hoy.

Para el 61 % de las 2.479 personas entrevistadas en las 37 favelas en las que fueron instaladas «Unidades de Policía Pacificadora» (UPP), el programa no trajo beneficios, mientras que para el 29 % la iniciativa trajo más problemas que soluciones.

«Parte de esa desconfianza con la policía supuestamente amiga de las favelas ya había sido detectada en otros estudios y desde un comienzo advertimos que eran necesarias correcciones, pero infelizmente poco o nada fue hecho. Por el contrario, lo que se ha visto es un aumento del fortalecimiento de la política truculenta de guerra a las drogas», dijo a Efe la investigadora Leonarda Musumeci, una de las coordinadores del estudio.

El sondeo del Centro de Estudios de Seguridad Ciudadana de la Universidad Cándido Mendes se conoce en momentos en que se cumple una década del inicio del programa de pacificación, que en un comienzo redujo sustancialmente la violencia en las favelas pero que la gobernación estudia modificar ya que la criminalidad volvió a crecer y las UPP son consideradas un fracaso.

Igualmente se conoce en momentos en que Río enfrenta una grave e inusitada ola de violencia, con un promedio de veinte asesinatos diarios, que obligó al Gobierno a autorizar la participación de unos 10.000 miembros de las Fuerzas Armadas y de organismos de seguridad en operaciones contra el crimen en esta ciudad.

El proyecto de «pacificación», la política de seguridad pública más publicitado de los últimos años en Brasil y que era considera modelo para las demás ciudades brasileñas, se proponía instalar cuarteles policiales permanentes en las favelas de Río de Janeiro que antes eran controladas por bandas de narcotraficantes.

La iniciativa contó con la ayuda de las Fuerzas Armadas, que participaron, con sus blindados y helicópteros, en las espectaculares operaciones en que las bandas de narcotraficantes fueron expulsados de las barriadas.

Pero la llegada de la Policía no fue garantía de seguridad para los habitantes de las barriadas, según se desprende de la encuesta realizada entre agosto y octubre del año pasado y que tiene un margen de error del 4 %, ya que los encuestados representan cerca del 0,3 % de los 776.500 adultos que viven en las barriadas con UPP.

Tan solo el 30 % de los encuestados considera que la instalación de UPP en su barrio trajo beneficios y de estos solo un 56 % cree que la seguridad y la tranquilidad fueron el principal resultado.

Por el contrario, un 29 % cree que el programa trajo más problemas y de estos un 53 % considera que el aumento de los tiroteos fue el peor resultado de las UPP.

También fueron señalados como problemas traídos por las UPP el aumento de los alquileres, el éxodo de habitantes y el aumento de las muertes y las desapariciones.

De los encuestados, un 36,8 % dijo sentirse más seguro desde la instalación de la UPP, un 16,8 % dijo que se sentía más seguro antes de la llegada de la Policía y la gran mayoría (44,0 %) considera que no hubo diferencias.

Pese a que el 67 % dijo que las violaciones eran más frecuentes antes de la UPP y el 66 % dijo que desapariciones también lo eran antes, un 37 % considera que las muertes por armas de fuego son más frecuentas ahora y un 52 % dice lo mismo de los tiroteos.

«Para muchos habitantes, la entrada o la permanencia de las UPP no tuvo impactos visibles, ni buenos ni malos, lo que se evidencia en los altos porcentajes de respuestas del tipo «me da lo mismo», «indiferente», «ni mejoró ni empeoró», concluye el estudio.

Según los autores de la investigación, la indiferencia de los supuestos beneficiados contrasta con lo divulgado por la propaganda oficial, al parecer más dirigido a «tranquilizar» los grupos que no viven en las favelas en momentos en que Río se preparaba para organizar los Juegos Olímpicos de 2016.

«La idea mayoritaria de que la UPP fue apenas un «maquillaje», según los habitantes, o un «proyecto electoral», según los policías escuchados en otros estudios, parece darle eco a la sospecha de que la iniciativa tenía otros propósitos que los anunciados», concluye.

Los agentes de las UPP, entrenados especialmente para ayudar a los habitantes de la comunidad, se convirtieron en desconocidos y hasta en adversarios. Mientras que el 95 % de los encuestados dijo que nunca acudió a la UPP para resolver problemas o dar quejas, un 90,4 % se quejó de los allanamientos de sus viviendas y un 78,4 % de que las requisas en la calle sin ningún motivo.

Pese a la sensación negativa, el 60 % dice que la economía de sus comunidades mejoró con la llegada de la Policía.

Igualmente una gran mayoría, el 59,7 %, desea que las unidades de la Policía permanezcan en sus favelas (un 43,7 % con modificaciones y un 16,0 % con algunas alteraciones), frente al 35,4 % que quiere la retirada de las UPP.

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