Libertad y Desarrollo: el oráculo preferido de los medios de comunicación

En 2024, miembros de LyD aparecieron 3.200 veces en medios de comunicación, publicaron más de 400 artículos de opinión, fueron entrevistados 700 veces en radio y televisión, además de figurar en 44 portadas de periódicos. Los intelectuales orgánicos del think tank ultra-liberal han sido por décadas presentados por los periodistas como ‘expertos’ o economistas que entregan datos eminentemente ‘técnicos’, escondiendo su radical sesgo ideológico. ¿Por qué Libertad y Desarrollo goza de tanta cobertura en los medios masivos?

Libertad y Desarrollo: el oráculo preferido de los medios de comunicación

Autor: Mauricio Becerra

Ya sea criticando el aumento del salario mínimo, promoviendo políticas de austeridad disfrazadas de responsabilidad fiscal o en la polémica reciente al interior de la derecha chilena sobre la reforma previsional consensuada con el Ejecutivo, en las últimas décadas aparecen a todo evento y en todo lugar algún ‘experto’ de Libertad y Desarrollo para venir a indicarnos cuales son las mejores recetas para el adecuado rumbo de la economía chilena.

La cobertura que tienen en la prensa chilena para difundir sus ideas es asombrosa y la gran mayoría de las veces sus economistas son presentados a la audiencia sin explicitar su afiliación al neoliberalismo más ortodoxo, sino más bien con la cobertura de ‘expertos neutrales’ que contribuyen con ‘datos técnicos’ en la discusión de las políticas públicas. Por décadas, las rebuscadas columnas semanales de Rosanna Costa, el parco rostro de Tomás Flores casi a diario en los noticiarios o, más recientemente, la dogmática Bettina Horst como invitada habitual en los paneles de debate, fueron moldeando con un acentuado sesgo pro-empresarial las noticias sobre economía en los medios chilenos.

El año pasado, portavoces de LyD tuvieron más de 3.200 apariciones en prensa, publicaron más de 400 artículos de opinión, fueron entrevistados 700 veces en radio y televisión y figuraron en 44 portadas de medios escritos, según la Memoria Anual 2024 del instituto.

Las cifras fueron superiores al 2022, cuando tuvieron 3 mil apariciones en prensa, estuvieron en portada en 40 ocasiones, fueron entrevistados en promedio 8 veces al día en distintos medios de comunicación, 400 veces alguna radio les pasó el micrófono y fueron convidados 300 veces en televisión.

LA PERMANENTE BATALLA DE LAS IDEAS

Luego de que Pinochet perdiera el Plebiscito de 1988, la derecha articuló la candidatura presidencial de Hernán Büchi para aglutinar al sector. En pleno fragor de la campaña, cuando todo indicaba que el favor del electorado no era favorable, el candidato planteó a algunos colaboradores la necesidad de articular una institución dedicada a defender y darle continuidad en lo posible a las radicales transformaciones a la economía chilena efectuadas en los últimos 17 años.

“Tenemos que dar la batalla de las ideas”- fue la arenga de Büchi a sus más cercanos.

Dicho y hecho. El mismo día en que Patricio Aylwin recibía el poder de manos de Pinochet, en una casona de Las Condes se congregó un grupo de ex ministros de la dictadura para conformar LyD, un instituto ideado por Carlos Cáceres y Hernán Büchi según el modelo de think tanks conservadores norteamericanos, como la Fundación Heritage, que fue clave para el ascenso de Ronald Reagan a la presidencia de Estados Unidos.

El origen de Libertad y Desarrollo: La batalla de las ideas de los ministros de Pinochet

La dirección del consejo directivo la asumió Carlos Cáceres, antiguo numerario de la conservadora Sociedad Mont Pèlerin, quien fue el último ministro del Interior de Pinochet y se encargó de preparar la transición a la democracia. Pero esa no fue la única tarea desempeñada para el dictador. Invitado por el almirante Merino, fue miembro del Consejo de Estado, encargado de redactar un proyecto constitucional (1976), presidente del Banco Central (1982-1983), negociador ante el FMI y ministro de Hacienda (1983-1984).

Hernán Büchi, en tanto, antes de ser candidato se inició como un funcionario clave de la dictadura para los procesos de privatización. Luego de pasar por varios directorios de empresas estatales preparando su privatización, fue ministro de Desarrollo Social y Familia de Chile (1983–1984) y de Hacienda (1985–1989), cargo desde el cual concretó la última fase de privatización de empresas del Estado de la dictadura.

