Investigación que busca recuperar suelos dañados representará a Chile en la COP30

Iniciativa propone el diseño de costras biológicas artificiales, inspiradas en ecosistemas extremos como la Antártica y el desierto de Atacama, y que tienen la capacidad de mejorar la fertilidad del suelo y aumentar su retención de agua. 

Investigación que busca recuperar suelos dañados representará a Chile en la COP30

Autor: Absalón Opazo

En suelos agrietados y pobres en nutrientes, donde hoy cuesta que crezca la vida, un grupo de investigadores de la Universidad de Talca encontró una solución inesperada: comunidades de microorganismos que funcionan como una capa protectora que permiten regenerar la tierra y «revivir» los suelos dañados por la erosión. 

Se trata de un innovador proyecto que busca mejorar la agricultura y a la vez aportar a la seguridad alimentaria del futuro, y que, gracias a un concurso de la misma Universidad, se presentará en la COP30 (Conferencia de las Partes), que se desarrollará entre el 10 y 21 de noviembre en Belém, Brasil. 

El equipo está conformado por los estudiantes de Bioquímica Camila Castro y Francisco Escobar, quienes, junto a la académica del Departamento de Microbiología, Andrea Barrera Valenzuela, presentarán BIOCRUST-X, iniciativa que propone el diseño de costras biológicas artificiales, inspiradas en ecosistemas extremos como la Antártica y el desierto de Atacama, que tienen la capacidad de mejorar la fertilidad del suelo y aumentar su retención de agua. 

«Estas comunidades microbianas pueden ser una especie de cubierta natural que actúe como fertilizante. La literatura las describe como verdaderos ingenieros ecosistémicos por todas las propiedades que generan en los suelos. No solo mejoran los nutrientes, sino que también pueden incrementar sobre un 30% los niveles de agua», explicó la profesora Barrera. 

Alto deterioro

De acuerdo con información de la ONU, más del 40% de los suelos del planeta están deteriorados, comprometiendo la seguridad alimentaria y el equilibrio ecológico.

En ese sentido, la investigadora advirtió que Chile no está ajeno a esta crisis, ya que el 48,7% del territorio nacional presenta algún grado de erosión, con 18,1 millones de hectáreas clasificadas como severas o muy severas.

«Con el cambio climático esa cifra podría aumentar en los próximos años. Si lo proyectamos al 2050, con una población mundial cercana a los 9.800 millones, la seguridad alimentaria se convierte en un gran desafío», advirtió la académica, quien recordó algunas consecuencias: pérdida de fertilidad, salinización, escasez hídrica, disminución de la productividad agrícola y pérdida de biodiversidad, lo que afecta tanto al ecosistema como al bienestar de las comunidades rurales. 

«Sabemos que las aplicaciones químicas son un gran problema, hay un gran desgaste en nuestros suelos, y eso nos impulsa a tomar nuevas iniciativas como el uso de microorganismos. Es una solución a largo plazo que da alternativas a los problemas que generan las aplicaciones químicas que ocupan diariamente los agricultores», planteó por su parte Francisco Escobar, integrante del equipo.

Respecto al concurso que posibilitó su participación en la COP30, «Embajadores UTalca por el Cambio Climático», es un certamen interno de la casa de estudios que tuvo su primera edición en 2024, y permitió que el equipo ganador fuese parte de la delegación nacional que viajó a la COP29 desarrollada en Bakú, Azerbaiyán, presentando una investigación que utiliza nanotecnología para degradar la contaminación del agua.

Este año la postulación estuvo centrada en iniciativas que incorporaran a estudiantes de pregrado: «Estamos muy felices de poder representar tanto a la carrera como a los estudiantes de la universidad en otro país. Estamos estudiando, poniéndonos al día para estar al nivel de este importante encuentro», expresó la otra integrante del equipo ganador, Camila Castro. 

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