Análisis geopolítico

El peligro que nos acecha con las drogas y el crimen organizado

El consumo de drogas sigue aumentando en todo el mundo. En 2023, el número mundial de personas que consumieron alguna droga el año anterior se estimó en 316 millones, lo que representa el 6 % de la población mundial de entre 15 y 64 años.

El peligro que nos acecha con las drogas y el crimen organizado

Autor: El Ciudadano

Por Carlos Gutiérrez P.

El viernes 26 de junio, en la ciudad de Viena, la directora ejecutiva de UNODC (Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas), Ghada Waly, presentó el Informe Mundial Anual sobre las Drogas afirmando que una de sus principales conclusiones es: “Esta edición del Informe Mundial sobre las Drogas muestra que los grupos delictivos dedicados al tráfico de drogas continúan adaptándose, explotando las crisis y teniendo en la mira a las poblaciones en mayor situación de vulnerabilidad”, y, por lo tanto, orienta hacia dónde deberían concentrarse los esfuerzos de los Estados: “Debemos invertir en prevención y abordar las causas raíz del tráfico de drogas en todas las etapas de la cadena de suministro. Debemos reforzar las respuestas, aprovechando la tecnología, fortaleciendo la cooperación transfronteriza, proporcionando medios de vida alternativos y tomando acciones desde la justicia para combatir a los responsables que impulsan las redes ilícitas del tráfico de drogas. Mediante un enfoque coordinado e integral, podemos desmantelar a las organizaciones criminales, reforzar la seguridad global y proteger a nuestras comunidades.”

El consumo de drogas sigue aumentando en todo el mundo. En 2023, el número mundial de personas que consumieron alguna droga el año anterior se estimó en 316 millones, lo que representa el 6 % de la población mundial de entre 15 y 64 años. Esto representa un aumento con respecto a los 246 millones de personas que consumieron alguna droga en 2013. Esto se debe en parte al crecimiento de la población, pero también refleja un aumento en la prevalencia del consumo de drogas, que aumentó del 5,2 % en 2013 al 6 % en 2023, y la disponibilidad de datos nuevos y más precisos. Consumido por aproximadamente 244 millones de personas (4,6 %) en 2023, el cannabis sigue siendo la droga controlada más consumida, seguida de los opioides, incluyendo opioides sintéticos y opiáceos naturales (61 millones, el 1,2 %), anfetaminas (31 millones, el 0,6 %), cocaína (25 millones, el 0,5 %) y éxtasis (21 millones, el 0,4 %).

A nivel mundial, el consumo estimado de opioides se ha mantenido relativamente estable desde 2017. El número de personas que consumen cannabis ha aumentado un tercio en la última década, y la prevalencia del consumo de esta droga ha aumentado de un 3,9 % en 2013 al 4,6 % en 2023 (2,3 % entre mujeres y 7,0 % entre hombres). Las evaluaciones de expertos nacionales sugieren que el consumo de ETA [Estimulantes tipo Anfetaminas] ha aumentado en la mayoría de los países durante la última década. Sin embargo, el mercado de drogas ilícitas de más rápido crecimiento es el de la cocaína, cuyo consumo ha aumentado a nivel mundial en las últimas dos décadas, con un aumento particularmente pronunciado desde 2017. Los análisis han demostrado que el consumo de cocaína tiene mayor probabilidad de aumentar en países con una prevalencia base de consumo más baja, y los indicadores de demanda y oferta de cocaína sugieren un crecimiento porcentual más rápido en los mercados emergentes que en los mercados más grandes y tradicionales, como Europa Occidental y Central y América. Este es particularmente el caso en África, sobre todo en África Occidental y Central y África Meridional, pero también en Asia.

Es muy posible, a nivel mundial, que los nuevos grupos de personas en situación de vulnerabilidad que huyen de la inestabilidad y el conflicto podrían hacer que estas cifras se incrementen.

El Informe incluye capítulos que abordan el tráfico de drogas y delincuencia organizada; afectaciones vinculadas al uso de drogas en las personas, sus familias, comunidad y la sociedad; así como el impacto medioambiental de las drogas en Europa.

El mercado de la cocaína

La producción, incautaciones y consumo de cocaína alcanzaron nuevos máximos en 2023, convirtiéndose en la droga ilícita con mayor crecimiento del mercado. La producción ilegal creció a 3.708 toneladas, casi un 34% más que en 2022. Las incautaciones mundiales alcanzaron un récord de 2.275, lo que supone un aumento de 68% con respecto a 2019-2023. El consumo creció de 17 millones de usuarios en 2013 a 25 millones en 2023.

El Informe también señala que los traficantes de cocaína están encontrando a nuevos mercados en Asia y África. La violencia y competencia que caracterizan el ámbito ilícito de la cocaína, antes confinado a América Latina, se está extendiendo a Europa Occidental a medida que los grupos de delincuencia organizada de los Balcanes Occidentales aumentan su influencia en el mercado.

