Biólogo Jaime Culebras: «Si mi trabajo no tiene una labor de conservación, no tiene sentido para mí. Los anfibios son los vertebrados más amenazados del planeta»

El también fotógrafo relata cómo ha sido su experiencia viajando por el mundo y retratando la vida animal que palpita en la tierra

Biólogo Jaime Culebras: «Si mi trabajo no tiene una labor de conservación, no tiene sentido para mí. Los anfibios son los vertebrados más amenazados del planeta»

Autor: Sofia Belandria

Jaime Culebras es biólogo y fotógrafo. El español ha fotografiado decenas de especies animales desde Ecuador hasta Indonesia. Incluso, sus imágenes han conquistado premios internacionales en distintas partes del mundo.

El día se abre paso entre las cumbres que rodean Quito. La urbe se despereza con la salida del sol y sus habitantes se preparan para encarar una nueva jornada. La luz inunda la cocina del domicilio de la pareja de Jaime Culebras en la capital ecuatoriana. La claridad revela la escena. Una avispa batalla contra una tarántula en la estancia. Se trata de un insecto de la familia Pepsiniuna cazadora de arácnidos. Una secuencia tan cotidiana como el despertar de la ciudad.

La Pepsini suele revolotear por el jardín de la vivienda. Juguetea entre el césped, mientras Culebras la persigue con la cámara. Sin embargo, jamás la había capturado en plena cacería. «Aluciné. Tenía que hacerle una fotografía», comenta a Sputnik Mundo. En el breve momento que monta el aparato y coloca el flash, la contienda ha cambiado de superficie. Los dos animales han trepado por la puerta del frigorífico. La avispa arrastra a su víctima. La lucha se dirime en vertical, entre los imanes de la nevera. La fuente de Cibeles, la Torre Eiffel o la Fontana de Trevi son testigos del combate.

Avispa y tarántula en una nevera (Quito, Ecuador) - Sputnik Mundo, 1920, 15.10.2021
Avispa y tarántula en una nevera (Quito, Ecuador)
© Foto : Jaime Culebras

Culebras capta la instantánea. Fuera del objetivo, la pelea prosigue. «Metimos en un bote a la avispa y la sacamos al jardín. Seguía arrastrando a la tarántula», indica el joven. Esta es una de sus fotografías favoritas. Una imagen realizada durante el periodo de confinamiento en Ecuador. «Estábamos en uno de los picos de la pandemia, por lo que no podíamos salir de casa. No obstante, fui capaz de aprovechar la naturaleza que hay a nuestro alrededor. La verdad es que me hizo mucha ilusión esta foto», continúa.

Una obra que también apreció el jurado del certamen Wildlife Photographer of the Year, organizado por el Museo de Historia Natural de Londres. Recibió una mención de honor en el concurso. En el World Press Photo, su fotografía de la puesta de huevos de la rana de cristal fue premiada. «Era una foto que tenía desde años en la cabeza. Poder realizarla y que sea reconocida en el mayor concurso de fotografía periodística es una pasada. Si lo pienso, hay demasiadas fotos que me traen buenos recuerdos», afirma. Todavía resopla de la emoción.

Huevos de rana cristal fotografiados por Jaime Culebras - Sputnik Mundo, 1920, 15.10.2021
Huevos de rana cristal fotografiados por Jaime Culebras
© Foto : Jaime Culebras

Desde pequeño, Culebras sabía que quería dedicar su vida profesional a la fauna. «Tenía una obsesión enfermiza por la naturaleza y los animales», rememora. Su afición le llevó a dejar su Cáceres natal para ingresar en la Facultad de Ciencias de Badajoz, donde estudió biología. Tras un máster de Educación Ambiental en la Universidad de Extremadura, el joven buscó trabajo en España. Su intención era laborar con linces o quebrantahuesos. «La fauna de España es muy interesante», puntualiza. La ornitología era su punto fuerte, pero la vida le llevó a miles de kilómetros de distancia de su hogar. Lejos de las rapaces de la península ibérica.

«Si quieres trabajar en el campo con animales, en España, no hay mucho que ofrecer», lamenta. De la mano de un máster del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Culebras recaló en Ecuador. El 29 de septiembre, el biólogo cumplió 10 años en Latinoamérica. «Se me han pegado palabras como carro o celular, pero el acento cacereño lo sigo conservando», destaca entre risas.

