Marcha del 1º de Mayo junto al Sindicato de Actores, 41 años después.

crónica y fotos por Arturo LedeZma Todos los años salgo a la calle el 1º de Mayo, pero este año fue distinto ya que me fui con la gente del Sindicato de Actores (SIDARTE) a recorrer el trayecto desde la CUT hasta el escenario que estaba instalado afuera del GAM

Por Ángela Barraza

02/05/2014

Publicado en

Artes / Chile / Cine / Cultura / FISURA / Teatro

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crónica y fotos por Arturo LedeZma
Todos los años salgo a la calle el 1º de Mayo, pero este año fue distinto ya que me fui con la gente del Sindicato de Actores (SIDARTE) a recorrer el trayecto desde la CUT hasta el escenario que estaba instalado afuera del GAM. La significación de este hecho es que desde hace 41 años el Sindicato de Actores estaba desvinculado de la CUT, ya que la dictadura se encargó no solo de perseguir a los actores, como a todos los artístas, sino que además disolvió el sindicato y con ello puso una pata encima del trabajo actoral. Hace dos días se celebró una ceremonia en la cual sellaron nuevamente el vínculo y ahora los actores vuelven a tener una voz más fuerte, y no solamente un rostro para las campañas, que podrá tener mayor relevancia en las políticas culturales y sociales de este país.
Está claro que uno piensa que los actores son tipos con plata. Eso es lo que
uno cree. Y como la televisión ha alimentado esa suposición haciendo realitys y dándole pantalla a cuanto chimpancé muestra el ojete entonces tendemos a mirar por encima del hombro el trabajo actoral e incluso ponemos las manos al fuego por sentenciar que todos los que trabajan en el mundo de la actuación son como la Luli, pero no. En Chile los actores primero estudian mucho y luego trabajan en condiciones que a veces son deplorables y reciben sueldos que, para lo que significan en términos culturales, podríamos definir como limosna. El teatro, por ejemplo, está en una crisis no sólo de público sino también de financiamiento y debe competir, con tal de ganar un espacio en la agenda cultural de los medios de comunicación y con eso en la agenda mental del público, con los centros comerciales, con los bares y hasta con las empresas privadas que pagan por entretener a sus empleados y que reducen las funciones a una cuestión de simple entretenimiento.
¿Qué hace el Sindicato de actores? 
 

En términos sencillos el SIDARTE vela por los derechos de los trabajadores vinculados con la actuación. Es un sindicato, con todas sus letras, y realiza una tarea que obviamente a veces pasa desapercibida (como cualquier sindicato), sin embargo es imprescindible que exista y que, además, tenga el apoyo de otras organizaciones sociales y políticas para luchar (e incluso fiscalizar) por el cumplimiento de sistemas de trabajo que permitan que las compañías, los actores, las salas y los empresarios para que todo funcione como debe funcionar.

Afortunadamente esta reincorporación a la Central Unitaria de Trabajadores le significa un respaldo que se traduce en una mayor presencia y en un poder mayor a la hora de empezar a generar políticas que regulen y mejoren las condiciones laborales.
Además implica que de a poco se avance en el reconocimiento del trabajo de actores, dramaturgos, escenógrafos, iluminadores, dueños de salas, como un ejercicio que no es para nada una cosa de jugarreta artística y tampoco un divertimento personal, sino que por el contrario, para que de una buena vez se comience a ver el arte como una disciplina que está mucho más allá de toda la abstracción que quieran meterle los empresarios o la gente más retrógrada.
Acá dejo una breve conversación con Andrea Gutierrez (Presidenta de Sidarte) ante la pregunta ¿cuál es la importancia de que el sindicato de Actores esté nuevamente en la CUT?

