Washington activó este jueves la operación militar «Lanza del Sur«, bajo el argumento de continuar con su ofensiva contra el narcotráfico en el Caribe, aumentando el clima de tensión en la región.
El encardo de realizar el anuncio fue el secretario de Guerra estadounidense, Pete Hegseth, quien en un mensaje publicado en X no ofreció detalles concretos sobre el operativo más allá de explicar que fue ordenado por el presidente de EE.UU., Donald Trump, y que estará liderado por un grupo de trabajo conjunto específico y el Comando Sur, que comprende las operaciones militares estadounidenses en Suramérica, Centroamérica y el Caribe.
«Hoy anuncio la ‘Operación Lanza del Sur’ (‘South Spear’, en inglés), dirigida por la Fuerza Operativa Conjunta Southern Spear y [el Comando Sur de EE.UU.] SOUTHCOM. Esta misión defiende nuestra patria, elimina a los narcoterroristas de nuestro hemisferio y protege nuestra patria de las drogas que están matando a nuestra gente», escribió en la red social.
«El hemisferio occidental es el vecindario de Estados Unidos, y lo protegeremos», indicó.
Esta información generó dudas sobre si se trata de un renombramiento de los operativos que el Comando Sur realiza en aguas internacionales desde agosto en el Caribe y el Pacífico contra lanchas a las que Washington ha acusado de supuestamente transportar drogas, sin presentar pruebas, o si se trata de un nueva ofensiva contra la región.
Despliegue militar sin precedentes
El anuncio de la operación «Lanza del Sur» se produce apenas tres días después de la llegada a la zona del USS Gerald R. Ford, el portaaviones más grande y moderno de la armada estadounidense, a la jurisdicción del Comando Sur.
Según la Casa Blanca su despliegue fue ordenado para apoyar las instrucciones de Trump de «desmantelar las organizaciones criminales transnacionales y contrarrestar el narcoterrorismo en defensa de la patria».
Según el portavoz del Pentágono, Sean Parnell, el despliegue del portaaviones «reforzará la capacidad de los EE.UU. para detectar, monitorear y desbaratar actores y actividades ilícitas» y señaló que el Gerald R. Ford llega a la zona con más de 4.000 marines y docenas de aviones tácticos, y puede «catapultar, lanzar y recuperar simultáneamente aviones de ala fija en su cubierta de vuelo».
Washington también mandó fuerzas terrestres a Panamá, la primera vez en más de dos décadas que el Ejército estadounidense desplaza tropas a ese país.

Venezuela denuncia «guerra multiforme» perpetrada por EE.UU.
Estas acciones se producen en medio de tensiones entre Estados Unidos y Venezuela ocasionada por la decisión de la administración de Donald Trump de desplegar desde agosto pasado buques de guerra, un submarino, aviones de combate y tropas, en el Mar Caribe frente a las costas venezolanas. Una acción que el inquilino de la Casa Blanca, ha justificado bajo el argumento de la lucha contra el narcotráfico.
Desde entonces, el país norteamericano ha perpetrado varios bombardeos a presuntas lanchas con drogas en el mar Caribe y el océano Pacífico, que han dejado más de 70 muertos.
En paralelo, el magnate republicano ha acusado al presidente venezolano Nicolás Maduro, sin pruebas ni sustento, de liderar un supuesto cártel del narcotráfico, lo que motivó a que la fiscal general de EE.UU., Pam Bondi, duplicara la recompensa por información que condujera a su arresto.
A mediados de octubre, Trump admitió haber autorizado a la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), a realizar operaciones encubiertas en territorio venezolano y en respuesta, Maduro preguntó: «¿Alguien se puede creer que la CIA no está operando en Venezuela desde hace 60 años? ¿Alguien se puede creer que la CIA no ha conspirado desde hace 26 años contra el comandante [Hugo] Chávez y contra mí?».
El mandatario venezolano ha denunciado una “guerra multiforme” orquestada desde Estados Unidos, que incluye agresiones armadas, campañas de desinformación y operaciones encubiertas.
En septiembre, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb) inició ejercicios militares en zonas costeras para reforzar la defensa del país caribeño ante las amenazas externas.
Maduro también acusó a Washington de liderar una ofensiva para imponer un “gobierno títere” y apropiarse de los recursos naturales de Venezuela, incluyendo petróleo, gas y oro.
Asimismo, el jefe de Estado venezolano informó que fueron desarticuladas tres operaciones terroristas impulsadas por la CIA, que tenían como objetivo derrocarlo.
Indicó que estos ataques pudieron ser neutralizados gracias a las acciones coordinadas por los cuerpos de seguridad e inteligencia del país a y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
Por su parte, el canciller venezolano, Yván Gil, ha dejado en claro ue no se trata de una «confrontación» entre dos Estados, Venezuela y EE.UU.. sino de «un intento de invasión, un intento de agresión» por parte de Washington, que viola todos los principios internacionales y advirtió que Caracas tomará acciones políticas, judiciales y jurídicas para defender el respeto a las convenciones internacionales.

Tensiones con Colombia
El presidente colombiano, Gustavo Petro, también le rayó la cancha a Donald Trump, dejándole en claro que “Colombia está fuera de su control” y defendiendo la soberanía e independencia de su país frente a las amenazas del mandatario estadounidense, quien también lo ha acusado sin pruebas de ser un «narcotraficante».
En medio de la escalada de tensiones, Trump retiró este año a Colombia de la lista de países aliados contra el tráfico de drogas y le revocó la visa a Petro como a varios de los funcionarios de su gobierno.
Por su parte, el jefe de Estado colombiano también ha acusado formalmente a los Estados Unidos de violar la soberanía marítima de su país y de cometer asesinatos, tras revelarse que parte de los bombardeos realizados por fuerzas estadounidenses en el Caribe habrían ocurrido dentro de aguas territoriales colombianas.
Petro ha rechazado los ataques ordenados por Trump a las lanchas en el Pacífico y el Caribe tildándolos como «ejecuciones extrajudiciales».
En «este tipo de maniobras, que nosotros creemos rompe el derecho internacional, Estados Unidos (…) está cometiendo ejecuciones extrajudiciales», afirmó el mandatario, quien pidió que los supuestos narcotraficantes sean llevados a la justicia y no asesinados.
«Hay un uso desproporcionado de la fuerza que es castigado por el derecho internacional humanitario», insistió el presidente.
Recientemente durante su intervención en la IV cumbre CELAC-UE que se realizó en Santa Marta, Colombia, vinculó la violencia regional con un avance de la «barbarie» a nivel mundial. Trazó un paralelo entre los ataques en Gaza y la situación en el Caribe, al afirmar que las bombas que «caen en Gaza» son de «la misma fabricación» que las que ahora caen en esta región.
Para ilustrar su denuncia, Petro expuso el reciente asesinato de un líder social y pescador en Santa Marta y señaló que el crimen se justificó bajo la tesis de que era un «narcoterrorista», un concepto que se habría utilizado para encubrir lo que calificó como «simplemente un asesinato, una ejecución extrajudicial».