El mercado de las drogas sintéticas

El mercado de drogas sintéticas continúa expandiéndose veloz y globalmente, impulsado por el hecho de que las drogas sintéticas a menudo pueden producirse más cerca de los mercados de destino que otros tipos de drogas, lo que ofrece al crimen organizado ventajas como menores costos operativos, pocos impedimentos para la producción y un menor riesgo de detección, interdicción y enjuiciamiento, predominando los estimulantes de tipo anfetamínico (ETA) como la metanfetamina y la anfetamina (incluido el «captagón»).

La metanfetamina y la anfetamina (incluido el «captagón») continuaron dominando el consumo y el tráfico de drogas sintéticas a nivel mundial en 2023. Las incautaciones de sustancias de tipo anfetamínico (ETA) alcanzaron un récord en 2023 y representaron casi la mitad de todas las incautaciones de drogas sintéticas a nivel mundial, lo que refleja el aumento de las incautaciones de metanfetamina y éxtasis. Unos 31 millones de personas en todo el mundo consumieron ETA en 2023; la metanfetamina representó la mayor parte del consumo y el tráfico de ETA. Sin embargo, en ciertas regiones, la anfetamina es la droga sintética más consumida, sobre todo en Europa y Oriente Próximo y Medio.

Si bien los ETA predominan a nivel mundial, los opioides sintéticos suponen un alto nivel de daños para la salud en algunas regiones. El uso no médico de fármacos sintéticos es una preocupación principal en ciertas zonas geográficas, como el uso de tramadol en África Occidental y Central.

Las NSP [Nuevas Sustancias Psicoactivas] sintéticas no se consumen ni trafican ampliamente a nivel mundial, pero se pueden encontrar mercados concentrados en Europa Oriental y Asia Central.

En términos de peso, los opioides sintéticos fueron el segundo grupo de drogas sintéticas más incautado a nivel mundial en 2023, con el fentanilo dominando en cuanto a número de dosis debido a su alta potencia. El tráfico de fentanilo se concentra en América del Norte, donde originalmente se utilizó como agente de corte para drogas ya establecidas en el mercado, como la heroína, la cocaína y la metanfetamina. Sin embargo, ya se ha desarrollado un mercado para el fentanilo, y algunas personas lo buscan específicamente debido a su alta potencia. El fentanilo es responsable de un gran número de muertes relacionadas con drogas, en particular en Norteamérica, donde se estimó que 48.422 muertes en Estados Unidos en 2024 (datos publicados el 13 de junio de 2025) estaban relacionadas con opioides sintéticos (fentanilo). En Canadá, en 2023, el fentanilo estuvo implicado en 7.057 muertes, y los análogos del fentanilo en 3.356. Si bien las definiciones y los procesos de monitoreo difieren entre ambos países, el número de muertes relacionadas con el fentanilo presenta tasas similares para las personas de entre 15 y 64 años. No obstante, tanto en Estados Unidos como en Canadá, se observaron indicios iniciales de una disminución en el número de muertes por fentanilo en la segunda mitad de 2023 y en 2024. En México, en cambio, el fentanilo provocó un aumento significativo en el número de casos de personas en tratamiento y atención por trastornos por consumo de drogas entre 2018 y 2023.

En los países bálticos (en particular, Estonia y Letonia), donde, hasta hace poco, el fentanilo ha desempeñado un papel importante en los daños relacionados con las drogas, en particular en el caso de las muertes por sobredosis, su papel también ha disminuido.

Impactos en la salud por el uso de drogas

Los trastornos por consumo de drogas representan un costo enorme para las personas, las comunidades y los sistemas de salud. El creciente alejamiento del multilateralismo y la reasignación de recursos podrían intensificar el problema, señala el Informe.

El costo social por no abordar los trastornos vinculados con el uso de drogas es elevado, casi medio millón de muertes y 28 millones de años de vida saludable se perdieron por discapacidad y muertes prematuras (AVAD) en 2021. Se calcula que sólo una de cada 12 personas con trastornos por consumo de drogas recibió algún tipo de tratamiento en 2023. Factores como las políticas públicas contextualizadas y la disponibilidad de servicios de salud y sociales basados en la evidencia pueden ayudar a mitigar el impacto del consumo de drogas en las personas y las comunidades.

Las drogas y el medio ambiente

El Informe señala que el consumo, cultivo y tráfico de drogas, así como las políticas públicas implementadas para hacer frente a las economías de las drogas ilícitas, afectan el medio ambiente en Europa. Entre las posibles consecuencias del cultivo y la producción de drogas figuran la deforestación, cambios en el uso del suelo y la contaminación del aire, la tierra y el agua.

El número de laboratorios clandestinos de drogas desmantelados aumentó en Europa entre 2013 y 2023. Esta fabricación produce importantes cantidades de residuos y puede acarrear considerables costes de limpieza y restauración del ecosistema. En contraste, el Informe constata que el daño medioambiental no es una prioridad a la hora de diseñar y aplicar las respuestas de las políticas antidroga, y que gran parte de los residuos y otros impactos medioambientales no se contabilizan.

