La Región del Biobío, y en particular las comunas de Concepción, Hualqui y Chiguayante, se encuentran en el centro de una crucial disputa ambiental. Aquí se ubica el Parque Nacional Nonguén, un remanente excepcional de bosque nativo caducifolio que representa aproximadamente el 80% de su extensión en la comuna de Chiguayante.
Este parque no es solo un pulmón verde que abastece de agua potable a las comunidades, también es el único parque nacional interurbano, consolidado tras una histórica y ardua lucha comunitaria que se remonta a los tiempos del Fundo El Fiscal, culminando en su merecida declaración como Parque Nacional.
Sin embargo, hoy enfrenta una grave amenaza: el proyecto de transmisión eléctrica «Sistema de Transmisión Zonal Grupo 3 S/E Itahue – S/E Hualqui» de Mataquito Transmisora de Energía (MATE).
«Este proyecto fue aprobado pese a un rechazo del Servicio de Evaluación Ambiental (SEIA), que no sólo ignora la fragilidad de este ecosistema único, sino que asesta un duro golpe a la institucionalidad ambiental y a los años de compromiso ciudadano por la conservación», señalaron a El Ciudadano las comunidades que se oponen al proyecto en la comuna de Chiguayante.
En concreto, esta iniciativa permitirá que torres de alta tensión atraviesen este delicado equilibrio, «una agresión inaceptable que amenaza la biodiversidad, la seguridad territorial y la calidad de vida de sus habitantes», añade la nota.

De acuerdo a lo explicado por las y los vecinos y sus organizaciones, la oposición se fundamenta en los siguientes argumentos técnicos, ambientales y sociales:
«Primero, la peligrosa combinación de torres eléctricas y monocultivos forestales: Una receta para el desastre ambiental. Este proyecto no solo ignora la fragilidad de nuestros ecosistemas, sino que la intensifica. Al emplazarse en un paisaje dominado por los monocultivos forestales, las líneas de transmisión y sus franjas de servidumbre fragmentan corredores biológicos vitales, interrumpiendo el flujo de fauna y la resiliencia de los ecosistemas.
Acelera la erosión de suelos degradados: Las obras de construcción en terrenos forestales, a menudo ya empobrecidos y erosionados por años de monocultivo, intensifican la pérdida de suelo y la sedimentación de cursos de agua, afectando la hidrología local.
Lo más crítico es cómo este trazado termina cercando y aislando el Parque Nacional Nonguén -único parque interurbano en Chile y remanente de bosque caducifolio vital para la provincia de Concepción-, transformándolo en una «isla ecológica» vulnerable. Al cercenar su conectividad con otros bosques nativos, se compromete gravemente la variabilidad genética de especies nativas y endémicas, condenando a esta joya de la biodiversidad a un futuro incierto.
Participación ciudadana desestimada: En un atropello a la justicia ambiental a pesar de las fundadas observaciones y reclamos presentados por las comunidades, el Comité de Ministros desestimó categóricamente nuestras voces, revirtiendo la decisión inicial del SEIA. Este proceso evidenció una participación ciudadana insuficiente y deficiente, negando a las comunidades el derecho a ser parte activa en las decisiones que impactan directamente su territorio.
Histórico rechazo transversal: La voz del territorio es clara, este proyecto no es nuevo en la controversia. Ha enfrentado un histórico y transversal rechazo no solo de organizaciones ambientales y comunidades locales, sino también de diversas instituciones públicas y autoridades comunales que han manifestado sus serias aprensiones ante los impactos previstos. Este consenso en el rechazo es una señal inequívoca de que el proyecto no es compatible con el desarrollo sostenible de nuestra región.
Amenaza directa a especies vulnerables y en peligro de extinción: La aprobación de este proyecto pone en riesgo inminente a las valiosas especies que habitan el Parque Nacional Nonguén y sus alrededores, muchas de ellas en categorías de conservación vulnerable o en peligro.
El trazado interviene directamente el hábitat crucial de especies como el naranjillo (Citronella mucronata), el queule (Gomortega keule) –ambos árboles emblemáticos y en peligro–, el cangrejo tigre (Aegla concepcionensis), la güiña (Leopardus guigna), el pudú (Pudu puda) y la ranita de Darwin (Rhinoderma darwinii). Se suma a esta lista el monito del monte (Dromiciops bozinovici), marsupial endémico y vital para la dispersión de semillas, cuya fragilidad es extrema ante la fragmentación de su hábitat».

«La conservación de estas especies, únicas de nuestro territorio, es incompatible con un proyecto de esta magnitud y características», afirmaron desde la comunidad de Chiguayante.
La nota de prensa termina reafirmando que las diversas organizaciones y autoridades «no permitirán que intereses económicos pongan en riesgo nuestro patrimonio natural, la seguridad de nuestras comunidades y el futuro de nuestra biodiversidad, ni que se socave la autonomía y rigurosidad de nuestra institucionalidad ambiental».
«Es hora de priorizar la vida, la justicia ambiental y la protección de nuestros valiosos ecosistemas. Por la defensa de Nonguén, por la defensa de Chiguayante, ¡el proyecto Itahue-Hualqui debe ser rechazado definitivamente!», concluyeron.
Links de interés:
–Parque Nacional Nonguen y Amenaza a la Biodiversidad por líneas de alta tensión (Radio Nonguén).
–Inventario de Especies: https://especies.vercel.app
Seguiremos informando.

El Ciudadano