En el directorio inicial también figuran Hernán Felipe Errázuriz, quien pasó por los ministerios de Minería y Relaciones Exteriores en la dictadura; la socióloga Patricia Matte, miembro de una de las familias más acaudaladas de Chile y funcionaria en la Oficina de Planificación Nacional (Odeplan), cabeza de playa de los Chicago Boys en el régimen militar.

Quince años después de la fundación de LyD, Carlos Cáceres destacó en las páginas de la revista institucional que “la trayectoria que ha seguido el país luego de terminado el Gobierno Militar habría sido muy distinta de no haber contado con este centro de estudios”. Asimismo, destacó que los hitos más importantes entre las tareas desarrolladas por LYD a esa fecha eran “la mantención de la estabilidad institucional” y la “generación de una posición consensuada en torno al orden macroeconómico” (Revista LyD, Nº 150, marzo 2005).

Veinte años después, con cinco gobiernos de la ex-Concertación a cuestas, dos de Sebastián Piñera y el actual de centro-izquierda de Gabriel Boric, LyD, sigue participando con amplia repercusión mediática en los debates públicos. Recientemente se la jugaron en contra de un acuerdo en la reforma de pensiones acordada entre la UDI y el gobierno, en enero de 2025, ocasión en la que la actual directora ejecutiva, Bettina Horst, acusó que se estaba introduciendo el sistema de reparto; en tanto, el presidente del Consejo Asesor, Luís Larraín, llegó a decir que se trataba de “un esquema Ponzi”.

En las últimas semanas, LyD se han empeñado en promover reformas al Poder Judicial que tienden hacia la privatización de las funciones administrativas, bajo la excusa de superar la crisis de legitimidad de dicho poder del Estado; promueven mayor flexibilidad laboral con la excusa de fomentar el mercado laboral y apuestan a que la discusión sobre la reforma al sistema político se reduzca a reducir el número de parlamentarios, lo que en la práctica beneficia a los candidatos con más dinero para desplegar en campaña.

UNA ESTRATEGIA DE MEDIOS CON LOS DUEÑOS DE LOS MEDIOS

Desde sus inicios LyD instaló como una de sus principales tareas la difusión en medios de su ideario. Se constituyó para ello el Programa de Difusión y Comunicaciones, definido en sus comienzos como un importante apoyo al cumplimiento de uno de los objetivos principales: “Mantener una presencia permanente en el debate de los problemas públicos, promoviendo la defensa de una sociedad libre”, según detalló un folleto divulgativo de la institución de 1991.

Dicho programa estaba a cargo de la edición de una revista mensual, editada a partir del mes de Julio de 1991, la que se hacía llegar a parlamentarios, altos ejecutivos estatales, empresarios y universidades.

Posteriormente, en 1993 se comenzó a emitir a través de la televisión por cable el programa Economía al día, conducido por el economista Álvaro Vial y transmitido por Plaza Mayor televisión-Intercom, destinado a la difusión de sus ideas. Para 1997 estrenaron su portal web.

En las Memorias de LyD de ese año, en su habitual discurso Carlos Cáceres destacó que “tres años atrás, era en nuestro país una considerable novedad el que una institución privada, sin fines de lucro, sin medios de comunicación propios, sin una estructura de grandes dimensiones, aspirara a influir en el debate público y en las decisiones sociales con el sólo peso de su palabra”.

Luego agregó que “una labor sistemática, técnicamente rigurosa, clara e invariable en la defensa de postulados de mayor libertad, ha conseguido que, en su breve trayectoria, LyD esté hoy consolidado como un centro de análisis reconocido por la opinión ilustrada, las instancias políticas, los medios de comunicación, otros centros de estudio nacionales y extranjeros y, crecientemente, por amplios sectores de la ciudadanía”.

En la ocasión, Cáceres atribuyó la amplia cobertura en los medios masivos a “la sólida formación intelectual y profesional de sus miembros colaboradores”.

Si bien, los think tank otorgan una dimensión importante de su accionar a aparecer en la prensa como una forma potente para poder influir en la definición de las políticas públicas, sería inocente comprender el impacto social de LyD como un fenómeno exclusivo de las capacidades de sus intelectuales, omitiendo los sostenes económicos por detrás y su relación con los medios masivos.

