Madre de Catalina Cayazaya entregó carta al pdte. Boric solicitando mayor fiscalización a las instituciones en materia de salud mental

Carolina Cors, madre de la estudiante de Terapia Ocupacional de la Universidad de los Andes, que se quitó la vida tras ser víctima de malos tratos durante su internado, llegó hasta La Moneda solicitando mayor regulación de las instituciones de educación superior para velar por la salud mental de sus estudiantes.

Por Raimundo Gallardo

16/04/2024

Publicado en

Actualidad / Portada

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Carolina Cors, madre de Catalina Cayazaya, la estudiante de quinto año de Terapia Ocupacional de la Universidad de los Andes, que se quitó la vida tras ser víctima de malos tratos durante su internado, llegó hasta La Moneda para entregar una carta al presidente Gabriel Boric, solicitando mayor regulación de las instituciones de educación superior para velar por la salud mental de sus estudiantes.

En la misiva, Cors señaló que nunca imaginó que la carta que publicó en la cuenta de Instagram @justiciaxcatalina «derivaría en este movimiento», además, agrega que se sorprendió por la cantidad de testimonios que ha recibido.

«Eso demuestra que lo que realmente impera es un ambiente de abuso, maltrato y hostigamiento sistemático, conocido y avalado por los que dirigen las casas de estudios».

Además, enfatiza en que “la pena y la rabia pueden transformarse en la fuerza necesaria para impulsar el cambio que se necesita en el ambiente educativo como en la sociedad entera y estoy segura de que compartimos este ideal”.

Por otro lado, la madre de Cayazaya expresó la necesidad que los organismos encargados de supervisar y fiscalizar tengas más atribuciones ante este tipo de situaciones, idealmente en una ley que regule a las instituciones de educación superior.

«Los estudiantes no se atreven a denunciar estas situaciones porque finalmente terminan siendo víctimas de más hostigamientos al conocerse la denuncia».

Finalmente, celebró el proyecto de ley de salud mental -actualmente en el Congreso-, sin embargo, añadió que «este no protege a las y los estudiantes del maltrato». Por otro lado, agregó que si los universitarios estudiaran en un ambiente más amable y empático, «egresarían profesionales más íntegros y humanos»

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