“En el cine me divierte la perversión sexual; en la vida, me repugna. El erotismo va a la par con el sentimiento de pecado. Sin la religión, el erotismo es menos interesante”(Luis Buñuel, director de cine)
En 1979, los tabúes eran la norma, las mentes cerradas, prejuiciosas y llenas de doble estándar moral, abundaban…lo normal era ocultar los deseos, los bajos instintos y aparentar una intachable perfección moral.
El cine como reflejo de ese «ideal moral» seguía lanorma también, con pleículas poco arriesgadas, historias de amor alejadas de los deseos y la sexualidad. Sin embargo, hubo directores con mentes brillantes, grandes provocadores que con sus guiones y visión transgresora llevaron a la pantalla grande historias que burlaban toda clase de moral.
En esa línea transgresora y provocativa vieron la luz películas de culto como las que hemos tratado en otros artículos y como la protagonista de esta nota: Calígula (1979),de Tinto Brass.
Como era de esperar Calígula fue un fracaso rotundo en taquilla, recibió malas críticas y su director fue duramente juzgado. La película estuvo en cartelera en muy pocos cines del mundo por un tiempo limitadisimo, pero que se quedó en la mente de muchos y trascendió a la historia del séptimo arte.
Con las actuaciones de Helen Mirrer y Peter O’Toole en unos roles que no te imaginas, te dejamos aquí algunas imágenes de algo que la generación de finales de los ’70 no quería admitir que se moría por ganas de ver:
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