Día 14: los trabajadores de Homecenter Sodimac se toman el centro de Santiago

Ya va por la quincena la huelga del sindicato de Homecenter Sodimac. Hoy comenzaron su marcha por el Paseo Ahumada. El ruido de las vuvuzzelas se tomó por unas horas el sonido callejero de las calles de Santiago.

Por Nicolás Massai

22/11/2016

Publicado en

Actualidad / Chile / Crónica / Portada / Sindical

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Foto: Nicolás Massai

Foto: Nicolás Massai

Los vendedores ambulantes no caben. El Paseo Ahumada está tomado en su totalidad por los trabajadores de Homecenter Sodimac. Hoy es el día 14 de huelga, y se nota: las vuvuzelas no dejan de sonar, los pitos chiflan desde las bocas manifestantes y las pancartas se levantan a la visibilidad de los peatones.

El sindicato de esta empresa del grupo Solari se conoce por ser el más grande a nivel nacional. Tiene alrededor de 8.700 afiliados, un poco más del 50% de la cantidad total de trabajadores. La demanda, fuertemente silenciada por los medios de comunicación –este mismo grupo es dueño del canal Mega–, consta de un reajuste de 7% y un bono de término de conflicto por $500.000, lejos de lo que ofrece la empresa (3,5% y $150.000 respectivamente).

Empieza la marcha. La multitud avanza por el Paseo Ahumada tres cuadras y dobla por la calle Huérfanos. Antes, eso sí, se detiene en la tienda Falabella –también del grupo Solari– y todos hacen el gesto del dedo pulgar apuntando hacia abajo; el mismo gesto que hacían los emperadores romanos cuando decidían que alguien debía morir, en el coliseo.

Entre tanta gente se puede identificar a Luis Mesina, la cabeza del la coordinadora No+AFP. A un lado, un poco apartado de la masa, va Esteban Maturana, presidente de la Confusam.

Foto: Nicolás Massai

Foto: Nicolás Massai

Van a caminar hasta la bodega de Falabella ubicada en Rosas con Manuel Rodríguez. Algunos carros de mote con huesillo, resignados, bajan junto a la multitud para buscar otra ubicación en la que se pueda vender. El ruido es ensordecedor; ni siquiera se escuchan las palabras que dicen algunos dirigentes a través de los megáfonos. Un carabinero camina entre la gente, y debe acercarse el walkie-talkie a la oreja para escuchar instrucciones.

Ayer, el mismo presidente del sindicato, José Luis Ortega, se quejó de la poca visibilidad que estaban teniendo en los medios. Dijo a El Ciudadano que «el poder económico manda por sobre el poder social. «Falabella es un holding que paga en publicidad, no sé, más de un millón de UF anuales y los trabajadores no hacen ese tipo de inversión en los medios. Entonces es ahí donde radica la poca visibilidad de la huelga».

Ahora tampoco hay muchas cámaras, y las que se pasean por ahí son cargadas por estudiantes universitarios o de canales chicos de televisión. El ruido de estadio es lo que se toma la jornada. Ese es el riesgo cuando alguien no quiere escuchar: puede quedar sordo.

 

 

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