Chile innova con cuero vegano de tuna para una moda ética y sustentable
Alto Hospicio. Una innovadora iniciativa liderada por la empresa Vivero Agronorte, con el apoyo de INDAP, está dando un paso significativo hacia una moda más ética y sustentable: la creación de cuero vegetal a partir del nopal (tuna). El proyecto se desarrolla en más de 5,5 hectáreas dedicadas al cultivo de esta planta en Alto Hospicio, destacó Reviviendo Mil Prendas.
El nopal, planta resistente y de bajo consumo hídrico, se convierte así en materia prima para una alternativa textil que no requiere del sacrificio de animales. Según explican desde la empresa, esta apuesta no solo busca reemplazar al cuero animal en la industria de la moda, sino también impulsar la economía local y generar empleos con sentido en una de las comunas con mayores índices de vulnerabilidad del país.
Desde la organización Animal Libre, que lleva años impulsando la campaña #VísteteSinAnimales, celebraron la noticia. Su fundador, Mauricio Serrano, señaló: “Esta iniciativa es totalmente innovadora, amigable con los animales, con el medioambiente y también con la empleabilidad local. Creemos que puede ser un puntapié inicial para que sea replicado por otras marcas y proyectos que busquen alinearse con una necesidad global: generar materiales que sean amigables con nuestro planeta y quienes lo habitamos, sin excluir a los animales.”
El uso de cuero en la moda, según destaca Reviviendo Mil Prendas, ha sido históricamente normalizado, incluso valorado por su “calidad” y estética. Sin embargo, muchas voces han comenzado a cuestionar los costos éticos y ambientales de este material.
Este cuestionamiento sobre el uso de pieles y cueros en la moda ha sido abordado también en el libro #NoNacíVegana (Editorial Trayecto), escrito por la reconocida activista Eliana Albasetti. En uno de sus capítulos, la columnista y creadora de contenido Daniela Seguel reflexiona bajo el título del capítulo “No es descarte” sobre la idea errada de que el cuero es solo un subproducto de la industria cárnica, y si lo fuera, “Sea descarte o no, no quita el sufrimiento ni lo minimiza”.
“Cuando alguien aparece con un abrigo de piel, suele desatar críticas masivas. Pero si esa misma persona lleva una chaqueta de cuero, ¿todo bien? El cuero también es piel, solo que sin pelo. Ambas son vidas arrebatadas de un animal ¿Será que preferimos no pensar en eso?”, señala.
El avance de alternativas como el cuero vegetal de tuna ofrece una respuesta concreta y local a una de las principales contradicciones éticas del vestir actual. Se trata de materialidades funcionales, duraderas y libres de crueldad, que además pueden desarrollarse respetando el entorno y fortaleciendo las economías regionales.
La esperanza de quienes impulsan este tipo de proyectos es que puedan ser accesibles para más personas, escalables a nivel nacional, y que inspiren nuevas formas de hacer moda, sin cuerpos ajenos convertidos en objetos.