Entrevista a Manuel García: «lo fundamental es que aprendamos a vivir como comunidad»

En una entrevista para el periódico El Ciudadano, el destacado cantante y compositor chileno, Manuel García, abordó diversas temáticas sociales, políticas y artísticas, a diez años del lanzamiento y re edición de su disco "Acuario".

Por Cristian Hugo García

27/10/2022

Publicado en

Actualidad / Artes / Chile / Disco / Música

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Manuel, mucho gusto, muchas gracias de estar con nosotros para El Ciudadano, entremedio de este momento tan grande de tu carrera, son diez años de la re edición y hay un montón de temas que queremos discutir contigo, pero primero que todo saber cómo estás.

– Bien. Estoy bien. Ehm. Como decir, como muchos chilenos recuperándonos también de toda la contingencia social-política que hemos vivido en torno al apruebo y el rechazo. Y entonces, bueno, aquí un poco planteándonos y replanteándonos todas las cosas como todos los chilenos y chilenas que tratamos de ser buenos vecinos y vecinas.

Qué interesante, porque hay mucho de esa nostalgia también en los nuevos temas o en esta revisión de lo que implica vivir paralelamente con todas estas contradicciones, con toda esta crisis a nivel global. Pero tratar de encontrar ese lugar dentro de nosotros mismos también para seguir adelante. Cómo ves tú esa intersección entre ser persona, estar enamorado de la nostalgia de lo que no se ha cumplido y al mismo tiempo ese espacio de seguridad para seguir soñando y para vivir con todas estas crisis que enfrentamos hoy en día.

– Creo que lo que tenemos que hacer en este momento, lo fundamental, es que aprendamos a vivir como comunidad, a que no perdamos esa magia, ese espíritu que vimos que ocurrió en aquel fenómeno social llamado los cabildos, donde se discutía la posibilidad, por supuesto, de una nueva Constitución para Chile o no, donde los vecinos y vecinas votamos en torno a lo que era una decisión muy importante a nivel país. Pero más allá de eso, hubo un encuentro en una comunidad que no se había visto nunca las caras, y que tampoco habíamos realizado como chilenos y chilenas. La actividad de poder hacer nuestros los parques, las plazas, incorporar a los niños a través de pantallas para películas, donde artistas, conocidos y desconocidos, también poetas de barrio, etcétera, estaban en un mismo escenario, compartiendo de igual a igual, donde un micrófono para opinar acerca de su ciudad estaba disponible tanto para los niños como para la gente mayor. Entonces creo que todos nos reconocimos en ese momento como una comunidad. Como te digo, más allá de la discusión contingente, que nos traía a todos al momento del encuentro ciudadano. Pero, finalmente, pienso que nos volvimos a atrincherar un poquito cada uno en su propia vida, siendo que ahí tuvimos un regalo, una oportunidad que más allá de la contingencia política como seres humanos, nos ofrece la oportunidad de poder estar y compartir entre todos y todas. Entonces creo que hay que sentirse y hay que tratar de trabajar por eso, por un proyecto en común, más allá de las diferencias incluso sociales y políticas que pueda haber.  

Que interesante lo que dices, porque todo eso que implicó vivir en comunidad, generar estos lazos, irradió. Yo viví el proceso tanto de la asamblea como del apruebo en el extranjero, y a pesar de la barrera idiomática, a pesar de que los Andes son muy altos, todo el mundo estaba hablando de Chile, todo el mundo estaba hablando de lo inspirador que era ese proyecto. Entonces, yo creo que hay una divergencia muy grande entre lo que se generó, lo que irradia, tengo amigos de todo el mundo mirando a Chile, mirando lo que estaba pasando, inspirándose sobre todo el mundo del arte. Fue tremendo, inspirador y al mismo tiempo esto está tan cubierto por la prensa oficial, tratando de invalidar ese proceso. Yo creo que el arte tiene, tal como tú lo dices, ese rol también de hacerlo, de exponerlo en otro lenguaje que se transforma en cotidianidad. Y mi pregunta es cómo tú lo ves, precisamente desde el mundo del arte, porque pareciese que antes se quería ver la diferencia entre un artista y la comunidad como una diferencia explícita. Y creo que hoy en día, sobre todo con estas crisis globales, esa barrera se ha difuminado. Hoy día cualquier persona puede ser artista y se entiende que el arte también tiene que ver con su función al servicio de la sociedad y que es una comunicación recíproca. O sea, el pueblo hablando con el arte, el arte hablando con el pueblo. ¿Cómo te posicionas tú entre medio de este escenario?

