En nuestros miles, en nuestros millones

Mientras se desarrolla el genocidio de Israel en Gaza, millones de personas salen a la calle por la liberación palestina

Por El Ciudadano México

11/11/2023

Publicado en

Wire

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En poco más de tres semanas, más de la mitad de las viviendas de Gaza han quedado destruidas. Más de 1,4 millones de los 2,3 millones de habitantes de la pequeña franja han sido desplazadxs. Más de 8.000 han muerto, de los cuales más del 40 por ciento son niñxs.

Es difícil expresar el horror de esta masacre en curso.

Vemos imágenes y videos de barrios arrasados; cuerpos sin vida, grises y rojos, de niñxs; abuelos, abuelas, padres, madres, esposas, maridos, hermanas, hermanos que lloran buscando entre los escombros a los que perdieron. 825 familias enteras han sido exterminadas, todas las generaciones borradas del registro civil. La violencia es tan grave que los médicos de Gaza han tenido que acuñar un nuevo acrónimo médico: Wcnsf, las siglas en inglés para «niño herido, sin familia superviviente»

Escuchamos historias humanas mientras los palestinos y sus aliados intentan contrarrestar su flagrante deshumanización por la propaganda occidental e israelí. Sobrinos con cuentas de Instagram que no publicarán más, hijas jugadoras de fútbol que han marcado su último gol, jóvenes amantes que han compartido su último paseo por la playa.

No debemos dejar que el pueblo palestino defienda solo su dignidad. Estas cifras espeluznantes, imágenes estremecedoras e historias trágicas deben sumar para actuar.

Y lo están haciendo. En las últimas semanas, se han producido enormes movilizaciones mundiales. En todo el mundo el pueblo se ha unido en protestas callejeras. Enormes marchas, manifestaciones y sentadas inundan el planeta. Se multiplican, se extienden y crecen. Aprenden unas de otras. Hoy la Grand Central Station de Nueva York, mañana Liverpool Street de Londres, se llenan de miles de personas que exigen un alto al fuego y la liberación nacional palestina.

A ellos se une una audaz acción directa contra la propia maquinaria de guerra israelí. Activistas y trabajadores están bloqueando la producción y distribución de armas de guerra, poniendo trabas a la campaña asesina de Israel y poniendo de manifiesto la estructura global de la maquinaria de guerra. Como explicó Ahmed Alnaouq, un palestino que ya ha perdido a 23 familiares en los bombardeos: «Los israelíes tiraron del gatillo. Pero fue un F16 de fabricación estadounidense el que se utilizó para matar a mi familia. Y fueron los medios de comunicación occidentales los que les dieron cobertura y luz verde».

Es necesaria e inminente una solidaridad más práctica contra la maquinaria de guerra, que al parecer «busca grandes ganancias» con el conflicto. En un llamado urgente, publicado por la Internacional Progresista, los sindicatos palestinos llamaron a sus hermanos y hermanas del movimiento obrero mundial a solidarizarse con ellxs negándose a construir armas destinadas a Israel o a transportar armas a Israel. Su llamado ha sido escuchado. El sindicato italiano de logística Si Cobas anunció que sus miembros no transportarán ningún armamento para Israel y cuatro sindicatos belgas anunciaron su «negativa a manipular material militar destinado a la guerra en Palestina». Están haciendo de la solidaridad algo más que un eslogan.

También lo están haciendo algunos gobiernos del Sur Global, que van más allá de los llamados al alto al fuego y ejercen una presión diplomática adicional sobre Israel cortando relaciones. Colombia, Chile, Bolivia, Jordania y Bahréin han cortado relaciones, han expulsado a lxs embajadorxs de Israel en su país o han retirado a sus propixs embajadorxs de Israel. Sudáfrica ha llamado a Israel a rendir cuentas por sus infracciones del derecho internacional. La balanza del poder normativo y moral en la comunidad internacional se está inclinando del Norte al Sur.

Por eso, en parte, el control de los Estados Unidos y el Reino Unido sobre sus poblaciones es tan débil. Dos tercios de lxs estadounidenses quieren un alto al fuego; sólo el 8 por ciento de lxs británicxs se oponen a él. Este rechazo a las políticas de sus gobiernos se produce a pesar del apoyo casi total a Israel y sus crímenes por parte de la clase política-mediática de los Estados Unidos y el Reino Unido.

Se avecinan muchas más protestas, solidaridad práctica y diplomacia del Sur, que desafiarán la capacidad de Israel y de sus patrocinadores imperiales para aniquilar al pueblo palestino.

¿Qué podría significar este movimiento mundial por Palestina, que crece rápidamente? ¿Qué podría conseguir?

Sí, es una movilización por la paz que, con fuerza y escala suficientes, podría salvar vidas. Pero también puede ir más allá. La habitual respuesta del Estado israelí a los derechos de lxs palestinxs en virtud del derecho internacional –al retorno, a la autodeterminación y a luchar por ello– ha sido negarlos y tratar de alterar «los hechos sobre el terreno». Esta política pretende hacer imposible un Estado palestino en cualquier frontera y «cambiar permanentemente el mapa de Oriente Medio«, como prometió el primer ministro Benjamín Netanyahu.