La estructura de concentración mediática durante la post-dictadura ha empujado la visibilidad de LyD. Sus redes también alcanzan al conglomerado Copesa, medios como Mega, fundado por el empresario conservador Ricardo Claro; y a la cadena del diario El Mercurio, propietario además de Las Últimas Noticias, el vespertino La Segunda y los medios impresos de casi todas las regiones.

Sin embargo, en la red de medios de Copesa LyD ha tenido su gran espacio de visibilidad. En 2002, el periodista norteamericano Ken Dermota, máster en Relaciones Internacionales de la Universidad John Hopkins, publicó ‘Chile Inédito. El periodismo bajo democracia’, investigación en la que llamó la atención de que los informes de LyD eran bastante usados en la cobertura de los medios del grupo Copesa. Destacó la publicación de la revista Que Pasa, la que mostró un estudio fabricado por el think tank conservador en que calculaban que la televisión pública había dado más segundos a la cobertura de candidatos de la Concertación que la derecha (1).

La amplia difusión que ha tenido LyD ha sido posible gracias la vasta red de contactos de Carlos Cáceres. En su trayectoria profesional fue delfín del magnate y político conservador Pedro Ibáñez en Valparaíso; además de desempeñarse como importante funcionario de la dictadura, fue el encargado de reunir fondos entre el empresariado para la campaña del Plebiscito de 1988 y fue presidente del directorio de Chile Tabacos hasta 2015.

Otros vínculos han sido gestionados por Hernán Büchi, quien se pasea por directorios de varias empresas como Quiñenco, Falabella y SQM. Ambos figuraron en el directorio de Copesa desde la década de 1990, conglomerado mediático del empresario Álvaro Saieh que controla La Tercera y La Cuarta; además de las cerradas La Hora y revista Que Pasa, además de sus negocios en supermercados, sector inmobiliario y la banca.

La visibilidad de los intelectuales orgánicos de LYD también ha sido levantada por rankings y encuestas que desde comienzos del siglo XXI comenzaron a hacer los medios hegemónicos. Subieron al podio de estos galardones las investigadoras Rosanna Costa, Lucía Santa Cruz, Patricia Matte y María de la Luz Domper, quienes desde 2005 comenzaron a figurar entre las Mujeres Líderes, un ranking preparado por El Mercurio.

En 2007, una encuesta producida por la revista Que Pasa (Copesa), reconoció a LyD como el centro de estudio más influyente de Chile, con un 44% de las preferencias entre los encuestados, por sobre el CEP (29%).

“UNA POSICIÓN FORMADORA DE OPINIÓN”

La presencia de LyD en los medios ha ido creciendo en el tiempo exponencialmente desde sus orígenes. Según el informe anual del Programa de Comunicaciones de LyD del año 1992, durante ese año se recibieron más de 150 consultas de periodistas sobre diferentes temas, lo que se tradujo en la aparición en prensa escrita de 482 artículos que reflejaban el pensamiento de la institución.

Al año siguiente se detalló que fueron recibidas un promedio de 3 solicitudes de entrevistas por semana, apareciendo en 610 artículos de prensa y la publicación de una columna semanal en la revista Hoy. En 1994 fueron publicados 158 documentos, entre libros, revistas, estudios especiales e informes periódicos, despachándose más de 83.800 documentos a personas e instituciones, recibiendo generosa cobertura las temáticas planteadas.

Durante 1994, LyD instaló como temas en la prensa el sistema de tarificación diferenciada en el Metro (noticia aparecida en los medios Estrategia, El Diario, La Tercera, La Nación, La Época y El Mercurio), una propuesta de cobrar por el uso de vías para solucionar el problema de la contaminación y de la congestión vehicular (La Tercera, El Mercurio, Estrategia), reclamos sobre el “excesivo gasto fiscal que afectaba la inversión” (El Mercurio, El Diario) y la promoción de cárceles privadas para solucionar la crisis de hacinamiento del sistema penitenciario (El Mercurio, La Tercera, La Segunda).

La amplia difusión dada por la prensa a la agenda de LyD fue resaltada por Carlos Cáceres en su carta anual de 1994, quien dijo que la institución “ha mantenido y acrecentado una presencia muy destacada en los medios de comunicación. Esto ha contribuido a situarlo en una posición formadora de opinión, especialmente en la difusión de políticas públicas basadas en un orden social libre”.