– Mira en torno a esta temática hay un verso muy bonito, que me conmueve mucho de Pablo Milanés, cuando él dice «la palabra es de ustedes, me callo por pudor». El arte también se construye desde el oportuno silencio en que a veces el silencio permite que la página en blanco se escriba no sólo desde quienes ejercen el arte, entre comillas, de una manera más sistemática o profesional, sino que ese arte en el que nos sentimos parte de nosotros a propósito de la comunidad, dentro de lo que significa la profundidad del relato oral, lo que ha venido a llamar Elicura Chihuailaf la oralitura, era aquello que está escrito desde la magia, la poesía, a veces en un cuento, en una anécdota, en una perspectiva, en una conversación, en un análisis familiar, en una complicidad entre amigos, amigas o entre una pareja que discute y piensa y sueña el mundo. La construcción de un arte popular nosotros la disfrutamos muchísimo ahora y la pudimos sentir y nos ha enseñado bastante todavía. Es materia de análisis y de aprendizaje. Todo aquello que quedó escrito en las calles, como si las calles fueran el mejor libro abierto de la historia de Chile. Aquello que se intentó borrar muchas veces que pero por suerte, otros artistas, como fotógrafos, documentalistas, poetas, cantantes, etc, gente del mundo de la danza, fue rescatando también como forma de inspiración en ese lenguaje, en ese relato oral. Es muy importante que todos y todas tengamos un lugar fundamental, porque el arte más sofisticado, el que puede venir de los libros o de la misma reflexión poética, histórica, a partir del análisis intelectual de la realidad, etcétera, etcétera. Todo eso es algo que siempre está más a la mano. Lo que nos ha sido más esquivo como pueblo es entender que cada uno y cada una tiene una joya que entregar a partir de su propia vivencia, su propia experiencia, sobre todo si esa experiencia es vertida a partir del amor que nos permite trasvasijar la belleza, cuando digo trasvasijar, es llevar de un lado a otro, mezclar entre unos y otras lo que significa el conocimiento de cada uno y entender que Chile tiene un conocimiento profundo desde el respeto que puede haber incluso en la tradición, si lo vemos como tradición, desde hacer una sopaipilla y darle un sentido familiar, un sentido comunitario, un sentido de tradición, hasta lo que pudiera significar una obra de arte más sofisticada. El punto es tener siempre en cuenta que cada uno y cada una, sí tiene algo que decir, sí tiene algo que contar, sí tiene algo que tal vez compartir. Y ese algo siempre va a ser mejor si se hace, por supuesto, a través del arte, o si simplemente se confía en ese lenguaje popular que a veces se lo lleva el viento, pero que nos va generando una emoción potente a partir de la relación amorosa en una comunidad.

Qué lindo lo que dices, y qué inspirador también para nuestra comunidad que te sigue y que se sienten parte de ese diálogo. Por eso, muy inspirador tenerte acá. ¿Y cómo se transmitió todo eso a esta revisión?. Son diez años, no es menor, ¿cómo ese diálogo o esa reflexión influyeron en esta revisión?. Te quería también preguntar si acaso tú eres Acuario o es una metáfora a lo que implica, digamos, toda esa maleabilidad de un ser de agua, de un ser de aire (risas).

