COP30: Destacan aporte del ‘Corredor Azul del Pacífico Oriental’ a la acción climática

Iniciativa, coordinada desde Chile, busca consolidar áreas de conservación conectadas para avanzar en la meta 30x30; disminuir los impactos de actividades humanas mediante cooperación regional y manejo sustentado en ciencia; y aumentar la inversión en conservación, investigación y monitoreo de ballenas, especies cruciales para la resiliencia oceánica y aliadas naturales contra el cambio climático.

COP30: Destacan aporte del ‘Corredor Azul del Pacífico Oriental’ a la acción climática

Autor: El Ciudadano
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En el marco de la COP30, la organización WWF Chile destacó los aportes climáticos del Corredor Azul del Pacífico Oriental, una iniciativa regional clave para proteger las rutas migratorias de la megafauna marina en dicha zona, que se extiende desde México hasta la Península Antártica.

Se trata de una ruta que es esencial para grandes cetáceos, además de delfines, tiburones y tortugas marinas, especies que son altamente vulnerables a la pesca industrial, el incremento del tráfico marítimo, la contaminación, el ruido oceánico y los impactos acelerados de la crisis climática.

Ricardo Bosshard, director de WWF Chile, enfatizó la importancia de consolidar corredores migratorios libres de amenazas. Según explicó, las ballenas contribuyen al crecimiento del fitoplancton, un regulador clave del carbono global.

Entre 2010 y 2019, los océanos absorbieron cerca del 22% de las emisiones antropogénicas, lo que refleja su importancia en la mitigación climática y la urgencia de reforzar la conectividad ecológica, explicó Bosshard.

«Esto es lo que busca, justamente WWF con la Iniciativa Transformacional del Corredor Azul del Pacífico Oriental, apuntando a consolidar estas rutas seguras a lo largo de este océano, integrando la conservación marina como solución basada en la naturaleza», apuntó.

El tema se profundizó en el evento paralelo de WWF Chile en la COP30, «Un corredor azul para gigantes del mar. De Chile a México y de regreso», que junto a Bosshard, reunió a especialistas que analizaron las diversas aristas de este tema: Shirley Matheson, coordinadora Global de Fortalecimiento de NDC y Gonzalo Muñoz, Alto Representante de la ONU para el Cambio Climático desde la Presidencia de la COP25, quien también juega un rol global por un tratado contra la contaminación plástica.

La sesión, moderada por María Inés Rivadeneira, líder de Políticas de WWF para América Latina y el Caribe, abordó amenazas para los cetáceos, el avance del acuerdo BBNJ, los impactos del plástico, y la iniciativa «NDCs We Want for Oceans», que busca fortalecer el papel del océano en las políticas climáticas regionales.

Pilares de la estrategia

Desde WWF destacaron los tres pilares de la estrategia del Corredor Azul: Consolidar áreas de conservación conectadas para avanzar en la meta 30×30; disminuir los impactos de actividades humanas mediante cooperación regional y manejo sustentado en ciencia; y aumentar la inversión en conservación, investigación y monitoreo de ballenas, especies cruciales para la resiliencia oceánica y aliadas naturales contra el cambio climático.

«En Latinoamérica y el Caribe, hablar de acción climática sin considerar al océano es ignorar el corazón de nuestra resiliencia. Este vasto ecosistema sostiene economías, protege a millones de personas y regula el clima con una fuerza silenciosa pero decisiva. Integrarlo de forma explícita y ambiciosa en las NBSAPs y las NDCs no es un gesto simbólico: es una necesidad estratégica para la región», señaló Ricardo Bosshard.

«El Corredor Azul del Pacífico demuestra que, cuando trabajamos con visión de escala y cooperación, podemos resguardar rutas migratorias, recuperar poblaciones, fortalecer el manejo pesquero y actividades de turismo y así también a las comunidades costeras que dependen de estas actividades. La salud del océano determina la salud de nuestros territorios», agregó.

Por su parte, el Alto Representante de la ONU para el Cambio Climático, Gonzalo Muñoz, recordó que «las ballenas tienen un rol climático y en manejo de la biodiversidad, y hoy sabemos que estos grandes animales se mueven por ciertas zonas donde hoy están siendo afectados por colisiones de embarcaciones, por la contaminación general y fundamentalmente los plásticos, las redes de pesca o redes fantasmas, y por la acidificación de los océanos y el aumento de la temperatura».

«Por tanto, es clave y urgente crear estos corredores donde estos animales puedan migrar de manera segura y saludable. Hoy Chile, con otros países de la costa del Pacífico, están promoviendo estos corredores, que debemos proteger por todo lo que implica para la salud del océano y del planeta y también para nosotros mismos», expresó Muñoz.

Lee más sobre el Corredor Azul del Pacífico Oriental aquí (WWF Chile)

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