Sácale el poto a la jeringa

¿Recuerdan la Gripe A H1N1, la que nos impidió besarnos y nos contagió de miedo pese a las cataratas de lavados de manos? Pues ésa (la porcina), provocó 1

Por Wari

07/04/2010

Publicado en

Actualidad / Columnas

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¿Recuerdan la Gripe A H1N1, la que nos impidió besarnos y nos contagió de miedo pese a las cataratas de lavados de manos? Pues ésa (la porcina), provocó 1.694 casos y 2 muertes en Chile, a diciembre de 2009, según el diario El Universal.

Su incidencia, pues, fue infinitamente menor a la que la gripe estacional produce cada año. No obstante, en febrero, han llegado al país 110 mil dosis de la doble vacuna contra la Gripe A, según el gerente del Laboratorio Biosano. Son las primeras de la reserva de 6 millones de vacunas que, en julio de 2009, efectuó el Gobierno, en medio del pánico mundial, todo sea dicho.

Desde su inicio, en abril de 2009, hasta septiembre del mismo año han muerto a causa de la Gripe A, 144 personas en 74 países, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). O sea, la gripe porcina produce menos mortalidad que la estacional. De pandemia, pues, nada de nada.

¿Quiénes lucran con nuestra salud? Las empresas farmacéuticas. Acá, las tres coludidas. En el mundo, las Pfizer, Glaxo, Bayer, Roche, y un corto etc.

La Gripe A H1N1 es más vieja que la orilla del mar y, hasta 1996, se curaba con Tamiflu, un genérico barato contra los catarros. Lo nuevo, es que la gripe porcina tiene, además, la cepa S-OIV; los primeros casos, en México, dispararon el pánico,  pero el show globalizado posterior, no tiene precedente. A) La farmacéutica Roche le subió el precio al Tamiflu y lo transformó en top ten, gracias a una activa campaña de la OMS, y B) se da el epítome del chanchullo: Como el mundo rico está acachado con el Tamiflu, los laboratorios inventan la vacuna, contra lo que el Tamiflu fracasó. La cuadratura del círculo, digo.

Un inciso. Es menester señalar que, en Santiago, las farmacias coludidas cobran alrededor de $2.700 por cada tableta; cada caja contiene 10, o sea, eche usted la cuenta.

Por otra parte, es inexcusable la irresponsabilidad de la doctora Margaret Chan, Secretaria General de la OMS, cuando anunció en junio de 2009: “El mundo sufre una pandemia provocada por el virus A H1N1 S-OIV”. A reglón seguido, instó a los gobiernos de los Estados miembros de la OMS para que activasen planes de emergencia sanitaria máximos. De una plumada, dio al traste con el prestigio bien ganado de la OMS, desde su fundación.

Se instaló el pandemónium: En plena crisis del capitalismo mundial, los gobiernos obedientes a la OMS, han invertido billones en la compra de vacunas contra una pandemia inexistente. Resulta ocioso subrayar el destino de este último negociado.

Amén de la presión exitosa de los laboratorios a la OMS, éstos exigen a los gobiernos se les proporcione impunidad, en caso de que las vacunas tengan más efectos secundarios de los previstos.

¿Qué ocurriría si una persona no quiere vacunarse? Nada.

En el caso que la Gripe A siga tan benigna como hasta ahora, no tiene sentido vacunarse. Por el contrario, si ésta se agravara y empezaran a morir muchas más personas que lo habitual, aún tendría menos sentido vacunarse. Esto, porque el virus que circula ahora habría sufrido una mutación o, porque hay otro u otros virus distintos en el ambiente. En ambos casos, la vacuna ya vendida o la que se está fabricando, no serviría para nada.

En marzo, el Ministerio de Salud comenzará la campaña de vacunación de invierno contra la Gripe A. Sólo se salvarán del pinchazo los viejos.

Yo le sacaré el traste a la jeringa. ¿Y usted?

Por Maité Canziani

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