– Sí, bueno, hay varios significados. Con el Acuario también creo que entramos en la época acuariana, casi desde lo místico cuando se hizo el disco. Yo mismo, yo soy Piscis y siempre necesito mucha contención. Ahora soy un pez bastante casero, así que me viene bien también a veces el sentido de libertad del Acuario. Pero Acuario era una metáfora que estaba en el disco, donde precisamente se comenta aquello, no la violencia de los peces que están en un mismo acuario, es decir, como esos peces que están en un mismo acuario son la misma especie y de repente se empiezan a comer entre ellos. Eso que se puede dar desde lo más brutal, desde lo más desgarrador, a veces desde la naturaleza, desde lo antropológico. En el caso del ser humano, cuando vemos que entre uno y otro nos arrancamos los ojos para poder cumplir ciertos objetivos, a veces mezquinos, esa mezquindad que se da ante la misma especie, en el fondo es la metáfora de este Acuario que en este caso se pone en una especie como de correlato y aprendizaje al mismo tiempo de lo que significa la ciencia ficción, entendida como esa ciencia de advertencia, como se le llamó en algún momento. También cuando pensamos en Asimov, en Ray Bradbury, y en otros autores que fueron los primeros en ir escribiendo, en ir pensando el mundo del futuro, advirtieron acerca de la relación del hombre y la tecnología como algo peligroso. Si es que el hombre seguía la humanidad, más bien seguía siendo esa humanidad que todos conocemos. Entonces, hay ahí también una en el disco, una pulsión un poco existencial con respecto a este tipo de temática. Y en ese sentido, mirarlo en retrospectiva de diez años tiene por ahí una gracia y no la tiene. Yo siento que todavía muchos de los temas comentados en ese disco, de las preocupaciones, son vigentes todavía. Por un lado, pudiéramos decir ah, claro, visionaria, sí, pero no hay mucha gracia que sean visionarias, porque como te digo, al mismo tiempo, el doble juego es que al estar presente, lo que está presente finalmente son muchas preguntas que se hace el disco y muchas preocupaciones no son materiales, en los que el mundo esté comentado de manera sapiente o se agoten los temas. Y si esas preguntas, algunas de ellas, siguen vigentes, es porque algo no anda bien y bueno, serán. Pasarán diez, cien años más, hasta que demos un paso adelante. Lo que significa también nuestra relación como seres humanos con la tecnología, con el medio ambiente y, sobre todo, entre nosotros como especie.

Pareciese que probablemente no tengamos cien años, porque hay crisis tan grandes. Se habla del punto de no retorno en términos de la crisis medioambiental. Estamos en medio de una guerra no solamente en Ucrania, sino que me refiero a la posibilidad de que explotó una guerra en el estrecho de Taiwán, que la humanidad no va a sobrevivir. Y creo que tu disco habla mucho de eso. Como el ser humano entremedio de esto queda perdido, pero al mismo tiempo es quien es capaz de encontrar la respuesta o al menos hacer las preguntas correctas. Y en ese sentido, es una obra que va de la mano con esta realidad, con esta contingencia, pero al mismo tiempo con ese sentido de desolación, de que hay cosas que realmente no podemos controlar, que están en manos de gente a la que no podemos influir, sentada o en Silicon Valley, o en Washington o en Beijing, pero sin perder toda la convicción. Y que también podemos hacer algo para cambiar esa cosa. Digamos realmente, como tú decías, como un pez que navega entre ambas realidades. Y en ese sentido, digamos, muy evidentemente, el por qué también marcó una generación de la cual yo pertenezco, en estos últimos diez años que en Chile han sido totalmente diferente a la historia anterior y también habla mucho de empoderamiento. ¿Cómo te ves tú desde esa perspectiva?.

– A propósito del mismo disco, había una frase que había dicho yo con respecto al material, y era como también es un disco que imaginariamente recuerda la vida cotidiana de la humanidad para cuando tengamos tal vez que hacer una vida que esté bajo túneles o en otros planetas, o en una reducción muy dura con respecto a la relación de lo que significa esta misma expoliación que hemos hecho de nuestra hermana naturaleza. En el fondo, lo que a mí me pasa con eso, es el terror de ver que yo pensaba, como te decía, que era algo imaginariamente contado para cien años más tarde. Sin embargo, ahora vemos la gente escondida en los subterráneos por el tema de la guerra. Vemos como algunos lugares y alguna gente ha tenido que desplazarse, la migración forzada por causa de las políticas del poco acuerdo que existe, de las pocas garantías que la gente tiene en sus países de tener una vida digna. Vemos también esta especie de relación un poco difícil y compleja en los pueblos, por ejemplo, no solo en su comunidad, sino que en relación a quiénes son ellos identitariamente cuando vemos que el agua escasea, por ejemplo, y las personas tienen que necesariamente abandonar su espacio o replantearse su vida, etcétera, todo esto lo único que nos puede producir es una sensación de humildad, de calma. Por un lado, en el sentido de que tenemos que tener la capacidad de observar, analizar y ver esto con ojos amorosos, pero también muy analítico y en el fondo tratar, como te decía al comienzo de la entrevista, de tomar un lugar dentro de lo que significa el hacer comunidad, o sea, mucho que aprender cada día, todavía nosotros como humanidad y como especie, mucho que observar, mucho que cuestionarnos nosotros mismos, cada uno como seres humanos y, sobre todo, mantener la bandera a pesar de lo complejo de todo, de la alegría, del agradecimiento con respecto a la vida. Porque tampoco se puede convertir esto en una eterna romería oscura donde finalmente vamos perdiendo energía, fuerza y esperanza. Al contrario, lo que tenemos que hacer es tratar de entre todos y todas generar una trama potente donde nos sintamos contenido unos y otros y otras y otres, y tener esa sensación de que estamos entre todos haciendo algo. Finalmente, estamos como bordando y a cada uno le toca un punto, nada más que eso. Pero hacerlo bien, de una trama muy grande y que puede ser muy bella, de esta trama a la que le llamamos la vida, la humanidad, la historia, etcétera.

