Preparando el escenario…

Un satélite espía israelí fue lanzado al espacio cuando aún no  habían pasado 48 horas en que 12 buques de guerra de EE.UU. e Israel, incluido un portaaviones del Pentágono, pasaron por el canal de Suez rumbo al mar Rojo —una maniobra más que evidente y peligrosa contra Irán.

La mala nueva ahora era que Tel Aviv anunciaba haber llevado a órbita con éxito el satélite espía Ofek 9, que de inmediato comenzó a trasmitir información de inteligencia sobre presuntas instalaciones nucleares de la República Islámica.

El paso de los navíos militares de Washington y Tel Aviv por el Mar Rojo como la ruta más directa hacia el Golfo Pérsico, desde el Mediterráneo, puso en alerta a la comunidad internacional.

Estados Unidos e Israel, la única potencia con armas nucleares de Oriente Próximo, no han descartado un ataque militar para destruir el programa nuclear iraní.

Incluso,  la prensa internacional se hizo eco de informaciones en las que se aseguraba que Israel tenía permiso de Arabia Saudita para utilizar su espacio aéreo en un posible ataque a Teherán.

“Fuentes de la defensa de Riad dijeron que han accedido a permitir que Israel utilice un estrecho corredor de su espacio aéreo en el norte del país para acortar la distancia en caso de ataque a Irán”,  informó el Sunday Times el 12 de junio, y dos días después, el embajador de Arabia Saudita en el Reino Unido, príncipe Mohammed bin Nawaf, desmintió el informe.

En cuanto al satélite espía, el mando militar israelí fue enfático cuando insistió en que el engendro bélico permitirá vigilar las actividades nucleares iraníes.

Toda esta maniobra permite pensar que estamos en presencia de un operativo mayor,  encaminado a preparar las condiciones —por cielo, mar y tierra— para un posible ataque a las instalaciones nucleares de la República Islámica.

Por añadidura, y como parte del ambiente de impunidad e histeria bélica, hace unos días que un ex jefe de los servicios de inteligencia  israelíes (Mossad) llamó a que Tel Aviv lleve a cabo un ataque preventivo contra Irán.

Coincidentemente, en este contubernio israelí-norteamericano, la Casa Blanca pidió hoy (24 de junio) al Líbano no permitir el envío de una flotilla con ayuda humanitaria para los palestinos de la Franja de Gaza.

Se trata de dos embarcaciones libanesas, Julia y Mariam, con 50 mujeres a bordo, que en gesto pacífico y solidario pretenden hacer alguna contribución a la sufrida población,  bloqueada y ametrallada por la fuerza militar sionista.

Ahora,  el gobierno de Washington dice que “dada las circunstancias” se deben “evitar enfrentamientos”.

¿Cuál es la circunstancia? ¿O es que se quiere con ello desviar la atención internacional del problema mayor: la amenaza real de una agresión a Irán?

¿ En este contexto, qué otra mala nueva podemos esperar de Israel?

Por Elson Concepción

Fuente: www.cadenahabana.cu