Cómo Libertad y Desarrollo colonizó la política minera del gobierno

Al año siguiente, en la misma perorata anual como presidente del consejo de LyD, Carlos Cáceres, destacó que la institución “logró una presencia de sus ideas en la discusión pública de los temas más relevantes que pueden estimarse decisiva en muchos rubros”.

Gobernaba en la época Eduardo Frei Ruiz-Tagle y la Concertación aspiraba a cumplir las promesas hechas al retorno a la democracia con los trabajadores. LyD partió el año confrontando la reforma laboral ideada por el ministro del Trabajo, Jorge Arrate, que planteaba la negociación colectiva interempresas y la prohibición de reemplazo de huelguistas. Respecto de este último punto los voceros de LyD argumentaban que “se consagra una suerte de derecho de propiedad de los trabajadores sobre su puesto de trabajo” (Revista LyD, Nº 40, Enero 1995).

También los intelectuales de LyD combatían lo que llamaban “los excesos de un Estado regulador”, expresado en distintos proyectos de ley del Ejecutivo enviados al Congreso como el control de la calidad de la fruta de exportación, un sistema de clasificación del ganado, la tipificación y nomenclatura las carnes o la regulación de transporte terrestre de vehículos de carga. Promovían, al mismo tiempo, la tarificación vial, como un importante paso para la participación privada en la infraestructura (Revista LyD, Nº 45, agosto 1995).

“NECESITAMOS MÁS ECONOMÍA DE MERCADO”

Una década después LyD sigue su amplia presencia en los medios masivos. En 2004, según la Memoria Anual de la institución, contabilizó 1.282 publicaciones, un año después subieron a 1.825 y, en 2006, fueron 2.580. Ese año tuvieron un promedio de siete apariciones por día, el 63% en prensa escrita, el 21% en radio, 3% en canales de televisión y un 13% en medios electrónicos.

En marzo de 2005, cuando se celebraban 15 años de la institución, la Revista de LyD reseñó que desde 2001 venían estudiando el impacto de la institución en medios masivos, dando cuenta de que marcaban la pauta en políticas públicas. Concluyeron que entre 2001 y 2005, investigadores de LyD aparecieron en promedio 3,3 veces por día en algún medio de comunicación escrito, logrando más líneas en medios escritos que todos los partidos políticos. También destacaron que durante 2004, contaron 1.200 publicaciones en medios escritos, siendo la segunda institución con más apariciones mediáticas, sólo superada por la Universidad de Chile. Por lejos le llevaban ventaja a la Fundación Paz Ciudadana y al Centro de Estudios Públicos (CEP).

La batalla de las ideas de LyD seguía en curso en 2005. Ese año la artillería se concentró en el impuesto específico a la minería y en la defensa de las privatizaciones de empresas públicas realizada en dictadura. La portada de la edición Nº 150 de la revista institucional (marzo 2005) destaca los 15 años cumplidos con la frase ‘La fuerza de las ideas’. En el editorial cuentan que a la fecha llevaban publicados más de mil estudios en campos económico, social y político, destacando en el primer ámbito la amplitud de los temas sea fiscales, laborales,crecimiento, desarrollo, crisis eléctrica, royalty a minería y tratados de libre comercio (TLCs). En noviembre de ese año celebran los 25 años de la invención de las AFP con un seminario, las que son definidas por Luis Larraín como “una reforma exitosa”. Respecto de las correcciones al modelo económico y la pregunta ¿más o menos mercado?, Hernán Büchi asegura que “necesitamos más economía de mercado” (Revista LyD, Nº 158, noviembre 2005).

Para 2007 aumentaron a 3.587 las apariciones en los medios masivos, con un promedio de más de 9 veces por día. Dos años después, la Memoria Anual (2009) destacó la presencia de LyD en más de 120 portadas de diferentes medios, alcanzando una frecuencia de más de 9 veces en promedio por día para dar recomendaciones pro-empresariales en temas como la salud, el presupuesto nacional, la corrupción o la delincuencia.

Los titulares de ese año rezaban:

‘Estudio afirma que un 84% de los hospitales públicos son ineficientes’
(La Tercera)

‘Expertos estiman aumento del gasto cercano a 95 en Presupuesto 2008’
(Diario Financiero)

La corrupción aumenta según LyD
(La Segunda)

Alto temor a la delincuencia: 64%
(El Mercurio)

Diez años después, tras un gobierno de Sebastián Piñera en el que gran parte de los intelectuales orgánicos de LyD pasaron a ocupar altos cargos en el gabinete y en direcciones ministeriales, el retorno de Michelle Bachelet a la presidencia con un programa de mudanzas legislativas para mejorar el ingreso público y poder financiar reformas educativas los puso nuevamente en defensa del modelo. Esta vez batalla de las ideas se desplegó en contra de la reforma tributaria promovida por el ministro de Hacienda, Alberto Arenas.