Hermoso y así se sienta exactamente las canciones humilde, amoroso, solidario. ¿Y no obstante, cómo te podemos apoyar? Sabemos que viene el gran concierto en diciembre, como te puede seguir la comunidad que más lo esperan en estos próximos meses, además de estas nuevas canciones.

– Siempre me gusta que la gente que está conectada con el arte, con la música, tenga la habilidad de mirar un poquito debajo del agua, en el sentido que a veces -yo digo- no hacemos promoción, sino difusión. No hacemos shows, sino conciertos, no nos disfrazamos para tocar, sino que usamos nuestras vestimentas que nos identifican con el mundo de las tradiciones culturales o de las cosas mágicas que podamos pensar en torno al arte y que tratamos de ofrecer más que una entretención pasajera, este concepto también inter timing, ¿no?, que se ha metido tanto a través de «los medios de comunicación en general oficiales». Más allá de eso, de ofrecer también la posibilidad de recrearse, recrearse en todo sentido, en el sentido de la entretención y el sentido de la recreación, en la conversación con un otro fenómeno, en este caso, la canción, el arte. Decir que yo no puedo invitar a otra cosa a la gente, a la audiencia, al público, al pueblo, a hacerse cómplice en los conciertos, a ser parte de una conversación. En el fondo, la canciones mías siempre buscan y necesitan de que ojalá alguien las pueda pensar de manera generosa, las puedas sentir también. Y cuando las acogen y la gente dialoga con ella, entonces recién se convierten en canción. Si no son ese mundo de música llena de metáforas y de notas, y de a veces melodías que algunos no entienden o no les gustan, y piensan que es música para una cosa, para otra y que le dan un sentido a la música, que si no sirve para bailar es para dormir. Bueno, en este caso, se trata de otra cosa, se trata de que podamos hacer esta comunión en torno a la excusa, que es una canción para seguirnos pensando y sintiendo, y sobre todo disfrutando como comunidad, como hablábamos al principio, esa palabra tan fundamental y que no quiero manosear, sino que me hago cargo de ella, en la medida que invito a mis conciertos a eso, a que podamos todos y todas hacer comunidad.

Muchísimas gracias por tu generosidad. Sabemos que estás ocupadísimo, te lo agradecemos mucho. La comunidad realmente no te sigue en el sentido ciego, sino que precisamente se siente parte de ese diálogo. Así que los invitamos a todos a participar del Congreso. El Ciudadano va a estar ahí cubriendo, por supuesto, y a escuchar estas nuevas canciones que nos invitan, como decía Manuel, a la humildad, a la reflexión y a ver el mundo de manera más amorosa. Así que muchísimas gracias. Es un gusto tremendo haber estado contigo de cerca y te deseamos lo mejor para lo que queda de semana y fin de semana.

– Muchas gracias por este momento de conversación y que no encontremos ojalá en alguno de los conciertos.

Sí, muchas gracias. Seguro que nos vemos.

María Jesús Sanhueza, periodista y corresponsal europea de El Ciudadano.

Entrevista de la periodista, María Jesús Sanhueza, al destacado cantante y compositor chileno, Manuel García.

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