Fotógrafo de la naturaleza

El extremeño pasó cuatro años en una universidad del país como investigador. Las aves dieron paso a los anfibios y los reptiles. «Al llegar a Ecuador empecé a tener fijación por estos animales. Veía que hacía falta mucho más a nivel de protección e investigación. Estan muy amenazados. Mucha gente se dedicaba a las aves. Pero bueno, mantengo mis raíces ornitológicas colaborando con la Fundación del Condor Andino», apunta el experto. Ahora, trabaja de forma independiente. Sin embargo, su misión es la misma que en su periodo académico: la protección de las especies más en peligro .

«Si mi trabajo no tiene una labor de conservación, no tiene sentido para mí. Los anfibios son los vertebrados más amenazados del planeta. Describir nuevas especies ayuda, porque no se puede proteger lo que se desconoce» Jaime Culebras Biólogo y fotógrafo.

En su búsqueda de la concienciación medioambiental, Culebras tiene la cámara como arma. Instrumento que comenzó a emplear sin la guía de un profesor. El ensayo y el error fueron sus maestros en el arte de la fotografía. «Hay que fallar mucho para aprender», asegura.

En su álbum personal, miles de instantáneas. En sus piernas, kilómetros de campo, bosque y montaña. Horas de espera e investigación se plasman en cada fotografía. Y también de sufrimiento. «Acabas empapado por la lluvia, te pican los mosquitos, te caes y pillas enfermedades. Yo he tenido leishmaniasis y una parasitosis que me destrozó el estómago», relata el biólogo. Pero, según él, el resultado vale la pena. «Es un privilegio ver la naturaleza en vivo y en directo. Por cruel que sea es fascinante», puntualiza.

'Trimeresurus albolabris' fotografiada en Java (Indonesia) - Sputnik Mundo, 1920, 15.10.2021
‘Trimeresurus albolabris’ fotografiada en Java (Indonesia)
© Foto : Jaime Culebras

El fotógrafo ha capturado el 90% de especies de reptiles y anfibios de su lista. Ante su objetivo han posado el jaguar, el águila harpía o el gallito de la pena. En el océano ha visto a la ballena saltar. También ha visitado las islas Galápagos. «No voy tanto porque hay mucha gente haciendo fotos allí y me gusta acudir a lugares donde los animales realmente reciben poca atención», admite. En la lejana isla de Komodo, ubicada en Indonesia, retrató a los conocidos dragones de Komodo cuando devoraban a un búfalo. Además de los mares del sudeste asiático, Culebras ha laborado en Colombia, Panamá o Costa Rica, entre otros países. También en España.

Y no solo fotografía. Muestra los escenarios en los que toma sus instantáneas. Culebras, junto a Daniel Mideros, montó Photo Wildlife Tours. Una empresa dedicada a realizar expediciones turísticas para mostrar los ecosistemas de Ecuador. Desde las zonas bajas de la costa o la Amazonia hasta los bosques nublados de los Andes o la alta montaña. Lugares en los que sus clientes entran en contacto con la naturaleza y tienen la posibilidad de retratarla. «Nuestra intención es expandir el negocio más allá de las fronteras de Ecuador. Poder organizar rutas en otros países», adelanta.

Imagen de anfibios de Jaime Culebras - Sputnik Mundo, 1920, 15.10.2021
Imagen de anfibios de Jaime Culebras
© Foto : Jaime Culebras

En breves, Culebras despegará hacia Panamá y Costa Rica. Allí participará dos meses en un proyecto. En su cabeza, el mapamundi no tiene límites. Su intención es engrosar el número de países de su pasaporte. «Tal vez en un futuro no muy lejano regrese a Europa. Desde allí es más fácil moverte a cualquiera de los cinco continentes. Igual me planteo pasar un parte del año allí y otra en Ecuador para los proyectos que tengo en el país», asevera el joven cacereño. La meta es la misma: investigar, explorar y fotografiar.

Aquel niño que soñaba con los animales en Cáceres ya tiene 36 años. Vive en Quito, aunque la mayor parte del tiempo está en la selva o la cordillera, cerca de la fauna. Del cóndor andino, la rana de cristal o la temible Pepsini. «A veces pienso si esto es real. Antes de venir a Ecuador, era un poco escéptico con mis posibilidades. Ni en mis mejores sueños pensé que me podría dedicar a esto», ríe, mientras desayuna bajo la sombra de los Andes que cierran la capital ecuatoriana.

Cortesía de Alejandro Cuevas Vidal Sputnik


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