La Unidad Popular y los obstáculos a la libre expresión musical

Sin música la vida sería un error Friedrich Nietzsche Próximo a cumplir 40 años del fallido proyecto político liderado por las fuerzas de la izquierda chilena, nos remontaremos a desmenuzar algunos proyectos musicales que se estaban desarrollando en el Chile de la década del 60 y 70, donde el sesgo ideológico partidista particularmente del Partido […]

Por Wari

29/09/2013

Publicado en

Artes / Música

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Sin música la vida sería un error

Friedrich Nietzsche

Próximo a cumplir 40 años del fallido proyecto político liderado por las fuerzas de la izquierda chilena, nos remontaremos a desmenuzar algunos proyectos musicales que se estaban desarrollando en el Chile de la década del 60 y 70, donde el sesgo ideológico partidista particularmente del Partido Comunista censuró, omitió e impidió (sin buenos resultados) que tuvieran un desarrollo musical en la sociedad una propuesta alternativa a la “oficial”, implementando y justificando su intencionalidad, bajo su mirada de imponer la fallida “Vía chilena al socialismo”.

La conformación de la Unidad Popular y su visión a la formación y difusión de la cultura y particularmente la música popular, se configura mucho antes del ascenso de Allende a la presidencia, sin lugar a dudas uno de los proyectos emblemáticos en este proceso, es la creación de un sello discográfico manejado por las Juventudes Comunistas, recibiendo el nombre Dicap (Discoteca del Cantar Popular) proyecto nacido en 1967, convirtiéndose gran parte de los artistas de “quena y charango” en la banda sonora de una década.

Los nuevos medios de comunicación, cada vez más masivos en la población, se convierten en una de las vías más importantes de expresión de la cultura, llámese ésta televisión o radio, y claro ante una plataforma tan visible e interesante, los partidos políticos no dudaron en acaparar estos espacios para influenciar y engrosar sus filas de militantes y/o simpatizantes, tales son los casos de radio Portales y Corporación del Partido Socialista, radio Magallanes del Partido Comunista, radio Nacional del MIR, radio Candelaria del Mapu y radio Luis Emilio Recabarren de la CUT.

Uno de los movimientos musicales más importantes es sin duda “La Nueva Canción Chilena” cantera de la que se identifica a artistas y conjuntos musicales preponderantes en el desarrollo de la música popular chilena, como lo son Víctor Jara, Ángel Parra, Quilapayún o Inti Illimani, quienes comparten referentes humanos, visiones políticas, sociales e instrumentales en sus diversas composiciones, muchas de estas se desarrollaron en “peñas”, destacando “la Peña de los Parra”, “La Peña del Puerto” en Valparaíso y “La Peña de la UTE”, siendo esta visión la única y verdadera para el Partido Comunista, no dando cabida a otro tipo de expresiones artísticas musicales que no llevaran como estandarte la hoz y el martillo manejada desde la cúpula jerárquica del partido.

Por otro lado a mediados de la década del 60 empieza a configurarse un incipiente rock chileno con bandas como Los Mac´s (1), Los Larks, Los Vidrios Quebrados, Los Jockers, quienes representaban a gran parte de la juventud con letras que decían: “No miraremos color ni credo, libertad y justicia solo habrá, solo en el amor nos basaremos, porque conscientes estamos del orden social injusto de esta sociedad”. En Chile se genera una apertura musical importante donde convergen estos estilos musicales posicionándose dentro de la juventud, este proceso lamentablemente no estuvo exento de problemas debido a una mirada sesgada, ya que “para la izquierda el Rock representa un elemento de penetración cultural del imperialismo norteamericano que provoca un efecto disociador en la juventud al sumergirlas en un clima de hedonismo escapista alejándola de sus obligaciones revolucionarias y de sus responsabilidades históricas”(2).

