Mientras América Latina y El Caribe celebra el Día de las Áreas Protegidas, en Chile hay 408 centros de cultivos de salmón que operan impunemente en estas reservas
En el marco de la celebración del Día de las Áreas Protegidas de América Latina y el Caribe, campañas ciudadanas de organizaciones ambientales, alzaron la voz para denunciar una grave contradicción en la política medioambiental de Chile. La campaña Defendamos Patagonia emitió un comunicado en redes sociales, señalando que en el país “no hay nada que celebrar”, debido a la permisividad estatal que permite la operación de la industria salmonera dentro de reservas y parques nacionales.
Según su publicación, este día debería ser un recordatorio vital de la necesidad de preservar ecosistemas únicos que albergan biodiversidad irremplazable y combaten el cambio climático. Sin embargo, la organización cuestiona la retórica del Estado de Chile, que aspira a ser un líder mundial en conservación oceánica, especialmente a través de su participación en tratados internacionales como el BBNJ (Acuerdo sobre la Biodiversidad más allá de la Jurisdicción Nacional). “Chile tiene una obligación ineludible: retirar las salmoneras de las áreas protegidas”, exigen.
Esta crítica se sustenta en datos concretos proporcionados por la campaña Áreas Protegidas Sin Salmoneras, que detalla una alarmante realidad: Chile es el único país en Latinoamérica y el Caribe que permite el cultivo industrial de salmones en áreas protegidas. La industria, segunda en exportación a nivel nacional, opera activamente en reservas como la Kawésqar, donde existen al menos 67 granjas, y en un total de cinco áreas protegidas de la Patagonia, una de las cuales alberga más de 300 concesiones.
Defendamos Patagonia alerta sobre el impacto directo de estas operaciones. “Estas instalaciones industriales contaminan aguas prístinas, afectan especies nativas y ponen en riesgo parques y reservas nacionales en la Patagonia, que son orgullo de toda la gente”, sostiene la agrupación. Además, recalcan que “la evidencia científica es clara: las salmoneras generan escapes masivos de peces invasores, uso excesivo de antibióticos y eutrofización, amenazando la sostenibilidad” de estos frágiles ecosistemas.
La campaña Áreas Protegidas Sin Salmoneras profundiza en las consecuencias, denunciando que estas granjas causan polución química, alteraciones en el lecho marino y, críticamente, la disrupción de ecosistemas indígenas, limitando el acceso tradicional de las comunidades locales. En contraste con otros países de la región, donde la acuicultura está excluida de las zonas protegidas, Chile mantiene 408 granjas en estos santuarios naturales, “priorizando ganancias sobre la vida, el planeta y la conservación”.
Frente a este escenario, Defendamos Patagonia hizo un llamado transversal a la clase política. “Llamamos a TODOS LOS PARTIDOS Y SECTORES POLÍTICOS, a quienes ganen las próximas elecciones, a ser conscientes y responsables”, pidiendo que prioricen “la conservación real: saquen a las salmoneras de áreas protegidas, fortalezcan fiscalizaciones y promuevan alternativas de desarrollo sostenible”.
Ambas instancias ciudadanas, son enfáticas en señalar que la credibilidad internacional de Chile está en juego. “Chile no puede predicar liderazgo mientras sacrifica sus propios santuarios marinos”, afirman desde Defendamos Patagonia. Concluyen que el país solo podrá ser un ejemplo mundial con acciones concretas y no con “retórica vacía”, exigiendo al gobierno del Presidente Gabriel Boric que suspenda nuevas concesiones y elimine las existentes para alinearse con los compromisos globales de conservación.