El brutal disparate del candidato presidencial de ultra derecha sobre los ciclos hídricos

"Hoy, en vez de replantearse el modelo económico (sobre)explotador, depredador, acaparador y saqueador de la naturaleza, incluyendo las aguas, para este sector, es preferible plantearse nuevas acciones brutales contra la naturaleza, con peores daños y consecuencias que a la postre, traerían mayor debacle a la humanidad"

Por Seguel Alfredo

13/12/2021

Publicado en

Actualidad / Chile / Medio Ambiente / Portada

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¿Brutalidad? ¿ignorancia?  ¿Desatino? ¿Desidia?  «Cuando vamos al sur vemos los ríos que ¡botan agua al mar! ¡Nosotros no vamos a andar perdiendo el agua que botan AL MAR!», señaló el candidato pinochetista durante el programa “Candidato llegó tu hora” de 24 horas la semana pasada y posición similar en debate presidencial Archi, tema que no quedó indiferente en la rrss.

Sin embargo, este tipo de comentarios no son únicos desde este sector. Sebastián Piñera durante su primer periodo presidencial, un 21 de mayo de 2013, manifestaba que: «el 84 por ciento del agua de los ríos se pierde en el mar».

La preocupación sobre esta mirada lineal persistente de los sectores neoliberales y extractivistas, es la forma en que se sigue viendo a la naturaleza, en particular en medio de la catástrofe ambiental global, con territorios en Chile que viven críticas condiciones hídricas con numerosos impactos territoriales.

Hoy, en vez de replantearse el modelo económico (sobre)explotador, depredador, acaparador y saqueador de la naturaleza, incluyendo las aguas, para este sector, es preferible plantearse nuevas acciones brutales contra la naturaleza, con peores daños y consecuencias que a la postre, traerían mayor debacle a la humanidad.

Ante el brutal disparate del candidato de la ultra derecha chilena, José Antonio Kast, compartimos información básica, que se aprende incluso desde la escolaridad “El agua de los ríos no se pierde en el mar”.

“No. El agua dulce que llega desde los ríos al mar no se pierde ni se bota”

La abogada ambientalista, Daniela Morales, desde la Araucanía, compartió el siguiente mensaje: “Apropósito de la polémica sobre si se pierde o no el agua dulce en el mar, sólo quisiera añadir que asociadas a las desembocaduras de los ríos existen decenas o quizá cientos de concesiones marinas, las cuales están ahí porque la mezcla con el agua dulce hace que sean uno de los ecosistemas más ricos en recursos hidrobiológicos. Por ejemplo, en la desembocadura del río Toltén, acá en la araucanía, es donde se pesca el robalo, actividad de la que dependen muchas familias”.

Por su parte, el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia [(CR)2] de la Universidad de Chile ha señalado en publicaciones que:

El que los ríos descarguen sus aguas y sedimentos en el mar es parte del proceso natural conocido como el ciclo del agua. De acuerdo con los especialistas del (CR)2, esta descarga en el océano es sumamente importante, porque:

  • Contribuye con nutrientes y la consiguiente preservación de la biodiversidad costera.
  • Conserva la geografía de estuarios y fiordos.
  • Mantiene el normal funcionamiento de los ecosistemas a través de la circulación de agua salobre y marina.

“Debido a que la surgencia costera, fenómeno que aporta una gran cantidad de nutrientes en el verano, disminuye en la temporada invernal, la descarga de agua dulce se torna esencial en esta época del año para preservar la biodiversidad y los recursos biológicos de la costa”, argumenta el escrito de los investigadores Laura Farías, René Garreaud, Ítalo Masotti y Verónica Delgado.

“El agua de los ríos no se pierde en el mar”. Es más, los expertos del (CR)2 recomiendan que “si se desea extraer el agua de los ríos que desembocan en el mar para el uso humano, se debe asumir una mirada integral, donde se tomen en cuenta tanto las necesidades sociales como naturales. Esto se logra estableciendo un “caudal ecológico”, lo que apunta a mantener una cantidad suficiente de agua en los caudales para el correcto funcionamiento de los ecosistemas, la preservación de los recursos biológicos y la biodiversidad, el aporte suficiente de nutrientes, la dilución de contaminantes, la disminución de los impactos causados por los eventos extremos y la preservación del paisaje”.

Ver también:

Chile protege menos del 1% de sus ríos

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