De los Panamericanos 2025 a la democracia:

La Educación Física como pilar para la ciudadanía

La destacada actuación de nuestros atletas juveniles nos invita a repensar nuestra visión de la formación integral. El éxito deportivo no es casualidad; es el resultado de un proceso de socialización en el que se cultivan valores como la cooperación, el liderazgo y la resiliencia.

La Educación Física como pilar para la ciudadanía

Autor: El Ciudadano

Por Belén Fierro Saldaña

El reciente éxito de nuestros jóvenes deportistas en los Juegos Panamericanos Juveniles 2025 no solo merece el aplauso, sino también un análisis profundo sobre lo que representa para el futuro del país. Estas medallas no son meros símbolos de destreza física; son el resultado de la disciplina, perseverancia y trabajo en equipo, cualidades que se forjan en el cada entrenamiento, pero que son indispensables para la vitalidad de una sociedad democrática.

Con demasiada frecuencia, la educación física en el currículo escolar se ha relegado a un segundo plano, vista como una actividad de esparcimiento que poco contribuye al desarrollo intelectual y cívico. Esta perspectiva es un error fundamental. La cancha deportiva es, en esencia, un microcosmos de la vida en sociedad: un espacio donde se aprende a respetar reglas, a asumir responsabilidades y a convivir con la frustración de la derrota y la euforia de la victoria. En cada partido, los estudiantes internalizan la importancia del fair play y el respeto por el adversario, principios que son el cimiento de cualquier debate público constructivo y pluralista.

La destacada actuación de nuestros atletas juveniles nos invita a repensar nuestra visión de la formación integral. El éxito deportivo no es casualidad; es el resultado de un proceso de socialización en el que se cultivan valores como la cooperación, el liderazgo y la resiliencia. Estos atributos, lejos de ser exclusivos del deporte, son la base de la participación ciudadana y la cohesión social. Una ciudadanía que comprende que el éxito colectivo depende del esfuerzo individual y que sabe aceptar los resultados con deportividad está mejor equipada para enfrentar los desafíos de una nación.

Por lo tanto, el camino para capitalizar este impulso no es solo invertir en la élite deportiva, sino en la base. Elevar el estatus de la educación física en la escuela no es un gasto, sino una inversión estratégica en la salud cívica de Chile. Es en las escuelas donde se entrena a los futuros líderes, a los ciudadanos que sabrán cuándo competir y cuándo colaborar por el bien común. El verdadero legado de estos juegos no será el metal de las medallas, sino la lección de que el desarrollo de un país se juega tanto en las urnas como en las canchas.

Por Belén Fierro Saldaña

Destacada académica y profesional en el ámbito de la Educación Física y la Salud. Posee un Doctorado en Educación de la Pontificia Universidad Católica, un Magíster en Educación en la Universidad de Manchester, Inglaterra, y Magister en Educación de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Es Profesora de Educación Física de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE).

Docente de prestigiosas universidades en Chile y el extranjero, se desempeña como Jefa del Diplomado en Actividad Física y Salud Escolar de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Su campo investigativo se centra en la intersección entre la educación, el bienestar físico y la formación integral, con un enfoque particular en el desarrollo de políticas y programas que promuevan la inclusión, estilos de vida saludable y una ciudadanía activa.

Fuente fotografía


Las expresiones emitidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de su autor(a) y no representan necesariamente las opiniones de El Ciudadano.

Sigue leyendo:


Reels

Ver Más »
Busca en El Ciudadano