Desde esta perspectiva el Partido Comunista no consideraba una forma válida de expresión la música que no sonara a folcklore con temáticas citadinas e ideologizadas, dejando sin espacio y anulando a la juventud que se inclinaba hacia esta expresión musical, por supuesto que para la juventud este carácter de militante de un partido opaca y obstaculizaría cualquier manifestación de libertad individual, es por ello que el rock siempre fue excluyente de las manifestaciones del Estado presidido por Allende, “la izquierda asume una perspectiva de análisis de verdad revelada, en creer que la visión de las cosas es la única viable y la única ‘científicamente probada’. Por eso que su visión del Rock es siempre desde una plataforma paternalista… Por eso que su visión de Rock utilitaria y fundamentalista, pues el rock solo sirve si es “Libertario” pero Libertario en el sentido de la lucha de clases, no en el sentido de vivencia catártica y desrepresora”(3).

Uno de los ejemplos mas recordados de la sesgada visión del Partido Comunista es cómo al grupo Los Blops  (4) quienes participarían en uno de los discos más importantes de la música chilena, estamos hablando del disco de Víctor Jara (5) “El derecho de vivir en paz” en el cual se incluyen “guitarras eléctricas” (instrumento satanizado por la izquierda), dejando de manifiesto que muchos trabajadores de la música no comulgaban con esta visión de miopía intelectual de la cúpula del PC, quienes se negaron en un momento a que estos participaran, a lo cual Víctor Jara se negó rotundamente indicándoles que estos amigos “andan conmigo”; esta agrupación tuvo presiones muy fuertes del PC: “en una reunión se nos planteó que si nos inscribíamos en el PC ‘nosotros podríamos traer equipos para que toquen’ a lo que Gatti responde con un NO rotundo ya que les parecía un chantaje, preferimos seguir comprando equipos de contrabando, les pareció pésimo y a nosotros peor todavía, entonces misteriosamente desaparecieron todos los discos de Los Blops de las disquerías, no sabíamos dónde estaban y un día fuimos a Dicap y nos metimos a la fuerza a la bodega y encontramos todos los discos ahí en bodega, hubo un quiebre muy fuerte” (6).

El Partido Comunista ha dado una imagen mediática de ser la propuesta política que cree en la diversidad, que es integradora y un largo, etc., etc., pero cuando se tiene poder, éste emane de donde sea, siempre creará distorsiones en el actuar individual y colectivo; si el mismo Rolando Alarcón que adhería a la Nueva Canción Chilena, que en ese tiempo era tan importante como Víctor Jara, sufrió los embates de su propio partido, porque claro los comunistas no iban a permitir que uno de los “rostros” de la cultura roja fuera gay, aclaración del propio Alarcón sobre su orientación sexual, después de rumores de la prensa derechista sobre el tema, y claro está que el PC no se quedó atrás y en su diario “El Siglo” publica “Alarcón no era militante del PC” (7) el mismo Eduardo Contreras dirigente del PC confiesa en sus memorias: “Entre mis pecados tengo el de haberme opuesto, en cierta ocasión, el ingreso al partido de un valioso artista por el solo hecho de que era mariquita”.

También el grupo de rock psicodélico Aguaturbia deja el país luego del ascenso de Allende ya que no se encontraban las condiciones para el desarrollo como banda de rock, tanto en lo económico, ya que los grandes empresarios en un incipiente grado de organización de desestabilización económica no aseguraban la estabilidad para el desarrollo profesional, eso por un lado y por el otro los prejuicios que tenía ahora el gobierno de turno hacia la juventud que se inclina por la música rock, claramente la voz ahora oficial no daría espacio para tendencias musicales alterativas no “oficiales”.

