Este lunes 3 de noviembre, el sindicato de BlueLink —empresa de Call Center que presta servicios a las aerolíneas Air France y KLM— anunció que han decidido a través de votación, irse a huelga para poder seguir negociando al rechazar la última oferta realizada por la administración.
El pasado 16 de septiembre, el sindicato comenzó su primera negociación colectiva, a la que se unieron 66 trabajadores, alcanzando un total de más de 150 participantes del proceso, es decir, más de la mitad de la empresa. La propuesta de las y los trabajadores que fue trabajada durante meses, buscaba mejoras salariales, horarias, sindicales, de beneficios y de conciliación laboral y personal. Sin embargo, la empresa solo ofreció el piso legal lo que no se traduce a mejora alguna.
En conversación con El Ciudadano, Javiera Nicolaides González, presidenta del Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores de Bluelink International Chile, señaló que desde el inicio del proceso de negociación la empresa ha intentado impugnarlo a través de distintas instancias, como cuestionar la calificación de los servicios mínimos. Esta situación llevó a la empresa a presentar una denuncia contra la Dirección Nacional del Trabajo, hechos que ya fueron resueltos y que hoy permiten avanzar en la negociación.
Además, Nicolaides señaló que en la respuesta inicial de la empresa no hubo mejoras, ya que solo ofrecieron el piso mínimo, con beneficios históricos que ya existen y que, por ley, deben ser aceptados. “Entonces, por ejemplo, si nosotros pedimos un aumento de la asignación de colación, la empresa está obligada a poner como piso, por lo menos, la asignación de colación que ya existe. En ese sentido, cumplieron con algunos puntos y con otros no, así que también tuvimos que impugnar por nuestra parte”, indicó.
Algunos de estos puntos eran, por ejemplo, el beneficio histórico de la empresa de entregar una gift card de 50 mil pesos en diciembre para cubrir los gastos de la fecha. A pesar de ser un beneficio histórico, la empresa no lo estaba incluyendo en sus propuestas.
La presidenta del sindicato explicó que durante el proceso de negociación surgieron varias disputas respecto de qué beneficios eran considerados históricos y cuáles no. Detalló que el llamado “periodo de impugnaciones y reclamaciones” se extendió más de lo esperado debido a demoras de la Inspección del Trabajo, lo que retrasó la resolución sobre la legalidad de la negociación y las observaciones a la respuesta de la empresa. Mientras se acercaba el plazo legal para que Bluelink presentara su última oferta, aún sin resolución definitiva, la compañía finalmente accedió —aunque con cierto retraso— a sentarse a negociar.
Posteriormente, el sindicato decidió postergar por una semana la votación de huelga, con el fin de otorgar a la empresa más tiempo para analizar el petitorio. Sin embargo, Nicolaides señaló que, pese a esa prórroga, la última oferta no formal presentada no incorporó ninguna mejora, incluso en aquellas propuestas que no implicaban mayores recursos, una de las principales excusas esgrimidas por la empresa.
“Había también varias mejoras que tenían que ver simplemente con condiciones ya de tema más organizacional o logístico, que no costaban nada. Entonces, claro, nos parece una vergüenza, en realidad, que en un proceso que ya lleva casi dos meses no haya ninguna disposición a dialogar para mejorar condiciones que se han estado pidiendo por años”, indicó.
Principales demandas del sindicato
Entre las principales demandas del sindicato se encuentra, en primer lugar, el aumento del sueldo base, ya que en muchos casos este corresponde al salario mínimo. “De eso dependen, por supuesto, nuestras asignaciones de movilización, colación, bonos, etcétera. Entonces, es algo súper importante porque, además, influye mucho en el sueldo cuando una persona se enferma, algo que ocurre bastante en este trabajo, especialmente por temas de salud mental, ya que nos exponemos constantemente a trabajar con un público bastante difícil”, señaló la presidenta del sindicato.
Otra de las peticiones apunta al aumento del aguinaldo de diciembre, que históricamente ha sido de 50 mil pesos. Las y los trabajadores solicitan un monto mayor para poder cubrir los gastos asociados a las festividades de ese mes.