Sin embargo, las actuales movilizaciones y acciones mundiales también pueden cambiar los «hechos sobre el terreno». Aumentando el precio de los crímenes de Israel y de quienes le apoyan en los Estados Unidos y el Reino Unido, el movimiento mundial de solidaridad puede fortalecer el movimiento palestino por la liberación nacional. No sólo aspiramos a la paz, sino también a la justicia para lxs palestinxs: el fin de la Nakba después de 75 años.

Este proceso de fortalecimiento de lxs palestinxs en su lucha empuja necesariamente a los Estados, actores sociales y políticos del Sur, así como a las fuerzas genuinamente progresistas del Norte, contra el imperialismo. Como dijo Joe Biden, entonces sólo senador, en el pleno del Senado de los Estados Unidos en 1986: «Si no existiera Israel, los Estados Unidos de América tendrían que inventar un Israel para proteger sus intereses en la región».

El potencial de este momento va más allá de la paz en Asia Occidental, más allá incluso de la propia liberación palestina, hacia una democratización del orden mundial. Los crímenes de Israel contra lxs palestinxs se sustentan en ese orden, que privilegia el imperio de los Estados Unidos por encima de todo. La ley, las normas, los tribunales son sólo una fachada sobre el puro poderío militar y económico. Este conflicto revela esta realidad con una claridad cegadora.

También demuestra cómo los Estados Unidos, el Reino Unido y el club imperial no son democracias, a pesar de sus ruidosas afirmaciones. Para los pueblos del Norte Global, el imperialismo en el extranjero significa oligarquía en casa. Las enormes ganancias generadas por el control y la extracción de recursos en todo el mundo son la fuente del poder político de estas clases dominantes.

El imperialismo en el extranjero también significa represión en casa. Las mismas armas que se prueban con la población palestina cautiva, vuelven para reprimir manifestantes en Londres o vigilar la frontera entre los Estados Unidos y México. Así pues, para conseguir nuestra liberación colectiva, debemos aplastar el dominio imperial en el extranjero.

Este momento de acción popular global por Palestina puede convertirse en un brillante ejemplo de cómo pueden unirse la rebelión en el Norte con la rebelión en el Sur contra un orden capitalista e imperialista que destruye vidas y nuestro planeta.

Por eso hoy, mañana y hasta la victoria alzamos nuestras voces para gritar con orgullo: En nuestros miles, en nuestros millones, todxs somos palestinxs.

Lo último del Movimiento

La Resolución sobre Gaza

«Nosotrxs… [e]ntendemos que la violencia fascista contra el pueblo palestino hoy es un presagio de la violencia del imperialismo occidental contra todxs lxs trabajadorxs y pueblos oprimidos del mundo mañana, porque ésta es la tendencia histórica del capitalismo en decadencia…»

Más de 50 movimientos, partidos y sindicatos de todo el mundo se han comprometido a defender la liberación palestina y a romper los lazos de complicidad con el Estado de Israel. La Resolución reconoce las raíces coloniales, imperialistas y capitalistas de la opresión del pueblo palestino, y responde a las demandas planteadas por el movimiento palestino de liberación nacional. Puedes leer la Resolución aquí.

Dignidad para lxs trabajadorxs de la confección de Bangladesh

Lxs trabajadorxs de la confección de Bangladesh mantienen una lucha activa por el salario y la dignidad. Hacen campaña por un salario mínimo mensual de 209 dólares estadounidenses. Confeccionan ropa y obtienen ganancias para algunas de las mayores marcas del mundo, incluida Amazon, y, sin embargo, ni siquiera tienen derecho a un mínimo de 209 dólares al mes. Estxs trabajadorxs no sólo se juegan su trabajo, sino su vida, exigiendo sus derechos y su dignidad. Esta semana, la policía de Bangladesh disparó y mató a Rasel Howlader, maquinista de 25 años, que hacía campaña por el salario mínimo.

Nazma Akter, miembro del Consejo de la Internacional Progresista, lidera esta lucha. Te traeremos más noticias en las próximas semanas.

Honduras Resiste

La Internacional Progresista se moviliza a Honduras para escuchar directamente a las comunidades afectadas por las ZEDEs, llamar la atención internacional sobre el crimen del colonialismo corporativo y apoyar al gobierno de la presidenta Xiomara Castro para derrotarlo. El caso también se explica en un artículo reciente en Jacobin aquí (en inglés).

Mada Masr bajo ataque

Denunciamos en los términos más enérgicos el ataque del Estado egipcio contra Mada Masr, colaborador de la Agencia de la IP. Este medio de comunicación ha sido denunciado ante la fiscalía y su página web lleva seis meses bloqueada por informar sobre los crímenes de guerra cometidos por Israel en Gaza.

Foto: Wire

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