Familia de Sebastián Quevedo estudia querellarse contra Carabineros y Gendarmería por apremios ilegítimos y homicidio

Entrevista a Nicole Quevedo, hermana de Sebastián «Melón» Quevedo, «suicidado» en el Penal Santiago 1 durante el Estallido Social

Entrevista a Nicole Quevedo, hermana de Sebastián «Melón» Quevedo, «suicidado» en el Penal Santiago 1 durante el Estallido Social.

Nicole nos brinda esta entrevista en el living de su casa, con una gigantografía a sus espaldas de su hermano, y lleva una polera con su rostro, con la angustia de quien no ha conseguido justicia y que busca por medio de este reportaje visibilizar el caso de su hermano, “suicidado” en el Penal Santiago 1 durante el Estallido Social.

El viernes 20 de diciembre de 2019 Sebastián Quevedo tenía que presentarse a una entrevista de trabajo, en Padre Tadeo, Quinta Normal; salió de su casa a las 10:00 am, tomó dinero para comprar algo de comer y se dirigió al lugar. ‘Seba’ era un joven que tenía muchos amigos, adoraba la música y tocaba todo tipo de instrumentos desde los 17 años; su música favorita era el Metal, pasión que lo llevó a conformar dos bandas: 

Petremtun https://www.facebook.com/petremtun.band 

Insaniam https://www.facebook.com/profile.php?id=100009637401670

Sus amigos y familiares le decían “Melón”, nombre de cariño que le pusieron cuando era un niño, porque “Él era ‘cachetoncito’ y gordito y por eso le llamábamos así», nos cuenta su hermana.

“Mi hermano era super cariñoso, de hecho hasta llegaba a hostigar de tanto que siempre me estaba dando besos; cuando mi mamá se enojaba él siempre tiraba un chiste y le daba muchos besos… recordar esto me pone muy mal”, dice Nicole, mientras limpia sus lágrimas. 

Luego del 18 de octubre, habían acordado con su familia que en caso de que se hiciera tarde y éste no alcanzara a llegar antes del toque de queda, era preferible quedarse en casa de amigos. Fue justamente debido a  este acuerdo, que el día que se ausentó de su hogar, ellos se quedaron tranquilos. A la mañana siguiente y al no recibir llamado del joven, su familia comenzó a comunicarse con sus amigos desesperadamente, pero las respuestas fueron negativas.

El domingo 22 de diciembre, Carabineros se presentó  en la casa de Sebastián Quevedo para dar la peor de las noticias. Los oficiales notificaron que el joven de 33 años se había suicidado en las dependencias del Penal Santiago 1. Fue detenido el mismo viernes, al ser denunciado por haber comenzado -supuestamente- unos focos de incendios en Curacaví.

“Nos dijeron que mi hermano estuvo solo en ese lugar, que no hubo otros detenidos ese día, nos dijeron que las cámaras estaban malas; lo único que nos llegó a nosotros fueron unas fotos, pero de cuando él estaba ya en la Cárcel, en la celda número 1, y justo estaba él solo, ¿nadie más cayó ese día?, raro”, señala Nicole. 

Celda Número 1 (Imágenes entregadas por la familia, Penal Santiago 1).

“Ahí nos dijeron que mi hermano se había quitado la vida en la cárcel; mis papás en ese momento se dirigieron al penal y ya lo trasladado al Servicio Médico Legal . Uno de los gendarmes que estuvo ese día, se llevó las manos al cuello como explicando que así se había matado mi hermano, que él con sus propias manos se había ahorcado, pero eso es imposible porque él estaba colgado”, añade.

Foto de Sebastián al interior del Penal

El Servicio Médico Legal (SML) no permitió a la familia reconocer el cuerpo ni se les entregó ninguna de las pertenencias del joven, así como su bicicleta y las zapatillas, que ya hace más de un año se mantienen en “investigación”. Sin embargo, en el momento en que Sebastián Quevedo fue declarado muerto el caso fue cerrado de inmediato, razón por la cual no se continuó con el debido proceso que se debiera realizar en caso de suicidios y ejecuciones extrajudiciales.

La doctora Carmen Cerda (experta en Medicina Legal Anatomopatología)  nos explica que los protocolos de suicidio “están previstos hace más de 100 años en el Código Penal chileno como procedimientos para zanjar dudas por muertes por ahorcamiento. De hecho, tú debes extremar tu investigación para ver si un individuo fue suspendido vivo o muerto», explica. 

