Por Germán Gorraiz López
Operación Lanza del Sur

Desde agosto, EE.UU. ha enviado al menos ocho buques de guerra al Caribe, 10 aviones F-35 a Puerto Rico y alrededor de 10.000 tropas bajo el pretexto de combatir carteles de drogas como el Tren de Aragua y el Cartel de los Soles, declaradas organizaciones terroristas por EEUU. El 2 de septiembre, un misil de un destructor estadounidense hundió un barco sospechoso, matando a 11 personas y, desde entonces, se han reportado al menos cinco ataques similares con un total de 27 muertos. El mega despliegue militar de EE.UU. en el Caribe Sur incluye buques de guerra, un submarino, miles de tropas y el grupo de ataque del portaaviones USS Gerald R. Ford, justificada por Washington como «una operación antidrogas contra carteles vinculados al régimen de Maduro«.
¿Nueva cartografía geopolítica en el Caribe?
Rusia ha condenado las operaciones antidrogas estadounidenses en el Caribe como «uso excesivo de fuerza», reafirmando su apoyo a Maduro.
Asimismo, Alexei Zhuravlyov (vicepresidente del Comité de Defensa de la Duma), ha declarado que «Moscú está abierto a suministrar misiles hipersónicos Oreshnik, misiles de crucero Kalibr y otros sistemas de largo alcance, sin obstáculos legales ni internacionales». Rusia ya es el principal proveedor de armas a Venezuela, con un historial de ventas por más de 4.000 millones de dólares desde 2005, incluyendo tanques, helicópteros, rifles AK-103 y aviones de combate.
El 8 de noviembre de 2025, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zakharova, anunció que Moscú está «preparado para responder a cualquier solicitud de asistencia de Venezuela, incluyendo apoyo militar», en el contexto de posibles ataques estadounidenses. Esto reafirma el tratado de asociación estratégica ratificado en septiembre de 2025, que amplía la cooperación militar y política y buques rusos se acercaron a las costas venezolanas en respuesta a la presión estadounidense en la región, lo que ha generado inquietud en Estados Unidos, que ve esta presencia como «una provocación».
¿Qué busca realmente Trump?
Una hipotética invasión de Venezuela por EEUU, costaría al Pentágono miles de millones de dólares, incontables bajas y la elevación del precio del petróleo hasta niveles estratosféricos. En realidad, EEUU buscaría forzar negociaciones con el gobierno de Maduro para sustituir a las empresas rusas y chinas de la región por empresas estadounidenses, así como sustituir el petróleo que importaba de Rusia por el crudo venezolano.
El crudo de Venezuela es pesado como el ruso, con lo que Venezuela sería la alternativa energética de Trump para suplir la ausencia del crudo ruso, pues Venezuela tendría capacidad de producir unos tres millones de barriles diarios, pero la imposición de sanciones por EEUU provocó la obsolescencia de las instalaciones petroleras venezolanas y una drástica reducción en la producción diaria hasta los 800.000 barriles actuales. Así, se habría ya iniciado en secreto una ronda de negociaciones EEUU-Venezuela que podría desembocar en la asunción por Venezuela de un papel estratégico en el suministro de petróleo a EEUU y en la nueva cartografía geopolítica del Caribe que se está diseñando.
Por Germán Gorraiz López
Analista
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