El tráfico de drogas como negocio lucrativo

Aunque las estimaciones varían, el tráfico ilícito de drogas genera cientos de miles de millones de dólares al año para los grupos del crimen organizado, razón por la cual, estas organizaciones criminales innovan constantemente para aumentar la producción, encontrar nuevas formas de tráfico, utilizar la tecnología para encriptar comunicaciones y potencializar la distribución.

Si bien son estructuras complejas, las redes delictivas pueden desarticularse, pero para ello es necesario un conocimiento en profundidad de los objetivos, estructuras y procesos de los grupos delictivos. El mapeo de los grupos delictivos puede resaltar sus vulnerabilidades, actores clave, facilitadores, así como señalar sus áreas de intervención. Las instituciones encargadas de aplicar la ley requieren invertir en tecnología y formación altamente especializada para enfrentar los retos contemporáneos que presenta la cadena de suministro de drogas.

Las incautaciones de cocaína en los mercados tradicionales de América, Europa y Oceanía (Australia y Nueva Zelanda) aumentaron un 12 % en 2023, alcanzando las 2.235 toneladas, lo que representa el 98 % del total mundial de incautaciones. Sin embargo, el aumento de las incautaciones de cocaína en los mercados emergentes de la droga y en sus rutas de transbordo a través de África y Asia fue mucho más pronunciado, con un aumento del 85 % con respecto al año anterior.

De hecho, existen indicios de que la oferta de cocaína ya ha aumentado significativamente en zonas donde anteriormente la demanda era limitada, como África o Asia.

Estas zonas incluyen países donde la prevalencia del consumo de cocaína era anteriormente baja, como China y Japón. En otros países, como Turquía y varios países de África (Angola, Cabo Verde, Costa de Marfil, Ghana, Liberia, Marruecos, Mozambique, Níger, Senegal, Seychelles, Sierra Leona, Sudáfrica y Zambia), los ingresos a tratamiento por trastornos relacionados con el consumo de cocaína también han aumentado. Si bien las incautaciones en los mercados emergentes están en aumento, aún representaron menos del 2 % de las incautaciones mundiales en 2022 y menos del 3 % en 2023.

Por último, la violencia relacionada con el tráfico de cocaína ha sido particularmente visible entre los grupos delictivos que operan en América Latina. La violencia se ha disparado en Ecuador, por ejemplo, donde la tasa de homicidios aumentó de 7,8 por cada 100.000 habitantes en 2020 a 45,7 por cada 100.000 habitantes en 2023.

Además, el aumento general de las incautaciones de cocaína en los últimos años parece haber ocurrido en paralelo con el aumento de la violencia en el Caribe, debido en gran medida a la creciente competencia entre bandas criminales por los mercados de drogas (este negocio explica el reciente nuevo estallido de violencia urbana entre pandillas en Haití).

Este aumento de las incautaciones también puede haber afectado los niveles de violencia entre los grupos que operan en África Occidental y Central como resultado de los cambios en los patrones de tráfico de cocaína. En menor medida, los efectos de este aumento también han sido visibles entre los grupos que operan en Europa Occidental y Central, donde la violencia relacionada con la cocaína ha estallado en algunos países que se han convertido en importantes puntos de entrada para los cargamentos de cocaína a Europa.

Es claro que los negocios del crimen organizado se comportan como una entidad que tiene múltiples líneas de negocios: drogas, trata de personas, tráfico de personas, comercio sexual, tráfico de armas, mercenarismo y otros. Su gran poderío radica en los ingentes recursos financieros que genera, lo que le permite vulnerar instituciones, comunidades y personas. Por lo tanto, su enfoque y combate es complejo y no hay caminos ni respuestas fáciles ni de corto plazo. Cualquier otra aseveración es una cantinela propagandística.

Este flagelo múltiple es otro ámbito en que esencialmente deben enfrentarse distintos paradigmas políticos: el clásico de derecha con acento exclusivo en la represión, discriminación, vigilancia, orden y castigo, que la experiencia comparada nos demuestra que no ha resuelto el problema de fondo; uno progresista que también asuma la detección, persecución y castigo, en un ambiente de acción conjunta por la integración, comunitarización, acceso y uso de bienes públicos sociales, trabajo digno y educación formal.

Marx afirmaba que la conciencia es producto de las condiciones materiales de vida, por lo tanto, el eslabón clave de sociedades que se evaden traumáticamente a través del consumo problemático de las drogas con su deriva en el crimen, deben revisitar constantemente esta variable, y no caer en el juego facilista de un Estado únicamente represivo, que reproduce el problema y lo amplía hacia otras esferas, como la corrupción, el desmantelamiento institucional, la cohesión social, la violencia extrema y las violaciones a los derechos humanos.

Por Carlos Gutiérrez P.

Carta Geopolítica 55, 29/07/2025


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