Y bueno, sobre la marcha

La convocatoria fue a las 10 en punto afuera de la CUT. Luego me fui metido ahí con los actores hasta el escenario enorme que estaba de lado a lado en la Alameda frente al Gam. Antes de comenzar la ceremonia todo el grupo que iba en representación del SIDARTE subió al escenario y con eso me parece que se marca una pauta de lo que significa para la CUT el hecho de que nuevamente exista un trabajo conjunto entre ambas agrupaciones. Las palabras de apoyo y de reconocimiento al Sidarte fueron repetidas. Desde los presentadores hasta la presidenta, Bárbara Figueroa, destacaron la relevancia que posee el hecho de que luego de tantos años una agrupación sindical de artistas vuelva a pertenecer y a participar de la CUT.
Confieso que me pareció hermoso que el pendón estuviera presente durante toda la ceremonia arriba del escenario, porque eso significa que hay un paso que se da en la búsqueda de un trato justo para todos aquellos que desarrollan cultura. Es bonito que aún cuando la televisión siga explotando a los actores en beneficio del comercio y de los empresarios macabros del retail hay puertas que se abren y de pronto se mete un hilo y detrás de él hay un montón de gente que apunta a cambiar la forma en que entendemos la cultura en nuestro país. Porque recalco (y sé que soy majadero en esto) que mientras a la gente que desarrolla la cultura en Chile sigan viéndonos, me incluyo desde los medios culturales, como hippies de mierda que no tenemos nada mejor que hacer y, sin embargo, nutran con nuestro esfuerzo la pantalla con que tapan el descontento de la gente, este país va a seguir regido por un grupo pequeño de gente que bien sabe lo que vale un Matta aún cuando en su puta vida habrían ayudado a que un pintor pintara.
Los artistas no son únicamente los giles que ponen personajes en las teleseries, y tampoco son simplemente el coro de las campañas electorales. A veces tendemos a extraviar el punto y desechamos con ligereza el trabajo artístico y pedimos gratuidad por una obra, por un libro, por un disco o lo que sea. Sin embargo apenas levantamos los hombros cuando nos suben el pasaje del metro o nos ponen a comer basura que alguien riega con caca.
Yo soy de aquellos que piensan que cualquier manifestación cultural es el resultado de un discurso y, por ende, es también el resultado de una visión de mundo. Por eso es tan sencillo encontrar mierda y más mierda en los medios de comunicación. Por eso es que creemos que en Chile no hay funciones, no hay recitales, no hay bandas ni escritores. Ojo que no quiero meter un chovinismo de cuarta, para nada, pero a veces duele que los dos o tres medios de comunicación que hablan de cultura se remitan a poner videos de Youtube en CNN o a decir que el libro de Pilar Sordo es lo mejor para leer cualquier verano. Por eso es que me sentí contento de que en una marcha tan tranquila como la de hoy y tan escueta en promesas grandilocuentes se apreciara ese sencillo hecho de aplaudir a los actores que vuelven a formar parte pensante y conducente en las políticas culturales.
Quizá muy pronto exista más audiencia aún para todo el trabajo que hay mes a mes en las salas de teatro. Probablemente los empresarios dejen de poner únicamente eventos para el palco y sepan que no todos queremos seguir viendo las vidas privadas de un grupo de pitucos frívolos en los horarios prime. Espero que así sea y que sea pronto. Por mientras hay que seguir trabajando y exigiendo que más organizaciones sociales relacionadas con la cultura tengan espacio en las discusiones oficiales.
Destaco el trabajo que hacen Andrea Gutiérrez, Ana María López Rosas, Claudia Pérez, Hernán Navarro, con quienes tuve la suerte de caminar todo el trayecto y pude también comprender que hay gente inmensamente comprometida con las ideas que potencian el medio actoral porque reclaman, reivindican desde la calle, desde la pega y desde el discurso el trabajo y, por qué no decirlo, la lucha por tener un espacio más justo para los actores. Y bueno, en ellos están representados todos los que conforman el SIDARTE y que aportan a diario con mantener vivo ese espacio que, más allá de la consigna, es tan necesario.
Yo por mi parte les digo Gracias. Aplauso cerrado. ¡Seguimos!

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