Desde la vertiente de la Nueva Ola a Cecilia también le pasaron la cuenta, en 1970 lanza el disco “Gracias a la vida” (reconoce Cecilia una amistad con Violeta Parra), representando “el primer diálogo directo entre La Nueva Canción Chilena y el rock sinfónico” (8) en el cual también incluye el tema de Víctor Jara “Plegaria para un Labrador” (avalada por Víctor), fue agresivamente atacada por toda la prensa de izquierda mofándose de ella, indicando que no era temática para una niña que hace música pop, por lo demás la prensa de derecha no la trata muy bien, ya que a ella no le compete este tipo de letras en sus canciones, quedando este valioso disco en el olvido por mucho tiempo, y poco a poco redescubierto por importantes personajes de la cultura chilena (9), destacando un ensamble de violines robados (ahora se dice sampler) de la quinta sinfonía de Beethoven, un registro vocal impresionante acompañado de arreglos sinfónicos realizados por Valentín Trujillo con melodías inspirados en el jazzista Dave Brubeck y su famosa composición Take Five (escuchando esta obra no dudaría en que Beth Gibbons de Portishead dijera que tiene influencia de este disco en particular).

El grupo de jazz rock Fusión también tiene que contribuir a esta historia de censura; “tras un contacto con el presidente de la Fech, Alejandro Rojas (1969-1973) el grupo fue invitado a un acto oficial del gobierno de Allende, en el edificio de la UNCTAD… a la comisión les fascinó, pero el grupo no cuajó con la nomenclatura oficial… Al final nos dijeron que nos iban a interrumpir con discursos y nos negamos, preparamos el concierto y exigimos un mínimo de respeto. Y se funó y tocó Quilapayún”(10).

Queda de manifiesto que la libertad de poder expresarse no da cabida en ningún tipo de Estado, en el que no se comulgue con sus ideas, sea un Estado de izquierda o derecha, es por ello que para alcanzarla en su plenitud hay que construir instancias de autogestión fuera de la institucionalidad, y no disputando puestos de poder, ya que se cae en un círculo vicioso; con este escrito queremos resaltar el arte de la resistencia en su conjunto, oponiéndose al aparato estatal comunista, quienes queriendo impartir una falsa conciencia quisieron por uno u otro medio imponer una “verdad”, desde la cultura de dominación, ya que el “poder” siempre querrá imponer lecturas oficiales a la realidad cambiándola, manipulándola, tergiversándola, falseándola, para así absorberla a su propio beneficio con la única finalidad de perpetuar esa “realidad” que les conviene para perpetrarse en su vanagloriada “dictadura del proletariado”.

“La acción cultural y el arte son armas certeras de resistencia de los dominados”

NOTAS

1) Los Mac´s cuentan con la canción “La muerte de mi hermano” considerada por muchos (me incluyo), como la primera canción del Rock chileno, ésta habla de un latinoamericano masacrado por los marines yanquis durante la invasión a la capital dominicana de Santo Domingo.

2) La primavera terrestre “Cartografía del Rock Chileno y la Nueva Canción Chilena” Fabio Salas. 2003.

3) Idem.

4) Conjunto de rock influenciado por grupos como: Cream, Rolling Stones y The Doors. En su discografía su primer disco fue por el sello discográfico Dicap.

5) Víctor Jara también tuvo inconvenientes con la cúpula del PC, en 1967 “El Partido Comunista criticó a Víctor Jara por haber dedicado en aquel momento una canción al Che Guevara” “Víctor un canto inconcluso” Joan Jara 2007.

6) Los Necios, “conversaciones con cantautores hispanoamericanos”. Dino Pancani- Reiner Canales. 1999.

7) Rolando Alarcón. “La canción en la noche”. Carlos Valladares – Manuel Viches. 2009.

8) Prueba de Sonido “Primeras historias del rock en Chile”. David Ponce. 2008.

9) Cecilia, “La vida en llamas”. Cristóbal Peña. 2002.

10) “Iba a hacer arreglos sobre eso… quería poner electrónica sobre su música” imagínate es la primera que se atrevió a hacer versiones de Violeta Parra y Víctor Jara (refiriéndose al disco “Gracias a la vida” de Cecilia). Maldito Sudaca “Conversaciones con Jorge González, la voz de los 80” Emiliano Aguayo. 2005.

Por Jorge Canales

Publicado en Puñal Negro Nº10, agosto 2013

Fuente fotografía

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