Un somnífero común podría reducir la acumulación de proteínas del Alzheimer

los investigadores sugieren que promover el sueño podría ser una forma de prevenir la enfermedad , al permitir que el cerebro se deshaga de las proteínas

Por Pedro Guzmán

27/04/2023

Publicado en

Actualidad / Salud

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La enfermedad de Alzheimer sigue siendo un objeto de investigación de los científicos, ya que aún se desconoce mucho sobre ella. Esta vez, un grupo de científicos descubrió que el uso de somníferos para conciliar el sueño podría reducir la acumulación de cúmulos tóxicos de proteínas en el líquido que limpia el cerebro cada noche.

Los investigadores de la Universidad de Washington en San Luis descubrieron que las personas que tomaron suvorexant, un tratamiento habitual para el insomnio, durante dos noches en una clínica del sueño experimentaron un ligero descenso de dos proteínas, la beta-amiloide y la tau, que se acumulan en la enfermedad de Alzheimer, según el artículo publicado en Annals of Neurology.

Las primeras señales de Alzheimer son la pérdida de memoria y el deterioro cognitivo. Sin embargo, cuando detectan estos síntomas, ya los niveles de beta-amiloide anormal casi han alcanzado su punto máximo, formando unos cúmulos llamados placas que obstruyen las células cerebrales.

Aún así, hay una conexión entre los trastornos del sueño y la enfermedad. Los científicos creen que esto puede indicar a la patología. De ahí que los investigadores sugieren que promover el sueño podría ser una forma de prevenir la enfermedad de Alzheimer, al permitir que el cerebro se deshaga de las proteínas sobrantes y otros productos de desecho del día.

«Sería prematuro que las personas preocupadas por desarrollar Alzheimer lo interpretaran como una razón para empezar a tomar suvorexant todas las noches», advirtió el neurólogo Brendan Lucey, del Centro de Medicina del Sueño de la Universidad de Washington.

El uso de somníferos durante periodos prolongados tampoco es una solución ideal para quienes duermen poco, ya que dichos fármacos podrían causar adicción. Los investigadores destacaron que una fase de sueño no profundo podría ser una de las causas de los niveles elevados de cantidades de las proteínas la tau beta-amiloide. En este sentido, los fármacos pueden adormecer a las personas con episodios de sueño más superficiales.

Lucey y sus colegas querían comprobar si la ayuda de somníferos podría reducir los niveles de estas proteínas en el líquido cefalorraquídeo que baña el cerebro y la médula espinal.

El estudio duró solo dos noches e incluyó a 38 participantes de mediana edad que no mostraban signos de deterioro cognitivo ni tenían problemas de sueño. Un grupo de voluntarios de entre 45 y 65 años recibió una de dos dosis de suvorexant o una pastilla de placebo, una hora después de que los investigadores les inyectaran el líquido cefalorraquídeo para obtener una pequeña muestra.

Los investigadores sacaron muestras cada dos horas durante 36 horas mientras los participantes dormían durante el día y la noche siguientes. En resumen, sin diferencias en el sueño entre los grupos, las concentraciones de beta-amiloide se redujeron entre un 10 y un 20% con una dosis de suvorexant prescrita habitualmente para el insomnio, en comparación con un placebo.

La dosis más alta de suvorexant también redujo momentáneamente los niveles de tau hiperfosforilada, una forma modificada de la proteína tau relacionada con la formación de ovillos de tau y la muerte celular. No obstante, este efecto solo funcionó con algunas formas de tau, y las concentraciones de tau volvieron a su nivel después de las 24 horas de tomar el somnífero.

«Si se puede reducir la fosforilación de tau, potencialmente habría menos formación de ovillos y menos muerte neuronal», explicó Lucey.

De ahí que este estudio contribuya a la comprensión de las causas de la enfermedad de Alzheimer. Hasta el momento, se cree que la patología se debe a la formación de cúmulos anormales de proteínas. No obstante, actualmente los científicos ponen esta teoría en duda tras los intentos de desarrollar un fármaco o terapia basada en la reducción de los niveles de amiloide. Esto ha llevado a los investigadores a replantearse cómo se desarrolla la enfermedad de Alzheimer.

Sin embargo, la hipótesis de Lucey sigue siendo incierta y no es recomendable utilizar los somníferos como un tratamiento preventivo. De todos modos, cada vez hay más pruebas que relacionan los trastornos del sueño con el Alzheimer, una enfermedad para la que no existen tratamientos. Lucey afirmó que mejorar la calidad del sueño y buscar tratamiento para problemas como la apnea del sueño son dos enfoques para mejorar la salud general del cerebro a cualquier edad.

Fuente Sputnik

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