Protocolo ante el suicidio del Minsal

“Al día siguiente -el lunes-, le pidieron a mi papás que les llevaran ropa para poder vestirlo (ya fallecido); mi familia llevó todo y ahí recién pudo ver a mi hermano, pero solo pudo verlo tapado del cuello hacia abajo; solo se le podía ver su cara, que la tenía heridas profundas que él no tenía cuando salió de la casa; herida en la frente, la nariz, en el costado del ojo derecho, un corte en la boca, y, pucha, con esas cosas mis papás quedaron impactados y yo también porque él no estaba así cuando salió de esta casa”, nos relatan Nicole .

La familia de Sebastián tiene más preguntas que certezas; Carabineros se negó a informar en qué comisaría estuvo detenido el joven y por qué razón fue trasladado al Penal Santiago 1, siendo que no se registró ningún llamado para notificar su detención ni menos aún se realizó una formalización de cargos que podría justificar su traslado a un penal. Solo hubo una audiencia, después de su muerte, donde no fue invitada la familia y solo declararon los gendarmes.

“El martes estábamos velando a mi hermano aquí en la casa, y volvió a venir Carabineros para decirnos si sabíamos donde él estaba, y mis papás les dijeron: ‘Sí, claro, sabemos, lo estamos velando ahora’. Ahí nos notificaron recién que mi hermano había sido detenido”, recuerda.

“A nosotros no nos llamaron jamás a una audiencia de formalización, ni por ser la familia de él, tampoco tuvimos un fiscal a cargo. Después hubo audiencias donde se presentaron los gendarmes del penal que estuvieron ese día”, cuenta Nicole.

En estas declaraciones, los gendarmes se contradicen; en una de ellas declaran que Sebastián se habría suicidado con sus propias manos; luego, un gendarme de apellido Ortega (era quien estaba a cargo ese día) dice que se suicidó con su polerón que estaba amarrado a una ventana de la celda, pero después se contradice y manifiesta que el joven estaba sin pantalón porque él mismo lo había amarrado de la ventana para ahorcarse.

Declaración del Gendarme de apellido Ortega donde se contradice en su declaración:

“Si mi hermano se hubiera ahorcado con un polerón o un pantalón, la marca de su cuello sería grande, le abarcaría casi todo el cuello, y la marca que sale de la foto de la autopsia que tenemos es de un centímetro, un dedo si es que menos, y bueno… sale todo su cuerpo morado, en las orejas, la espalda, los brazos, las muñecas, los tobillos, todo morado, y un hematoma en su cabeza súper grande”, relata Nicole.

LA DENUNCIA POR INCENDIO

“Nosotros pudimos hablar con una de las que lo denunció; ella nos dijo que mi hermano quemó algo, pero era una caseta chiquita, nada grave, y no como dijeron los carabineros, que él había quemado una bodega y eso había quemado el pastizal, árboles y algo súper grande, nada que ver con la declaración de las mujeres”, manifiesta Nicole.

A pesar de que estas mujeres -que hoy se mantienen en calidad de denunciantes- fueron las que dieron aviso de que el joven habría cometido una quema, cuando se enteraron de lo que había sucedido con Sebastián, decidieron colaborar con la familia.

“Nos dijeron que nuestro hermano reaccionó bien, que nunca fue agresivo, y que de hecho se quedó sentado esperando que llegara Carabineros para llevárselo a la Comisaría; incluso se les preguntó si al momento que ella lo vio, tenía golpes en su cara, y no, ella dijo que mi hermano estaba totalmente limpio, que incluso a ella le sorprendió que una persona como mi hermano estaba ahí; declararon que en ningún momento les faltó el respeto y que jamás fue agresivo como nos dijeron a nosotros los carabineros. Ellas, si bien demandaron, nos dijeron que iban a cooperar con la familia, porque mi hermano no fue violento”, asegura.

MÁS IRREGULARIDADES

Sebastián Quevedo falleció a las 18:30 horas; tenía 27 años. Aún no existe ningún papel de constatación de lesiones, y así mismo ningún fiscal se presentó en el lugar, y, lo que constituye el hecho más grave, el Servicio Médico Legal depositó las pertenencias de Sebastián a los pies del cajón, quedando sin peritar las posibles pruebas.

“Cuando se les reclamó dijeron que, como nosotros no habíamos pedido las cosas, ellos las metieron a los pies del cajón, o sea, que todas sus cosas se fueron con mi hermano. Con toda la presión que teníamos en ese momento se nos pasó pedirlas, pero aun así ellos no deberían haberlas metido ahí adentro sin consultar a la familia. Tampoco nos entregaron su bicicleta ni su mochila con la que andaba ese día”, concluye Nicole.

Hasta la fecha no hay responsables del caso; la familia estudia querellarse contra Carabineros y Gendarmería por apremios ilegítimos y homicidio.

Por D. Alcaino

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