La cantante chileno-palestina Daniela Shejade presentó su nueva canción “Al otro lado del mundo”, una obra inspirada en el dolor, la empatía y la resistencia del pueblo palestino frente al genocidio en Gaza. Su voz, que entrelaza sensibilidad artística y compromiso político, se ha convertido en una herramienta para mantener viva la memoria de Palestina a través del arte.
“Para mí, cantar sobre Palestina es una forma de visibilizar y llegar a personas que están más lejos de lo que pasa allá. La música es un lenguaje universal, y todas las personas podemos empatizar con una causa cuando se expresa desde el arte. Eso te ayuda a acercarte a ciertas injusticias o problemáticas sociales cuando son cantadas o expresadas de una forma sensible”, señala la artista.
Desde que dejó el piano clásico, Shejade decidió dar a su obra un sentido político y emocional. “Quiero hacer música que tenga sentido y que transmita un mensaje; no siempre tiene que ser político, a veces puede ser sentimental o emocional, pero sí tiene que conectar con las personas. Palestina es algo muy importante en mi vida, y cada año que pasa me he sentido más identificada con la causa palestina”, indica.
Así, a partir de sus primeras composiciones, Palestina fue parte de su voz: “Cuando recién empecé a componer, una de las primeras canciones que hice fue sobre Palestina. La segunda que escribí en mi vida fue ‘Dijeron que no había nadie’, una forma muy sensible de decir algo profundamente político. Habla de esa consigna colonial de que Palestina era una tierra vacía, cuando en realidad estaba habitada, llena de vida, de familias, de historia; una tierra que fue robada”.
Con el tiempo, esa conexión se volvió identidad: “A medida que fui creciendo, empecé a generar esa identidad. Hoy me siento efectivamente una cantante chileno-palestina, y eso también me genera una responsabilidad: la de llevar ese mensaje y lograr que llegue a la mayor cantidad de personas posibles”, plantea la cantante.

«Siempre habrá una canción sobre Palestina»
Para Shejade, la música ocupa un lugar esencial en la lucha palestina. “A lo largo de la historia, en Palestina y en el mundo árabe, la música ha sido una herramienta de denuncia. Es un elemento de resistencia absoluta. Incluso cuando ves en Gaza que la gente está muriendo bajo los bombardeos, lo que sigue perdurando —lo que se convierte en una forma de escape y de vida— es hacer música.”
En ella, ese compromiso se transformó en una decisión clara: “Me propuse que en cada disco nuevo que saque siempre habrá una canción que hable sobre Palestina, porque siento que es la única forma que tengo de visibilizar lo que pasa allá. Es mi deber como artista llevar este mensaje”.
La resistencia, dice, también se expresa en los gestos más cotidianos.
“Las personas están viviendo una situación terrible, pero aún así ves en las redes sociales a niños cantando, haciendo música, o a personas tocando instrumentos en medio de los escombros. Eso es profundamente impactante, porque también es una forma de resistir y de mantener viva su cultura”, manifiesta Shejade, quien destaca además cómo la música árabe mantiene viva su raíz cultural incluso en la modernidad.
“En el mundo árabe, sin importar el estilo, siempre se conservan los instrumentos tradicionales o las escalas propias. Aunque se haga música electrónica o rock, esa identidad sonora sigue ahí. Es una forma de rescate cultural y de resistencia”.
“Ante el intento de Israel de eliminar Palestina, la música ha sido una forma de mantenerla viva. Es imposible eliminar Palestina si la cultura sigue tan viva, y la música es parte fundamental de esa cultura. En Palestina, los niños sueñan con ser músicos o cantantes más que cualquier otra cosa. Eso demuestra cuánto valor tiene el arte en nuestra identidad”, afirma.
Reflexión sobre el dolor
Sobre la canción “Al otro lado del mundo”, Shejade cuenta que nació de una reflexión sobre el dolor y la empatía.
“Alguien una vez me dijo: ‘Nunca me había sentido tan triste por algo. Nunca había sentido un dolor tan fuerte, lo siento físicamente’. Y no era por Palestina. Ahí me pregunté: ¿Cómo será ese dolor físico, pero del corazón? ¿Qué sentirán las personas que están viviendo el genocidio en Gaza? Si yo puedo sentir tanto por algo personal, ¿cómo será el dolor de quienes viven bajo los bombardeos todos los días?”
Esa reflexión dio forma a una canción que no pretende comparar dolores, sino conectar el dolor humano individual con el sufrimiento colectivo del pueblo palestino.
Para Shejade, la cultura palestina entera está atravesada por la ocupación. “Después de 80 años viviendo esto, ya forma parte de su manera de ser, de su idiosincrasia, de su identidad más profunda. Cada vez que crean arte o cultura, eso se nota, aunque no necesariamente sea político. Vivir bajo la ocupación y el apartheid marca tanto que toda expresión cultural termina impregnada de esa realidad, directa o indirectamente”.
Con “Al otro lado del mundo”, Daniela Shejade reafirma su compromiso con la causa palestina y con el poder del arte como forma de resistencia. Su música no solo emociona: resiste, denuncia y mantiene viva la memoria de un pueblo que se niega a desaparecer.
Por Florencia Khamis, Editora de Contenidos Centro de Información Palestina.-
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