Corría el año 2014 cuando LyD sacó a su intelectual orgánica estrella, la economista Rosanna Costa, quien se había desempeñado como jefa de la Dirección de Presupuesto (Dipres), en el primer gobierno de Piñera. Costa, en calidad de sub-directora ejecutiva de LyD, planteó que el gobierno de Bachelet corría “el riesgo de recaudar antes de saber dónde gastar”. Luego advirtió contra el presupuesto “expansivo” para el nuevo período de la mano del “impuestazo”, destacando como algo negativo que crezca la inversión fiscal (gasto público en su jerga) sobre el 6% anual. Para la economista no cabía lugar a impuestos a los más ricos ni a las mineras, sino que “la única forma de financiamiento fiscal sostenido es el crecimiento económico”(Revista LyD, Nº 254 septiembre 2014).

Al año siguiente la batalla de las ideas de LyD se enfocó en la defensa de las políticas de focalización del gasto público en vez de derechos universales, el rechazo a las leyes sobre publicidad en alimentos con exceso de azúcar, las que fueron tachadas como “un direccionismo excesivo” y reclamaban por la judicialización de los proyectos medioambientales en un seminario organizado junto a Pulso de Copesa.

En abril de 2015, los casos de corrupción Penta y Soquimich remecieron la política chilena, haciendo desfilar por primera vez en tribunales a peces gordos como Carlos Alberto Délano, dueño de Penta, y al gerente general de SQM, Patricio Contesse. Mientras la ciudadanía observaba como se destapaba el financiamiento de casi todos los partidos, desde la derecha hasta el socialismo, el enfoque asumido por LyD fue que se trataba de una “persecución política selectiva”, la que ha “instalado peligrosamente una dinámica de caza de brujas, donde no existe precisión conceptual en el análisis o un examen de mérito” (Revista LyD, Nº 258 enero 2015).

Para octubre de ese año, LyD organizó un taller para periodistas con el título de ‘¿Cómo leer la Ley de Presupuesto?’, dictado por Rosanna Costa. Asistieron 13 profesionales de medios como El Mercurio, La Tercera, Diario Financiero. Mega y Canal 13.

Experiencias similares ya se habían realizado. En octubre y diciembre de 2010, cuando Hernán Büchi y Lina Castañeda, periodista de Economía y Negocios de El Mercurio, dirigieron charlas de capacitación para estudiantes de periodismo “con el objetivo de instruir a los futuros profesionales en temas tan variados como economía, política y pobreza, entre otros”(Revista LyD, Nº 213 diciembre 2010).

En dichas lecciones se les enseñó a los periodistas que debe haber un límite de la inversión pública, política presentada como techo al ‘gasto fiscal’ y que no debía superar un 3% del presupuesto del año anterior. Esto en la práctica implica que jamás un Estado pueda hacer una política de inversión pública robusta, ya sea en educación, ciencia y tecnología o algún esfuerzo potente de industrialización.

Los periodistas asisten a las charlas y escuchan atentos. Cuando retornan a sus medios al proponer nuevos temas y escribir sus crónicas ya tienen parte del trabajo hecho con la argumentación envasada que les manda LyD. El enfoque ya está modelado y es presentado como ‘técnico’, aunque en la práctica se trata de políticas que benefician a los más ricos y reducen cada vez más las competencias de lo público. La narrativa envasada reproduce así que los bajos impuestos atraen la inversión, que la responsabilidad fiscal se limita a poner un techo a la inversión pública o que hay que promover la ‘complementariedad público-privada’, la nueva cobertura de la privatización.

Al finalizar 2015, cuando celebraban ya 25 años de la institución, Cristián Larroulet, director ejecutivo de LyD entre 1990 y 2000, volvió a afirmar en una entrevista para la revista de LyD que “la batalla de las ideas no se termina nunca, es una tarea permanente”.

Mauricio Becerra R.
El Ciudadano

NOTAS:

(1) Ken Dermota. Chile inédito. El periodismo bajo democracia. Ediciones B, 2002.


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