Publican en Chile «Genocidio», el poemario perdido del jurista polaco Raphael Lemkin

Lemkin es conocido a nivel mundial por acuñar el término 'genocidio' y bregar incansablemente para que fuera reconocido como delito por el Derecho Internacional.

Por Absalón Opazo

15/11/2023

Publicado en

Artes / Chile / Derechos Humanos / Poesía

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La editorial Askasis (Valparaíso) acaba de publicar el poemario perdido del jurista polaco Raphael Lemkin, conocido a nivel mundial por acuñar el término ‘genocidio’ y bregar incansablemente para que fuera reconocido como delito por el Derecho Internacional.

La traducción de los textos estuvo a cargo de Julián Axat, poeta, escritor y abogado argentino, quien conversó con El Ciudadano sobre la publicación en Chile de este libro, bajo el título de «Genocidio».

«Genocidio es el último documento literario que escribió en vida Raphael Lemkin», señala Axat, quien recuerda que «el jurista, militante por los derechos humanos, y también poeta, es conocido por haber convencido a la comunidad internacional de la necesidad de crear una convención internacional contra el genocidio, siendo además padre del concepto».

«Fue incansable siempre la búsqueda de justicia por parte de Lemkin, que perdió a toda su familia en el holocausto, y cuando emigró y pudo llegar desde su Polonia natal hasta Estados Unidos, incidió y trató de buscar la forma a través de la escritura de su libro El dominio del eje en la Europa ocupada, que es un libro publicado en 1944, para convencer en ese momento a la sociedad internacional, especialmente a los países que ganaban la guerra, de la necesidad de crear un instrumento que permita no solo el juzgamiento de los hechos ocurridos en la Alemania nazi, sino también para garantizar que en el futuro estos hechos no vuelvan a repetirse», plantea Axat.

Aparece la poesía

En esta parte del relato, Julián Axat indica que la búsqueda de Lemkin por el reconocimiento del genocidio en la comunidad internacional, está atravesada también por la búsqueda de las palabras, y por una investigación sobre el concepto de ‘genocidio’ en relación al lenguaje.

«Lemkin era también lingüista, había estado lingüística en Polonia, y además de jurista, se interesaba mucho por las maneras en que el derecho dice la realidad, por eso también la definición y la hermenéutica de un concepto ceñido que pudiera explicar el fenómeno del holocausto», comenta.

«En ese sentido», continúa Axat, «la búsqueda también es poética, Lemkin escribe poesía, traza versos, y sigue al poeta judío Jaim Najman Biálik», escribiendo sus pensamientos con rimas.

«Son versos que va escribiendo en la última etapa de su vida, en el año 58, 59. Lemkin está bastante enfermo, vive en Brooklyn, Nueva York, y ahí trata de viajar a Washington para ir a las reuniones de la ONU y poder seguir incidiendo para que la mayor cantidad de países adopten su convención».

En estos últimos tiempos de su vida Lemkin venía escribiendo la mayoría de sus poemas, que no estaban escritos en polaco, sino en su idioma de adopción: el inglés norteamericano.

«Ahí empieza a escribir estos poemas que son poemas-pensamientos rimados, en inglés, que no es sencilla su traducción tampoco», agrega Axat.

«Este poemario fue pasando de mano en mano y cuando Lemkin muere de un paro cardíaco caminando por la calle en Nueva York, sus papeles quedan en manos de una amiga que él tenía, y están perdidos hasta que Philippe Sands, el escritor inglés, publica una novela sobre la biografía de Lemkin, que es una novela muy conocida porque la sacó Anagrama, que es Calle Este Oeste, en 2017. Ahí se publican algunos de los poemas de Lemkin», señala Axat, agregando que lo que la mujer guardó y conservó -el poemario-, «es lo que se publica ahora en Askasis con mi traducción».

Finalmente, Julián Axat apunta a un valor especial contenido en la publicación.

«El valor que yo le doy a este libro es la profundidad con la que trabaja Lemkin su obra jurídica, y en paralelo trabaja con una obra poética, y de cómo una obra está conectada de alguna manera con la otra. Eso ya se perdió, porque los abogados, los juristas, los especialistas en derecho internacional, en derechos humanos, no trabajan en paralelo con la literatura, son profesionales técnicos de la ley, y lo que demuestra Lemkin es que era un todo espiritual y que el derecho era parte de un corpus poético y literario. Esa era su lucha también», concluyó el escritor argentino.

El libro ya está disponible para la venta. Puedes adquirirlo AQUÍ

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