Movimiento vecinal emerge en defensa del histórico balneario, que se enfrenta la amenaza de desaparecer.
Un «Acuerdo por Valparaíso» firmado en 2023 por el presidente Gabriel Boric y autoridades locales, ha llevado a la playa San Mateo a convertirse en sector de acopio de carga, implicando su inevitable desaparición. Frente a esta amenaza, el movimiento «Salvemos la Playa San Mateo» levanta la voz en defensa de este emblemático espacio, buscando proteger su valor histórico y ambiental.
El controvertido «Acuerdo por Valparaíso», suscrito en 2023, propone una reconfiguración del borde costero que incluye la polémica utilización de Playa San Mateo para la acumulación de carga. Esta medida, de concretarse, significaría la extinsión de la playa tal como se la conoce. Las promesas de un «nuevo balneario» y una remodelación del área carecen de la claridad necesaria, además de una participación ciudadana en su ejecución, generando incertidumbre y desconfianza en la comunidad.
A pesar de dos décadas de planificación para la modernización del borde costero, la situación de la playa es particular, ya que tanto el Plan Regulador Metropolitano como el Comunal la reconocen explícitamente como una zona de conservación ambiental, no de uso industrial. Además, el lugar no cuenta con concesión actual ni vínculo directo con la Empresa Portuaria de Valparaíso. Su valor histórico toma peso al ser testigo desde el siglo XVII del desarrollo portuario, industrial, urbano y social de la ciudad, albergando incluso la relevancia arqueológica del Fuerte Esmeralda.
Frente a este panorama, la comunidad se ha organizado bajo el movimiento «Salvemos la Playa San Mateo», exigiendo la protección del sector como maritorio urbano y su conservación como balneario patrimonial. Sus demandas buscan la participación ciudadana en las decisiones, la declaración oficial de la playa como balneario, y una mayor promoción turística que potencie su verdadero valor. Para ellos, la historia del lugar, su paisaje, la arquitectura barrial y su relevancia arqueológica justifican la defensa.
La amenaza sobre San Mateo se agrava con la reciente “ley de permisología” o permisos sectoriales, normativa que, según denuncian diversos colectivos, podría flexibilizar los requisitos para proyectos como el portuario, poniendo en riesgo aún más los espacios de conservación. Si bien numerosos diputados han intentado llevar esta ley al Tribunal Constitucional, no se ha realizado esta revisión, dejando a la comunidad en una situación de mayor vulnerabilidad.
La disputa por la playa San Mateo trasciende un mero conflicto territorial, pues se configura como un punto entre intereses económicos y la preservación del patrimonio y la vida urbana de Valparaíso. El movimiento por la protección del territorio argumenta que priorizar la infraestructura de acopio sobre la conservación de un espacio con profunda identidad histórica y cultural sería un daño irreparable para la ciudad puerto, marcando un precedente crítico sobre el futuro de sus bordes costeros.