El tercer punto se relaciona con los horarios laborales. Al ser un call center, las y los trabajadores deben permanecer en línea durante largas jornadas. En el caso de Bluelink, la empresa ya opera bajo el régimen de 40 horas semanales, pero la distribución puede ser de cinco días trabajados y dos de descanso, o bien seis días de trabajo y uno libre. Nicolaides afirmó que esta última modalidad se aplica especialmente en las semanas con feriados irrenunciables, lo que en la práctica impide que las y los trabajadores puedan sentir realmente el descanso de un día festivo.
Otro punto relacionado con los horarios es que las y los trabajadores solicitan mantener un mismo turno durante cada semana. Por ejemplo, que en la misma semana no tengan un día a las 10:00 a. m., dos a las 3:00 p. m. y otros dos a las 8:00 a. m., y que los cambios de horario se realicen de forma semanal.
“Como puedes ver, son cambios que, claro, para la empresa pueden parecer no tan importantes, pero para las y los trabajadores influyen mucho en la conciliación de la vida laboral y personal. Y otra cosa importante ahí es que nadie sea programado para trabajar más de cinco días consecutivos, porque también se da mucho acá tener seis días seguidos. No es la misma semana calendario, por supuesto, pero sí, por ejemplo, trabajar el domingo y luego de lunes a viernes de la semana siguiente, con horarios diferentes”, agregó Nicolaides.
Otro de los puntos planteados por el sindicato se relaciona con el beneficio de los pasajes aéreos que la empresa ofrece al cumplir un año de trabajo, el cual permite comprar un ticket de Air France pagando solo los impuestos. Sin embargo, este beneficio está sujeto a disponibilidad, lo que ha provocado que algunos trabajadores queden varados durante días, especialmente en París, sin cobertura de estadía ni flexibilidad para retornar a sus labores. Por ello, el sindicato busca mejorar las condiciones de este beneficio —para que los pasajes sean confirmados y no sujetos a disponibilidad— y ampliar su extensión, actualmente limitada a cónyuges e hijos, para incluir a otros familiares o personas cercanas.
Nicolaides agregó que el sindicato también busca incorporar dos mejoras relevantes: la creación de cupos para retiro voluntario —que permitan a las y los trabajadores renunciar recibiendo la misma indemnización que en un despido por necesidades de la empresa— y el pago de las horas de trabajo sindical. Actualmente, estas horas son financiadas por el propio sindicato, pese a que la ley permite acordar que sean costeadas por el empleador. Según explicó, este gasto debilita las finanzas de la organización e impide destinar recursos a asesorías legales y otras gestiones para mejorar las condiciones laborales.
En cuanto a la negociación, desde el sindicato indican que llegarán hasta las últimas instancias: “Nuestra idea es conseguir mejoras, conseguir cosas básicas también, de nuevo. En ese sentido, esperamos que se dé la instancia de mediación obligatoria con la Inspección del Trabajo y estamos completamente abiertos a todas las instancias de negociación a las que la empresa invite. Si no se logra concretar esa instancia o alcanzar un acuerdo aceptable para ambas partes, por supuesto que tendríamos que hacer efectiva la huelga”, señaló Nicolaides.
Nicolaides reconoció que no todas las demandas podrán concretarse, pero subrayó que incluso los avances que no impliquen costos directos —como mejoras en la organización o la posibilidad de acceder al teletrabajo— tendrían un gran impacto en la calidad de vida de las y los trabajadores. Enfatizó que la labor en el call center es exigente y requiere capacitación especializada, ya que todo el personal atiende en al menos dos idiomas y maneja sistemas complejos.
La dirigenta también recalcó que la empresa cuenta con recursos suficientes para responder a las demandas, citando ahorros recientes por el cierre de un piso de oficinas y el fin del servicio de transporte nocturno. “Lo que falta no es dinero, sino disposición”, afirmó, destacando que esperan un aumento salarial acorde con el nivel de exigencia y profesionalismo que demanda el trabajo.
Por último, Nicolaides hizo un llamado a las y los trabajadores a informarse, a no tener miedo a la sindicalización, a ir a las instancias que ofrece la Dirección del Trabajo, ya que en general esta apoya a las y los trabajadores.
“Somos personas que estamos dando un servicio y nos merecemos un pago justo también por ese servicio, que la disposición a negociar está y que ojalá que se ponga siempre en la mira el bienestar de todes, tanto de la empresa, en el sentido administrativo como de los trabajadores y, por supuesto, de los pasajeros y les clientes de la empresa”, concluyó.

