Con una flotilla de 200 embarcaciones que navegaron por la cuenca del río Amazonas llevando a 5.000 personas, arrancó este miércoles la Cumbre de los Pueblos en Belém, Brasil, un espacio de resistencia y propuesta alternativa que desafía la agenda oficial de 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30). El encuentro, que se extenderá hasta el 16 de noviembre en la Universidad Federal de Pará, congrega a movimientos populares de 62 países y reúne a más de 30.000 participantes de 1.100 organizaciones de la sociedad civil para denunciar lo que califican como «falsas soluciones» a la crisis climática global.
Frente a las negociaciones intergubernamentales de la COP30, la Cumbre de los Pueblos se erige como un espacio de diálogo abierto y colectivo cuyo programa se basa en seis ejes fundamentales: reparación histórica y racismo ambiental, transición justa, y soberanía alimentaria, entre otros.
Los organizadores destacan que las verdaderas respuestas para un mundo sostenible «provienen de la gente de las aguas, bosques, campos y periferias, quienes resisten con sus prácticas colectivas, agroecológicas y ancestrales», consignó TeleSUR.

Creada en 1992, la Cumbre de los Pueblos se autodefine como «un grito de resistencia, un eco de las voces silenciadas por la desigualdad».
En su portal oficial plantean que «en este espacio de lucha y esperanza, las comunidades indígenas, tradicionales y periféricas —aquellas que menos han contribuido a la crisis climática pero que más sufren sus impactos— finalmente tienen la oportunidad de ser escuchadas».

«La solución nace del pueblo»
Bajo el lema «La solución nace del pueblo», los participantes de la cumbre en Belém impulsan una agenda en defensa del llamado pulmón del mundo y de la soberanía de los pueblos tradicionales frente a lo que denominan «falsas soluciones» a la crisis climática mundial.
«Iniciamos la Cumbre de los Pueblos… reforzando nuestra resistencia a las falsas soluciones presentadas por la COP30, que lleva consigo la marca de proyectos para destruir la naturaleza, contaminar ríos, envenenar bosques», declaró Ayala Ferreira, líder nacional del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), durante la apertura del foro.
Tanto las organizaciones de la Cumbre como los pueblos indígenas han exigido que la discusión de la agenda climática se base en la justicia climática. Al respecto, Sara Pereira, de Fase del Programa Amazonas, planteó que «no habrá una transición justa mientras no se garanticen derechos a los pueblos tradicionales».
La inauguración de la Cumbre de los Pueblos también contó con la participación del legendario líder indígena brasileño Raoni Metuktire, de 93 años, quien es considerado un símbolo mundial de la defensa ambiental.
Luego de liderar una caravana que recorrió tres mil kilómetros de selva y río, el jefe Kayapó llegó a Belém, acompañado de 300 representantes de pueblos originarios, campesinos y ribereños.
«Si continúan destruyendo la selva, extrayendo petróleo y abriendo carreteras sobre nuestras tierras, no solo sufriremos nosotros, sino toda la humanidad», alertó, en declaraciones recogidas por Prensa Latina.
«Delegaciones internacionales, como la de la organización International Rivers, también se sumaron a la jornada, destacando que los impactos ambientales se repiten en distintas latitudes», consignó el medio citado.
La inauguración de esta cumbre alternativa coincidió con un ambiente de tensión en Belém, marcado por las marchas y protestas diarias contra proyectos de desarrollo que impactan la Amazonía, como el ferrocarril Ferrogrão y la exploración petrolera en la desembocadura del río Amazonas, reportó TeleSUR.

Participación indígena histórica
En un hecho sin precedentes, el movimiento indígena brasileño, con apoyo del Gobierno federal, aseguró una participación masiva en la COP30. Cerca de 400 líderes indígenas obtuvieron acceso a los espacios oficiales de la conferencia, y se estableció una «AldeiaCOP» en el campus de la UFPA en Belém que acoge a 3.000 miembros de comunidades originarias, incluyendo delegaciones de pueblos tradicionales de otras regiones de América Latina, África y Asia.
Esta movilización constituye la mayor presencia de pueblos originarios registrada en la historia de las conferencias climáticas de acuerdo con el Ministerio de Pueblos Indígenas (MPI) y la Articulación de Pueblos Indígenas de Brasil (Apib).
Durante la inauguración de la AldeiaCOP, la ministra de Pueblos Indígenas, Sônia Guajajara, enfatizó que «no habrá solución sin la presencia indígena», buscando un legado de compromiso con la demarcación y protección de los territorios indígenas como estrategia clave contra la crisis climática. Denunció que el bioma amazónico está siendo «violado, destruido con el uso depredador de tierra y naturaleza».
Gran marcha unificada
Hasta el 16 de noviembre, la Cumbre de los Pueblos ofrecerá a los asistentes un amplio programa de debates, ferias y expresiones culturales.
Para este sábado 15 de noviembre está programada una Marcha Unificada donde convergerán todas las fuerzas movilizadas, tanto de la Cumbre de los Pueblos como de la AldeiaCOP, en un evento central para visibilizar que la justicia ambiental está directamente ligada a la defensa de la vida y los territorios.
El evento culminará con un gran banquete comunitario dedicado a las poblaciones más vulnerables de Belém.
*Imagen destacada: TeleSUR.

