Ex capitán Toledo y sus denuncias de “crimen organizado” en Carabineros:

Las graves denuncias realizadas por el ex capitán de Carabineros Miguel Ángel Toledo, recopiladas por Revista de Frente, vuelven a instalar preguntas sobre corrupción estructural y violencia institucional dentro de la policía uniformada. La publicación subraya que su muerte en “extrañas circunstancias” debe entenderse en el contexto de un Estado con “parcelas de poder no fiscalizadas” y una policía que puede actuar como “brazo empresarial corrupto”. El medio enfatiza que, en un escenario de tensión política, lo ocurrido con Toledo “no es un hecho aislado”, sino un síntoma de regresión autoritaria.
Según reconstruye Revista de Frente, Toledo dejó de ser un denunciante común para transformarse en un testigo clave de un sistema que —a su juicio— utilizaba montajes y violencia institucional para proteger privilegios. Tras su retiro, ingresó al negocio forestal y acusó un “robo organizado de madera” en La Araucanía, revelando un funcionamiento “sistemático” que involucraba a oficiales activos. Narró que, al solicitar protección para sus faenas, Carabineros le exigió condiciones irregulares: “me dijeron que debía marcar con GPS los puntos donde estaba acopiada la madera (…) en un área de más de 5 mil hectáreas”.
Toledo afirmó que intentó garantizar seguridad con drones propios, pero que su propuesta fue rechazada: “Yo tenía drones, que tenía 15 kilómetros para poder demostrar que tenía todo perimetrado … el comandante no quiso, eso me pareció más sospechoso. Fue el mismo día del atentado”. Aseguró haber identificado el uso de armamento policial durante el presunto montaje: “Yo soy especialista en armamento, yo dije al tiro esas ráfagas fueron Uzi. Las únicas personas que usan Uzi son los Carabineros, nadie más.” También denunció que el ataque simulado encubrió el hurto de toneladas de madera: “una falsa emboscada para justificar el robo de madera. Porque Carabineros sabía perfectamente dónde estaba la madera, la cantidad de toneladas”.
En su testimonio, recogido por Revista de Frente, Toledo detalló reuniones con mandos policiales, acusó al coronel Marcelo Teuber de encubrir el sistema y aseguró que un funcionario le reconoció que “arriba hay un oficial que lidera el hurto de madera”. Relató además que el cabo Manuel Colipán le confesó que su herida no fue causada por un “asalto mapuche”, sino por un compañero, y que el parte policial fue falsificado. Apuntó a un negocio ilegal que se blanqueaba mediante exportaciones: “A mayor incremento de montajes, es mayor la producción de exportación (…) Blanquean la madera robada.”
Entre sus acusaciones más delicadas, Toledo aseguró que un ataque con resultado fatal atribuido oficialmente a mapuches no habría sido cometido por ellos: “Yo sé quiénes son, Ojo, no son mapuche … Quieren involucrar a un grupo terrorista … ¡que eso es falso! Es mentira.” Apuntó a “gente metida adentro” como responsables, advirtiendo que sus revelaciones tocaban intereses instalados en la impunidad. Su muerte, concluye Revista de Frente, es “una advertencia política” en un país donde quienes denuncian dejan de estar protegidos y donde la violencia institucional puede “volver a vestirse de legitimidad”.

